Un partido estabilizador

Por Rodrigo Wong Arévalo

En un país con mayoría de población de tendencia democrática, el Partido Liberal de Honduras ha sido a lo largo de la historia el gran estabilizador de la democracia. El papel de este partido histórico ha sido incuestionable en la vida republicana hondureña, más allá de los juicios que merezcan sus actuaciones políticas cuando le ha tocado dirigir los destinos del país y cuando ha estado en la llanura asumiendo el papel de opositor.

El Partido Liberal ha sido la institución política decisiva en la construcción de las estructuras de bienestar social que han contribuido a mantener la tranquilidad, la paz social y la modernización de Honduras. Y durante todo el tiempo que le ha tocado estar en la oposición ha sostenido consensos bipartidistas que han sido claves para asegurar la estabilidad constitucional, cosa que solo los elementos de izquierda cuestionan, porque su tarea es desestabilizar la democracia para buscar instaurar en Honduras un gobierno autoritario.

Por eso la crisis actual del Partido Liberal constituye un inquietante factor de preocupación y desconfianza, porque por primera vez desde el retorno al orden constitucional en 1980, o sea en 36 años, nos encontramos con un enorme riesgo de que la alternativa que ha sido el Partido Liberal, quede desplazada por la ausencia de un liderazgo con dimensión nacional, y que su lugar sea asumido por un partido como Libre, que es de clara concepción populista-extremista, o por un partido de tendencia anarquista como es PAC.

El Partido Liberal se enfrenta a dos problemas, uno interno y otro externo; en lo interno tiene la adversidad de carecer de líderes de peso, y el que hay, pareciera no tener interés en buscar la candidatura, porque la “medrosidad” lo corroe y lo ciega, haciéndole creer que el Partido Liberal no tiene posibilidad de triunfo en las próximas elecciones. El enemigo externo es el socialismo del siglo XXI que desde el 2009 dictó consignas para destruir al Partido Liberal, y eso podría pasar si los ingenuos dirigentes llegaran a aceptar una alianza con Libre a través de una candidatura de oposición.

La quiebra de liderazgo importante entre los liberales ha producido un monumental desconcierto en las filas del liberalismo, porque la clase política que dirige al partido ha sido incapaz de entusiasmar al líder más solvente en todo sentido, un líder que tenga un discurso que denote que tiene aspiraciones de gobernar el país con proyectos interesantes. El signo más desalentador, después de la aparatosa caída que tuvo el Partido Liberal en las últimas elecciones al ocupar el tercer lugar, por detrás del Partido Nacional y Libre, consiste en que en ningún momento se ha planteado la posibilidad de vencer al Partido Nacional y Libre, en las urnas el próximo año.

Toda la estrategia de la actual dirigencia es oponerse a la reelección del Presidente JOH, dejando a un lado, que al ir contra de la relección de JOH, implica también estar en contra de Zelaya que busca reelegirse. Y no sabemos si esta omisión es por puro olvido o porque obedece a la posibilidad de que no teniendo los liberales un candidato atractivo, su actual dirigencia decida poner al Partido Liberal a la cola de Libre, apoyando la reelección de Mel Zelaya, cosa que sería aparatosa, porque o se está en favor o se está contra del todo de determinada situación.

Lo que pareciera ser un desistimiento de la candidatura por el líder liberal que tiene mayor dimensión nacional, engrandece a los rivales más favorecidos con este desánimo, que son Libre y PAC, ambos avanzando con la convicción optimista que el Partido Liberal no tiene un candidato sólido para dar la batalla a JOH y que, en tal situación esperan que el liberalismo salga en desbandada a apoyar a Zelaya o a Nasralla, con la consigna de vencer a JOH.

Pero hay que decirlo, esta fe en la victoria, tanto de Libre como de PAC, está basada en una gestión emocional que no es pragmática, porque los liberales todavía están esperando que Elvin Santos decida dejar su mullido sillón, y que al recibir la petición de unos 60 alcaldes salte a la palestra y decida aspirar a la candidatura del Partido Liberal.

Pero suponiendo que Elvin Santos decidiera finalmente no asumir el reto, de todas maneras el Partido Liberal no es todavía un partido encogido ni esclerótico, y estamos seguros que los liberales encontrarán motivos para salir a votar en marzo próximo por los aspirantes que se presenten a las elecciones primarias, para escoger a uno de ellos que será el que se convierta en candidato del Partido Liberal, sabiendo que al salir a votar, estarán garantizando la sobrevivencia del Partido Liberal, cuya existencia es tan necesaria por su condición de ser el partido estabilizador de la democracia hondureña. Así son las cosas y así se las hemos contado hoy viernes 17 de junio de 2016.