Solamente botó la máscara…

Es una tragedia nacional, en realidad solamente botó la máscara públicamente. Esto no tiene nada que ver con sus orígenes, o tener mejores ingresos, es la impotencia manifiesta por no tener argumentos válidos para debatir la violación a la Constitución y el Estado de Derecho fenecido en el que nos hacen vivir unos pocos malos hondureños. Después de haber sido, hace 10 – 12 años, un observador crítico de la realidad nacional, ahora debe responder a propósitos aberrantes a su formación social. Lástima que hayan tantos como él en la política vernácula y que la mayoría de los hondureños lo permitamos sin involucrarnos. No hay credibilidad en los funcionarios del gobierno, ni en el partido en el poder y sus aliados estratégicos.

Oscar O. Bonilla
La Tribuna Online