De nuevo en Santa Rosa

Por Segisfredo Infante

El miércoles 13 de julio recién pasado, viajamos a Santa Rosa de Copán. Después de siete horas continuas, con algunos contratiempos, llegamos a nuestro destino. El viaje fue, en términos generales, placentero, con el inconveniente que mis dolores abdominales (o del “bajo vientre” como diría mi abuela materna) retornaron en la madrugada del día siguiente. Fueron compañeros de viaje el joven filósofo Kevin Guerrero; el estudiante de física teórica “Riguito” Erazo; el taxista Saúl Núñez; y el profesor de física teórica Wilder Guerrero; todos extraordinariamente inteligentes. Fuimos recibidos por la poeta y abogada Brenda Patricia Cruz, y por la hermana franciscana María Jesús Ramírez, quienes me llevaron, con amabilidad, a la “Posada de Juan”, propiedad de “Conchita” Baide, una dama hospitalaria, poseedora de un bagaje cultural hermosamente inesperado.

Nuestro propósito central, al realizar este arduo viaje, era el de presentar, oficialmente por primera vez, mi libro “Fotoevidencia del Sujeto Pensante”, que se había postergado, por motivos de salud, durante dos años. El evento fue organizado en Santa Rosa de Copán por Brenda Patricia Cruz, María Jesús Ramírez y el amable periodista televisivo Mauricio Arévalo, quien me invitó a su programa de televisión local y fungió como maestro de ceremonia. También fue organizado por las diligentes empleadas de la librería “Liser”, las jóvenes Ania Cantillano y Ricci Amaya. Y en el transcurso del día, jueves 14, se sumó a las actividades el joven doctor en historia Libny Rodrigo Ventura Lara, uno de los mejores historiadores coloniales sefarditas de nuestro país. Lo mismo que el adolescente Roney Ramos, buen guía turístico. Y la joven universitaria Nohely Lara, quien invitó a algunas de sus amigas y compañeras. Desde Tegucigalpa recibimos apoyo del ex–diplomático Tito Livio Castellón, un buen amigo originario de Santa Bárbara.

De nuestro colega y amigo columnista Marcio Sierra, muy conocido en las páginas de opinión del diario capitalino LA TRIBUNA. Y por la gerente de la Cafebrería “Mundo Literario”, la joven emprendedora Daniela Herrera. A todas las personas aquí mencionadas va mi infinito agradecimiento.
No esperábamos mucha gente, bajo la consideración que los temas de filosofía especulativa llaman muy poco la atención en territorios vírgenes para el pensamiento recio y creativo. Recuerdo que en cierta oportunidad Ortega y Gasset ofreció una conferencia en donde sólo asistieron unos tres individuos, que nada tenían que ver con la gran Filosofía europea. Uno de ellos era el médico J. Rof Carballo; el otro era el físico y matemático Pedro Laín Entralgo; y el tercero me es difícil recordar. Pero los tres terminaron haciendo reflexiones filosóficas de importancia. Desde luego que otras conferencias de Ortega recibieron, con el paso de los años, la atención de centenares de personas. En nuestro caso, la sala de la librería “Liser” copaneca se llenó en un setenta y cinco por ciento, y algunas personas formularon interesantes preguntas relacionadas con la Filosofía y con el suceder hondureño y al mismo tiempo universal, incluyendo los temas de la caída del Imperio Romano y la reciente salida voluntaria de Gran Bretaña respecto de la Unión Europea.

Kevin Guerrero leyó y comentó un brillante ensayo titulado “Breve síntesis de Fotoevidencia del Sujeto Pensante”, como una aproximación sintética al libro del autor de estos renglones. Tal ensayo será publicado en algún momento. Por mi parte leí un par de páginas tituladas “Física y Metafísica de la Luz”, que también intentaré publicar. Ambos sabemos que hablar de Filosofía seria y sobria, con alguna profundidad, es harto difícil en un país filosóficamente “virgen” como Honduras, porque de lo que se trata es de abrir espacios propicios en la jungla del conocimiento y de la ignorancia.

Comprendemos que es fácil compilar y publicar una antología de textos filosóficos para cursos generales; pero crear Filosofía trascendente desde una gramática propia, suele ser engorroso y laberíntico, con un poco de sabor a desierto entre los labios. Sin embargo hay personas que perciben y comprenden nuestro esfuerzo, tal como lo evidenció Brenda Patricia Cruz mediante sus bellas palabras pronunciadas espontáneamente en el evento.
El ambiente era agradable porque estábamos, justamente, en la que, según mi opinión, es la ciudad más linda de Honduras, con un pasado colonial que se remonta a los mediados del siglo dieciocho, y con una localización estratégica y cultural envidiable. Por tal razón siempre hemos hablado, desde hace unos veinte años, o más, de la importancia de construir una carretera moderna entre Santa Rosa, Gracias, San Juan, Yamaranguila, La Esperanza y Siguatepeque, y tal vez con una línea alterna que comunique con el valle de Comayagua, es decir, con la región central del país. El primero, quizás, en prestarme alguna atención fue el profesor Rafael Pineda Ponce (QEPD), cuando se desempeñaba como presidente del Congreso. Y el segundo ha sido y continúa siendo el presidente Juan Orlando Hernández. Ahora mismo se han construido algunos tramos de la carretera con cemento hidráulico. Una verdadera oportunidad modernizante. ¡¡Enhorabuena!!