Fabricio Estrada: En Honduras hay tan poca crítica que ni me acuerdo de ella

— Una entrevista exclusiva con uno de los mejores poetas jóvenes de Honduras
Por: Óscar R. Urtecho

Todo comienza con las palabras de un poeta griego: “Tierra de sol y no poder mirar de frente al sol, tierra de hombres y no poder mirar de frente al hombre”.
Estos versos de Giorgos Seferis han marcado el alma de Fabricio Estrada, poeta hondureño que actualmente vive en Puerto Rico. Ha publicado ocho libros y es uno de los escritores jóvenes con más proyección internacional, pero también es un ser humano que aspira a la erudición, sumamente cortés y lleno de esa pasión que hace a los hombres salir a las calles a protestar contra las injusticias sociales.

Y si Estrada comenzó esta entrevista con un ejemplo de su gusto poético, a medida que avanzamos en la lectura descubrimos su opinión sobre temas como la crítica, otros poetas y el sistema educativo del país, hasta finalizar con una palabra que sin duda sorprenderá a muchos lectores. Entremos pues al mundo de Fabricio Estrada.

1. ¿Qué pretende Fabricio Estrada con su poesía?
Yo apunto a vivir de la poesía, por ella, a que me defina, a que me explique. A que me sirva de instrumento para detestar a los que detesto, para amar a los que amo. No busco más, no pretendo más.

2. Recuerdo que hace cuatro años dijiste que aspirabas a ser como Kant o Schopenhauer. En la actualidad, ¿cuáles son tus aspiraciones como poeta, intelectual y ser humano?
Son las mismas que en aquel momento, porque te decía eso con respecto a la erudición. La erudición es algo a lo que le teme el artista en nuestro medio, la erudición en cuanto a ser completo en todo aspecto. Hablo de eso, pretendo, me sigo entrenado para eso. Obviamente no voy a ser un Schopenhauer, sencillamente sigo pretendiendo entrar a fondo en las cosas, a lo que mi conocimiento siga empujándome, porque yo soy un ser curioso, extremamente curioso, intensamente curioso.

3. Me llaman la atención los títulos de tus libros: Solares, Poemas contra el miedo, Poemas de onda corta… háblanos un poco de su significado.
Son actitudes. Generalmente son títulos que no siguen la escolástica hondureña de crear un título hermosísimo para atraer al público esteta, no busco eso. El primero, Sextos de lluvia, fue el más elaborado, porque yo también vengo de la cuestión comunicativa, traigo mi experiencia en comunicación, he trabajado en esos y he entendido qué tipo de anzuelos como títulos pueden captar la atención: la simpleza, la no sofisticación de un título, que no invite a creer que el libro es sofisticado, que la persona que lo lee tiene que tener un nivel estético para poder comprenderlo. Sobre todo eso: hacerlo sencillo, pero sobre todo muy contundente.

4. En algunos de tus poemas el hastío y el cansancio de lo cotidiano se convierten en una denuncia social. ¿Coméntanos este aspecto de tu obra?
Es que todo es social. Yo siempre lo vi desde ese punto, primero social y luego político. Es parte de la maduración de lo que yo he hecho. Políticamente soy un instrumento para señalar las cosas que no están bien, ese hastío. Este país está dominado por una mentalidad reaccionaria que impide la creatividad en su máxima manifestación, que la creación sea parte de todos. Este país no tiene libertad, más bien cada espacio libre lo cierran. Entonces, definitivamente allí está lo social, la angustia, todo el hastío por este país que me parece en mucha ocasiones similar al que se vivió en el siglo XVII.

5. ¿Crees que los poetas tienen la obligación de contribuir a crear una sociedad más justa?
El poeta está obligado a ser un militante de cualquier revolución. El poeta está obligado a revolucionar porque su palabra es revolución. La poesía es un gran laboratorio lingüístico. Si un poeta entra a este laboratorio sin encontrar la fórmula que le haga explotar el tubo de ensayo, entonces que no entre. Como decía Heidegger: ser es explotar en el universo, así que la poesía para mí es explotar en el universo.

6. ¿Está en decadencia el género poético? ¿Por qué la gente casi no lee poesía en Honduras?
No, el sistema educativo hondureño está en decadencia. Si la gente no lee poesía es porque el sistema educativo no le enseñó a tener sensibilidad para acercarse a la poesía. El poeta puede ser decadente, la poesía no es decadente. Igual hay países, como bien me lo señaló una vez Roberto Sosa: “Fabricio, tenga cuidado, no hay poesía decadente, acuérdese que la decadencia también fue una moda, hay que acordarse de Óscar Wilde, del de decadentismo, que bien hecho es hermoso”.

7. En tus libros son notorias una evolución constante y diversas influencias ¿Qué podes decirnos sobre esto?
Me decía un amigo: “Fíjate que este último libro que publicaste me gusta más que el anterior”. Me alegra que me digas eso, le dije, porque cuando publiqué el anterior me dijeron lo mismo, ja, ja. Sí, una vez Milson Salgado me dijo que lo que le gusta de mi poesía es que va in crescendo de un libro a otro. El asunto es que quiero saldar cuentas. Mis libros son saldos de cuentas. Mis libros son esclusas y con uno ya me olvido del otro, de otra parte de mi vida. Yo entiendo la poesía como vida, para vivir. La poesía para mí ha sido un quemar etapas. Para utilizar una metáfora poética: la conquista es la luna, tanto poética como estéticamente.

8. Me dijo un amigo escritor que todo creador en algún momento se convierte en un plagiario… ¿qué opinas de esta postura?
Uno también traiciona su plagio. Uno quiere escribir como lo máximo que leyó en ese momento y termina escribiendo a la altura que ha logrado alcanzar en la escritura y en la comprensión de la literatura. Yo lo que creo es que uno trata de traducir toda la acumulación de lecturas y termina traicionando lo que leyó, porque no logra alcanzar esa altura.

9. Actualmente hay en el norte del país una generación de escritores muy críticos y con frontativos, pero preocupados por crear una literatura renovada y de calidad… ¿Cuál es tu opinión sobre este fenómeno y sus protagonistas?
A mí me gusta lo que están haciendo allá en San Pedro Sula, puedo mencionar seis nombres de un solo, diez. La confrontación no es que no me gusta, a mí me fascina confrontar, pero me fascina confrontarme creativamente. Yo respondo a alguien con una creación. Yo respondo a una película que me haya fascinado con una creación, la traduzco en poesía. Yo respondo a un libro con mi escritura, esa es mi forma de hablar. Más allá de eso, la confrontación de palabras, de procacidad, mejor que me digan de un solo vení, golpeémonos acá de una sola vez… no les rehuiría tampoco. La confrontación yo la entiendo como una lucha metafísica estética, como un Humberto Eco ridiculizando a Borges en El nombre de la rosa con Jorge de Burgos, el bibliotecario ciego que se incendia en su biblioteca. A ese nivel yo acepto la confrontación. Temo que esa energía que se tiene se pierda en confrontaciones estériles de provincia. Por eso admiro el desenfado con que están trabajando en San Pedro Sula, la forma autoafirmada de no pedirle permiso a nadie para hacer sus cosas y de ser lo que son, pero al confrontación yo no la entiendo, nunca la entendí ni la quiero entender.

10. ¿Has recibido críticas? ¿Cuál tu actitud frente a ellas?
Hay poca crítica. Tan poca que ni me acuerdo, lo digo sinceramente. Con excepción de lo que escribió Roberto Sosa en la Poesía política… Imagínate ese nivel, llegar a armar un corpus de tu pensamiento, terrible. Yo tengo una idea clara de lo que es mi pensamiento poético, pero nada mejor sería que encontrar un espejo donde me contrasten con una estética, que digan algo sobre lo que escribí. Es muy poco realmente. A aquí no se envalentonan, está ligado también a la idea de no engrandecer al otro. Aquí se da mucho eso, que se le da crítica a alguien con cuidado para no engrandecerlo ni que se envalentone ni que se la crea. Yo veo que no se ha querido asumir el trabajo del otro y escribir sobre él.

11. ¿Hablamos de una crítica cobarde?
Cobarde para expresarse.

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12. Helen Umaña ha dicho que tu poesía despoja de su máscara a la vida, pero que nos eres un escritor escéptico ¿Cuál es tu actitud frente a la vida y qué papel juega lo poesía en ella?
Es que la poesía quita máscaras y yo quito máscaras porque me quité la mía; tengo un verso que dice: ”…vas allí en el colectivo con tu poesía de rayos X”. Uno se convierte en un personaje antihéroe en muchos aspectos en el mundo literario hondureño. Puede caer en la calificación de ser un antihéroe de la poesía en el asunto de que no creo en la elaboración, creo en lo que asimilo de la elaboración de otros, pero elaborar mi poesía no la voy a elaborar. Entonces, en este caso, lo escéptico que habla Helen Umaña no significa que no tenga una desilusión con los elementos estéticos de la literatura, con los elementos del circuito literario. El asunto es, si bien entiendo lo que me está diciendo Helen allí, porque para entender la crítica hay que tener una conciencia paralela, posiblemente esté diciendo esto porque, como decía Fausto Henríquez, mi poesía es ligera de equipaje… me remito a un verso hermosísimo de un poeta sueco que decía: “Me gusta ir descalzo por la hierba porque así camino más y siento más; igual, entre más ligero el equipaje, más viajo con la poesía.

13. Tu trabajo es muy respetado, has dirigido talleres de poesía y tienes influencia entre los jóvenes escritores ¿Te consideras el poeta más emblemático de tu generación?
No, para nada. Me niego totalmente a eso, y no puedo explicar lo que me niego a asumir.

14. ¿Qué pensas de los colectivos de escritores? ¿Qué papel juegan en la difusión, consolidación y fomento de la literatura hondureña?
La literatura hondureña a nivel de visión cultural solo ha existido a través de colectivos. Estatalmente no ha habido apoyo. Si ha habido algún espacio, Felipe Elvir Rojas se dedicó a publicar sus propios libros, Segisfredo Infante se dedicó a publicar sus propios escritos en 18 Conejo. Donde ha sobrevivido la cultura literaria del país ha sido en colectivos y talleres, deberían multiplicarse.

15. El mundo contemporáneo parece que no tuviera alma, cada vez los seres humanos estamos más robotizados y anonadados por la máquina… ¿qué papel juga la poseía en un lugar así?
Lo que tanto le fascinaba a Juan Ramón Molina en Metempsicosis, le transustancialidad, lo que tanto quería a nivel estético, el sistema ya lo logró, hizo metempsicosis con lo humano. La transustancialidad es la gran bandera del mundo ligth. El papel de la poesía es devolverle sustancia al ser humano. Ahora Quieren que uno tome café pero sin cafeína, quieren que coma tal cosa pero sin grasa, que sea poeta pero sin rebeldía… es ridículo el mundo ligth, el mundo transustancial. Entonces el papel de la poesía es devolverle sustancia al humano.

16. Si tuvieras que elegir un fragmento de tu obra para que el mundo te recordara, ¿cuál sería?
“Todos aman que el animal se asfixie y que en su piel salten peces…”, porque todos aman verte en la agonía… es morboso, es morboso pensar en un Atila Joseph muriendo de hambre, es morbosísimo pensar en un Roberto Sosa, con toda su grandeza, muriendo en condiciones económicas duras para su familia y para él… han creado el mito del poeta en el arrobo, en el éxtasis, en la agonía.

17. Describe Tegucigalpa en una línea.
Hipócrita.

Entrecomillados/destacados
1 “No me interesa que un poeta me venga a leer a mí, mi poesía es para la gente”.
2. “Uno aprende tonos de otros poetas que se convierten en su personalidad”.
3. “La música es aquello que llevas adentro para hacer tu poesía”.

Libros publicados pro Fabricio Estada
* Sextos de lluvia, 1998
* Poemas contra el miedo, 2001
* Solares, 2004
* Imposible un ángel (antología), 2005
* Poemas en onda corta, 2009
* Blancas pirañas, 2011
* Sur del mediodía, 2013-15
* Houdini vuelve a casa-2015