Pobreza y violencia obligan a padres a irse mojados con sus hijos a EE UU

Pese a la advertencia del gobierno de los Estados Unidos, en el sentido de que no tolerará la presencia de más niños que lleguen ilegalmente a ese territorio, muchos padres de familia continúan arriesgando la vida de sus hijos enviándolos solos o acompañados por esa dura travesía.

El caso de los tres menores que murieron el pasado miércoles no es un hecho aislado, ya que en junio pasado en Florida, Copán, fueron detenidos varios infantes que estaban en un hotel junto a sus coyotes, listos para emprender el viaje en busca del denominado sueño americano.

Sin embargo, no todos logran llegar a su destino final, ya que algunos mueren en el camino o son retenidos por autoridades migratorias que los retornan a sus países de origen. La mayoría es de nacionalidad hondureña, salvadoreña y guatemalteca.

Eso sucedió en una oportunidad con Jennifer Nineth Gavarrete López (11), fallecida en un naufragio, quien ya había sido retenida en México, junto a su madre Olga Marina López y posteriormente fueron enviadas a Honduras.

López y su hija, residentes en la aldea San Carlos de Omoa, Cortés, tenían apenas 8 días de haber llegado deportadas de México, pero la persona encargada de trasladar a compatriotas de manera ilegal a los Estados Unidos, le notificó a la progenitora que podía hacer otro intento por la misma cantidad de dinero que había pagado.

Jennifer Nineth Gavarrete y Carlos Daniel Aguilera.
Jennifer Nineth Gavarrete y Carlos Daniel Aguilera.

Pensando en que su pequeña y otro de sus hijo de 17 años, tendrían un mejor futuro, tomó la determinación de volver a tratar de cruzar ilegalmente Guatemala y México, llevándose consigo a la primera, quien estaba entusiasmada por llegar a donde su tío Toño.

“Si hubiera sabido que esto pasaría no hubiese intentado irme y mucho menos llevarme a la niña”, expresó con voz entrecortada Olga Marina.

 BUSCABAN MEJOR FUTURO

La mujer, quien se dedica a la venta de ropa, con mucho esfuerzo logró conseguir el dinero para pagarle a la persona que la llevaría a los Estados Unidos, incluso, cultivó una milpa y la cosecha la vendió para obtener ingresos para el mismo fin.

Sin embargo, la mujer nuevamente retornó a Honduras, pero esta vez sin su hija, ya que perdió la vida tras el naufragio de la lancha en la que se conducían por la barra San José de Puerto Madero en Chiapas, México, luego que una ola la volcara.

En ese mismo hecho murió Carlos Daniel Aguilera Aguilar (7), quien viajaba junto a su madre de nombre Karen Suyapa Aguilar Banegas y uno de sus hermanos de 12 años de edad, tras partir el domingo pasado de su casa de la aldea El Porvenir, San Manuel, Cortés.

Olga Marina López y Karen Suyapa Aguilar, lo único que deseaban era salir de la pobreza junto a sus hijos.
Olga Marina López y Karen Suyapa Aguilar, lo único que deseaban era salir de la pobreza junto a sus hijos.

Otro menor de origen salvadoreño que realizaba la travesía en compañía de su padre, también corrió la misma mala suerte de los niños hondureños.

La muerte de Jennifer Nineth y Carlos Daniel ha causado consternación entre otros compatriotas, pues los dos soñaban con superarse.

Tanto Olga Marina como Karen Suyapa expresaron que decidieron realizar el viaje hacia los Estados Unidos debido a la falta de oportunidades, el desempleo y la ola de violencia que impera en el país.

“Solo deseaba que mis hijos tuvieran un mejor futuro; aquí la situación es difícil, pero desafortunadamente no logramos llegar, a pesar de las ilusiones que teníamos, especialmente mi niña que soñaba con ver a su tío Toño”, comentó Olga Marina.

Mientras que Karen Suyapa dijo que “quería lo mejor para mis hijos, por eso decidí irme, superarme y darles una buena educación. Solo pido a las autoridades que nos ayuden para que nos entreguen rápido el cuerpo de mi niño”.

En ese sentido, autoridades de la Secretaría de Relaciones Exteriores indicaron que el procedimiento para la entrega se puede tardar unos 20 días, ya que se debe hacer todo un análisis de la documentación, así como los trámites correspondientes ante sus homólogas de México, donde actualmente se encuentran los restos.