* Visitantes se conforman con ver objetos ante la falta de información.
* El archivo es una joya, uno de los mejores de Honduras.
* Edificio fue construido en 1857-58. Fue inaugurado por el presidente José Santos Guardiola.
Autor: Luis Alonso Gómez Oyuela
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DANLÍ, El Paraíso. Los museos son los principales referentes de la historia en cualquier parte del mundo y Danlí no es la excepción, lamentablemente; aquí se maneja poca información por lo que la mayoría de visitantes se conforma con ver el contenido físico de cada una de las piezas antiguas.
Las últimas semanas los estudiantes del Instituto Departamental de Oriente y de otros colegios, buscan información detallada sobre algunos sitios emblemáticos de la ciudad, entre otros, el museo, Casa de la Cultura, lavaderos públicos, bustos, estatuas, escritores, pintores y escultores.
Danlí, hasta hoy no cuenta con una página que recoja todo el contenido necesario para satisfacer las inquietudes, no solo de los estudiantes sino del resto de la población que desea conocer a profundidad los orígenes del municipio, su gente, costumbres y tradiciones en las que se sustenta la identidad de cada pueblo.
El Museo Municipal funciona actualmente donde por más de 100 años estuvo la Casa Consistorial, cabildo o ayuntamiento. Es uno de los edificios más antiguos de la ciudad después del templo parroquial. Consta de dos plantas, su construcción es adobe, madera y techo de teja. Anteriormente los pisos eran de ladrillo de barro los que fueron sustituidos por ladrillo mosaico (cemento) y otras con imitaciones al antiguo. Fue construido en 1857-58 e inaugurado en la administración del general José Santos Guardiola. En la planta baja funcionó el primer presidio; en la segunda, años más tarde fue la sede del gobierno municipal hasta comienzos de la década de los 70.
Es a partir de 1976 que el viejo edificio en convierte en museo a instancias de Antropología e Historia. Después fue remozado y técnicamente organizado y pasa a ser parte de la historia, tal como lo expresara el presidente Carlos Roberto Flores, durante los actos de inauguración, “todas las ciudades tienen una historia que contar, y el museo recoge esas vivencias y el pasado que forjaron nuestros abuelos tan llenos de amores patrios”.
Correspondió al museógrafo Jesús de las Heras, durante el montaje recopilar objetos y datos históricos, entre los que se destaca el significado del nombre de Danlí que para entonces y de acuerdo al historiador Alberto Membreño, tenía su origen en la dicción mexicana “XALI”, agua y arena, “LI”, agua o quebrada. Sin embargo, estudios posteriores del historiador Carlos Ernesto Molina, señala que el origen de Danlí, es en lengua Matagalpa y parte de las dicciones “DAN”, montaña y “Li”, agua. Montaña de agua.
Otro de los datos importantes poco conocidos es referente a la población. Datos históricos indican como estaba compuesta a la llegada de los españoles. Eran indígenas Payas, Icaques y Tarawas. Siendo los Payas los que mayor resistencia presentaron a los conquistadores, aunque al final los indios del lugar tuvieron poco que ver con el poblamiento.
De Las Heras, manejo los datos sobre la ubicación de las salas de exhibición, comenzando desde la entrada con apuntes históricos resumidos y recomendaciones para que los visitantes colaboraran para su conservación.
Además del museógrafo, habrá que destacar el trabajo de Luz de Solziree, eficiente, dinámico y lo más importante, con el amor a ese pasado que solo es para las almas cultas y sencillas, igual que Francisco Ochoa, silencioso en su accionar, pero entregado a su labor de fuerza y entendimiento.
Otra área importante del museo es el archivo, lamentablemente, permanece cerrado por falta de personal capacitado. El trabajo de organización le correspondió a Sandra Cálix, experta en esta área tras realizar un intenso trabajo para ordenar toda la información. Durante su trabajo se mostró sorprendida por la riqueza existente, llegando a considerarlo como el mejor organizado hasta aquella fecha en el país: “aquí hay cosas interesantes, los juicios verbales desde la mitad del siglo diecinueve, que tiene mucho que enseñar para el nuevo sistema penal que se implementaría años después en los tribunales de justicia con los juicios orales; información sobre límites y documentos cuando Danlí pertenecía al departamento de Olancho y lo más relevante que no había encontrado en otro lado, es la información completa sobre los fierros de herrar ganado a nivel nacional, cuyas copias se conservan.
En este archivo aparece un cuadro estadístico sobre nacimientos, hijos varones legítimos, naturales y reconocidos, como dato curioso, desde siempre Danlí ha registrado un mayor índice de nacimientos del sexo femenino superando por mes entre dos y hasta cinco en comparación con los varones.
Con la experiencia de la gente de Antropología e Historia de finales de la década de los 90, se logró realizar una buena distribución de las salas de exhibición, iniciando desde la planta baja donde estará la boletería, luego el archivo, sala de producción artesanal y economía y el área de agropecuaria que incluye diferentes aspectos del desarrollo socioeconómico del municipio.
En la planta alta, en uno de los pasillos se encuentran imágenes de los personajes destacados de esta ciudad, entre ellos; Segismundo Arriaga y Sánchez, quien nació en 1851 y falleció en 1909. Pedro Nufio, considerado el benemérito de la educación nacional, Cosme García, destacado maestro y Cornelio Lazo. Seguidamente se encuentra el salón consistorial donde se conservan varios muebles utilizados por los alcaldes, actas, piezas de barro cocido utilizadas para el antiguo acueducto, un escudo de armas de 1800 y en las demás salas todo lo relacionado con cultura, religión y hogar.
Como la historia es para escribir la verdad. La restauración para el museo de la antigua Casa Consistorial estuvo a cargo del comité danlidense de desarrollo quiénes realizaron las gestiones con las autoridades centrales. La Dra. Olga Joya, para entonces directora del Instituto de Antropología e Historia, ella jugó un papel importante para el montaje de este Museo. Le correspondió a la arquitecta María Carlota Valladares hacer los trabajos de restauración a un costo de 427 mil lempiras, fondos obtenidos a través del Congreso Nacional, mediante gestiones de Rodolfo Pastor Fasquelle, cuando se desempeñó como ministro de Cultura.
Esta es la historia; esta es la verdad que las presentes y próximas generaciones deben conocer sobre la riqueza histórica y documental del Museo Municipal. Queda pendiente, realizar las obras de una nueva restauración de techos lo que será posible mediante convenio firmado en fecha reciente con el instituto de Antropología e Historia y la municipalidad.[mp_carousel_1 carousel_images=»11797715,11797716,11797717,11797718,11797720″ carousel_start=»false»]