Gregorio Canales
La Academia Hondureña de la Lengua y la Universidad Pedagógica Nacional “Francisco Morazán”, han iniciado un proceso de fortalecimiento de la identidad nacional, centrado en el rescate y afianzamiento de los valores culturales del país. El miércoles 10, recién pasado, en el Paraninfo “Ramón Oquelí” de la UPN, la Academia de la Lengua y la Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán, le rindieron un justo y sentido homenaje a la memoria de Jacobo V. Cárcamo, en ocasión de cumplirse este año, el primer centenario de su nacimiento, ocurrido en Arenal, Yoro, el 28 de noviembre de 1916.
Aunque Cárcamo es el fundante de la poesía social de Honduras, según Livio Ramírez y uno de los más jóvenes renovadores de la poesía en Honduras, las nuevas generaciones conocen muy poco de su vida, de su obra poética y en prosa, de sus dificultades en su auto exilio en México y mucho menos de su muerte ocurrida en la capital de este país, el 1 de agosto del 1959.
Por ello, el salón más distinguido de la UPN, teniendo como testigo el mural de Ezequiel Padilla, estuvo rebosante de estudiantes de letras, docentes y autoridades, encabezada por la Decana de la Facultad de Letras y Lenguas, de la UPN, Dra. Rosario Bueso en representación del Rector David Orlando Marín que se encontraba con su salud afectada, así como por la mayoría de los directivos de la Academia Hondureña de la Lengua. (Martínez, Ramírez, Gaitán, Bondy y Bruhl). El maestro de ceremonias del acto fue el Académico de la Real Academia de la Lengua, don Nery Alexis Gaitán, secretario de la misma.
El homenaje a Jacobo V. Cárcamo, incluyó una conferencia magistral de su biógrafo principal, Óscar R. Flores, profesor del Centro Universitario del Valle del Aguán, la presentación de un libro editado por la Academia Hondureña de la Lengua, coordinado y con la selección de la obra poética por Livio Ramírez y un conversatorio en el cual participaron Juan Ramón Martínez, director de la Academia de la Lengua, el Lic. Flores y el poeta Ramírez Lozano.
En sus intervenciones, Flores dio testimonio de las investigaciones realizadas para concluir su rica y documentada biografía, Martínez refirió el impacto de Cárcamo en su juventud en Olanchito, informando de la creación del “Círculo Cultural Jacobo V. Cárcamo”, animado por su profesor de filosofía Ibrahim Puerto Posas, y en el cual tomó participación siendo estudiante de secundaria, de la colocación de una placa conmemorativa en la casa donde nació Jacobo V. Cárcamo -donde ahora está el edificio del instituto de secundaria que lleva su nombre- y del conflicto que enfrentó con uno de los hermanos del poeta Cárcamo, José Manuel Cárcamo, conocido como “Chito Cárcamo”, comandante militar en Olanchito, en noviembre de 1963, que en forma arbitraria, prepotente, irrespetuosa de la ley y de espaldas a los principios de la amistad con el padre del director de la Academia, encarceló a uno de sus hermanos (José Dagoberto Martínez, ahora director de la FUNDAUPN) siendo menor de edad y solo por una broma, típicamente estudiantil (“¡ Hay viene Rodas Alvarado!”, que de alguna manera mostraba el rechazo del golpe de Estado del 3 de octubre de 1963 en contra de Villeda Morales), dicha en alta voz, un mes después, en la calle, y escuchada por uno de los miembros del CES, investido de autoridad.
Refirió que discutieron, una vez que pusiera en libertad a su hermano, en un encuentro cara a cara con José Manuel (Chito) Cárcamo. Y que este al final, le pidió disculpas. Y se dieron la mano, como dos caballeros. Ramírez Lozano, valoró la calidad de la obra poética de Jacobo V. Cárcamo, refiriendo anécdotas de su estancia en México y señaló, con mucho sentido humano, el gesto solidario de una funcionaria de la Embajada de Honduras en México que le hacía magros y disminuidos regalos económicos que Cárcamo agregó al sudario de su muerte, en extrema pobreza, ocurrida como ya dijimos el 1 de agosto de 1959, en la ciudad de México, víctima de la tuberculosis que le hizo concluir la vida, cuando aún no había cumplido 43 años. Diez más que Juan Ramón Molina, que murió a los 33 años. Exiliado también, en El Salvador en 1908.
En la conversación los tres participantes, coincidieron que el que es posiblemente, el poema políticamente más directo, fuerte y apasionado, de Jacobo V. Cárcamo“ Canto al Ejército Yanqui, ( “adonde vais, horda de amarillos escorpiones/ homosexuales de la marina”/) no fue incluido en la Obra Completa producida por Manuel Salinas, entonces director de la Editorial de la UNAH, y puesta en circulación en 1982 -comprensible porque entonces era el tiempo más duro de la “guerra fría” en Honduras, cuando el gobierno era civil; pero manejado arbitrariamente por Gustavo Álvarez Martínez- ni en el“Corpus Poético” de Jacobo V. Cárcamo, seleccionado por Ramírez Lozano, porque creyó oportuno que la poesía política, ocupara espacio en otro libro especial que posiblemente le propondrá a la Academia Hondureña de la Lengua para que lo publicase.
En la parte final del acto, el joven estudiante de Letras y Lenguas de la UPN, Manuel Ayes Callejas, declamó tres bellas poesías del poeta homenajeado, y la Soprano Lírica Sayda Bulnes, cantó dos poemas de Jacobo V. Cárcamo. Ambas participaciones, fueron un cierre extraordinario para un evento en que, sin duda las dos instituciones comprometidas en la forja de una Honduras mejor, continuarán participando en una alianza estratégica destinada a la forja de la identidad nacional, incluyendo en su pensum académico la última de ellas, el conocimiento de la obra poética de Jacobo V. Cárcamo, el estudio de la novelística de Ramón Amaya Amador, la influencia de Clementina Suárez en la plástica y la poesía y la divulgación de la enorme obra bibliográfica y periodística de Rafael Heliodoro Valle. Así lo esperamos. El país y su pueblo, lo necesitan urgentemente.
