Mamá ‘cobradora’ se gana la vida en buses urbanos

Hace algunos años era poco común que las mujeres trabajaran en el rubro del transporte, para llevar el sustento económico a su hogar, pero ahora es normal verlas subidas en los buses y taxis, aseguró Ana Francisca Ordóñez (43), quien trabaja como cobradora en un bus “rapidito” de la ruta Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) hacia la colonia El Carrizal y viceversa.

Ella comenzó su labor en los autobuses urbanos desde 1996, cuando en aquel entonces “el pasaje de los buses amarillos costaba tan solo 50 centavos”, comentó, con un gesto de entusiasmo, al tiempo de decir que ha escalado cargos porque antes era “despachadora”.

Con su “chamba”, Ana logró graduar a sus cinco hijos en colegios diferentes. En total procreó seis hijos, tres de cada relación, pero sufrió la pérdida de uno de ellos a causa de una enfermedad terminal que le sobrevino a sus 10 años.

SE GANÓ EL RESPETO

La abnegada madre contó que para sostener a su familia se ha aferrado a su empleo. De hecho, en los gajes de su oficio se esmera por gritar frases como: “¡Súbase papi, súbase chavo, se va, se va, Carrizal-Carrizal!”, para llenar la unidad de pasajeros en cada estación y así superar las ganancias esperadas del día.

Cuando se le consultó si ha sufrido irrespeto por parte de sus compañeros o discriminación por ser mujer, al dedicarse a esa ocupación; contestó sonriente que “no, para nada, me he ganado el respeto y la capitanía de todos, con la ayuda de Dios”.

Sin embargo, lamentó que “antes no era tan peligroso como ahora, era más tranquilo, no se peleaban vías y hay mucha competencia; ahora hasta hay servicios contratados de las universidades, es demasiada la competencia que hay”.

“Pero solo se necesita la voluntad para encontrar trabajo, manteniendo la calma, echándole ganas para seguir adelante; ahora debe haber igualdad en los trabajos, lo que le puedo decir es que se puede conseguir un empleo sin importar la edad y el género”.

“Las mujeres debemos vencer el tabú que solo podemos cocinar, perfectamente podemos hacer más actividades sin perder el glamur”, agregó, mientras contaba el dinero cobrado.