Por: Jacobo Goldstein
Los medios informativos estadounidenses han cubierto intensivamente el décimo quinto aniversario del peor ataque terrorista perpetrado en este país, hecho sangriento que sucedió el 11 de septiembre del 2001, siendo presidente George W. Bush, que llevaba menos de ocho meses en el poder. Cuatro aviones comerciales norteamericanos fueron secuestrados por el Grupo Al Qaeda, que dirigía Osama bin Laden, que desde Afganistán organizó este suceso. Los ataques de ese día le costaron la vida a más de 3,000 personas y dejaron un saldo de más de 6,000. Dos aviones de United Airlines fueron secuestrados y también dos aviones de American Airlines corrieron la misma suerte. Dos de estos aviones se estrellaron contra las dos torres gemelas de Nueva York, otro se estrelló contra el Pentágono en el área de la capital federal y el cuarto cayó a tierra en Shanksfield, Pennsylvania, cuando se dirigía a Washington para atacar otro blanco estratégico. Fueron los pasajeros a bordo que se sublevaron contra sus captores y el avión se estrelló en un campo abierto.
Ese día yo me encontraba en la Casa Blanca y vi en vivo como el segundo avión se estrelló contra la otra torre gemela.
Estaba transmitiendo desde la casa de gobierno cuando otro de los aviones se estrelló contra el Pentágono. Poco tiempo después de eso, el Servicio Secreto nos evacuó urgentemente a todos los que estábamos en la Casa Blanca, pues se temía que el cuarto avión venía a atacar la casa de gobierno. Siempre pensé que los valientes pasajeros de ese vuelo de United Airlines nos salvaron la vida al haber derribado ese avión, hecho que les costó a ellos su vida. Ahora, quince años después de ese hecho, no podemos descartar la posibilidad de que, pese a todas las medidas de precaución existentes, grupos terroristas traten de llevar a cabo otro ataque de gran envergadura en esta nación.
Hace dos días, el domingo 11 de septiembre del 2015, fui entrevistado por CNN en Español Televisión, sobre qué ocurrió aquel día fatídico en la Casa Blanca, donde fuimos evacuados con urgencia por el Servicio Secreto. Ese fue un día que jamás olvidaré. Uno que me trae demasiados tristes recuerdos, un día que cambio para siempre a este país y a sus habitantes. No olvidemos que luego vino la invasión a Afganistán, después la de Irak, y todavía hoy en día estamos pagando caro por esos y otros sucesos que ocurrieron en el Medio Oriente y en países aledaños. No olvidemos que todo eso proviene de la fundación de ISIS y de otros grupos fundamentalistas radicales que han llevado a cabo ataques terroristas, en Europa, en Estados Unidos y también en otras naciones del mundo y que nos siguen teniendo en su mira.