El bullying en los centros privados de educación

Por Mario E. Fumero

Hoy día, y gracias a la facilidad de los teléfonos inteligentes, ninguna acción incorrecta o ilegal pasa desapercibida de los medios de comunicación, y ello demuestra que la violencia escolar, no solamente es un problema de los colegios y escuelas públicas, sino también existe el uso de drogas y de bullying entre los alumnos de los centros educativos privados, a donde asiste la élite social de la nación.

Me conmovieron unas imágenes difundidas por la internet, cuando un menor abusaba violentamente contra otro menor de constitución física más endeble de forma violenta, hecho que ocurrió en un salón de un colegio privado en la ciudad de San Pedro Sula, el cual recibió una golpiza delante de los compañeros que contemplaban la escena sin inmutarse, y en vez de intervenir para a evitar tal atropello, se pusieron a filmar la agresión con su celulares, y después lo difundieron subiéndolo a las redes sociales.

Ignoramos qué medidas podrá tomar el centro educativo ante una evidencia clara de un abuso físico contra un menor indefenso, ejecutado por otro alumno que tenía mucho más cuerpo. Posiblemente la posición social del agresor, y la influencia de los padres del mismo, evitará que el centro educativo y las autoridades de educación actúen con mano dura frente a algo que cada vez se hace más común en los centros privados y públicos.

Al contemplar estas escenas, y mirar el panorama que nos rodea, no me cabe duda que estamos viviendo en una sociedad cada vez más corrupta y violenta, el cumplimiento de las palabras de Jesucristo en Mateos 24:37 cuando compara los últimos tiempos, con la época en que vivió Noé, y la cual está descrita en Génesis 6:11 en donde dice que la tierra estaba llena de corrupción y violencia. Ambas cosas son parte del diario quehacer de nuestra sociedad.

¿Por qué el bullying se ha convertido en un serio problema en la sociedad moderna? Existen varios factores. El principal de todos es la influencia que ejercen los medios de comunicación, a través de los videojuegos y de las películas violentas que inundan nuestro entorno y las cuales influyen sobre la mente de nuestros niños, los cuales son saturados de una violencia inducida que los conduce a una acción externa de agresividad debido a una deformación mental de convivencia. Si los niños pierden el respeto a las personas, al amor a la vida y el temor a Dios, actuarán incorrectamente.

Los padres de hoy están tan entregados a buscar el bienestar material, que se han olvidado de darles a los hijos un poco de tiempo, para enseñarles los valores que podrán forjarle un carácter con dominio propio en el futuro. El incremento de la violencia escolar, familiar y social muestra que estamos forjando seres humanos más salvajes que los animales que viven en las selvas, porque al menos los animales salvajes matan para vivir, o para defenderse y proteger sus crías, pero nosotros, los humanos lo hacemos por capricho y maldad.

Se discuten en el Congreso leyes que frenen el bullying, pero más que leyes, lo que necesitamos son valores y pautas firmes para que nuestra juventud aprenda el respeto y el amor a sus semejantes, y esto tristemente no se puede imponer con una ley, sino con dedicación, esmero y valores cristianos.

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