Historia del Sitio a Comayagua en 1924

Florencio Flores Núñez (QEPD, 1983)
Coronel de Artillería
Exdirector General de la Policía Nacional (1956)

El 17 de febrero de 1924, sabiendo el Vicedictador que su Plana Mayor había sido derrotada por tropas revolucionarias acantonadas en la ciudad de La Paz, por lo cual ésta quedó tomada, el comandante liberal organiza una expedición para recuperar, tanto las avanzadas, como el dominio de la ciudad.

En la madrugada del 18 de septiembre, enviaron 150 hombres al mando de los Coroneles Alberto Cruz, Aplícano y Alberto Morales y, General Leonardo Nuila. El ataque se dispuso por tres alas: una atacaría por el llano del cementerio, otra por la entrada a Comayagua y la otra por la cuesta “Los Manueles”. El tiroteo se efectuó, precisamente, cuando el Coronel Alberto Cruz presentó con su columna en el llano de la salida de Ponce donde el enemigo se encontraba parapetado en los cercos de piedra, se hizo un cambio de disparos entre ambas partes que luego fueron acentuadas por descargas de malinger lo que hizo retroceder al enemigo hacia las alturas, pero, después de una media hora de resistencia, se observó el avance de la columna del Coronel Aplícano bajando la “cuesta de los Manueles” y quien atacaría al enemigo por la retaguardia, lo cual así sucedió, recibiendo los “revolucionarios” una sorpresa, dando esto por terminada la acción con la derrota de los “revolucionarios”; la columna del General Nuila no tomó parte debido a la pronta liquidación, pues la acción principió a las 7 am terminándose a las 8 y 30 am.

Se le avanzó al enemigo una cañón antiguo, tres granadas, seis bombas de dinamita y cinco muertos que quedaron en el campo y un pobre hombre que fusilaron los muchachos por sospechas y deseos de quitarle un revolver que poseía y estando en su casa al lado de su familia. Después de esto podemos decir “fue la guerra” pues se le saqueó la tienda al turco Mansur quemando una gruesa de cohetes. Después de esto realización sin dinero de la tienda Soto, exigencias de los pocos costeños del General Nuila. Y hago justicia al Coronel Cruz quien al principio se opuso a que se saquearan dichas tiendas pero, como después del triunfo la gala, fue imposible evitar resultando una tremenda borrachera por lo cual se dispuso regresar a Comayagua.

Sitio de Comayagua el 21 de febrero 1924 por tropas “revolucionarias” al mando del General Ferrera. A las 5 pm se observaron las primeras columnas “revolucionarias” en el cerro que queda al norte de Comayagua. A las 8 pm se dejó oír el clarín metálico de los sitiadores tocando la ordenanza. La plaza de Comayagua fue pedido por un parlamentario y fue negada. En esas horas se redobló la vigilancia y un silencio fúnebre se observó en todo el lugar, no oyéndose más que el “¿quién vive?” de las avanzadas y, ciertos disparos que venían a romper el aire. A las 7 am se dejó ver el movimiento de avance de lso combatientes presentándose desplegados para el combate. A las 8 am apareció la primera columna en el cerro de “El Nance” con las banderas tricolor desplegadas. En esos instantes la acción principió con lamentos del clarín y el estruendo de la fusilería y el horrendo fragor de las ametralladoras. En el interior del cuartel la banda militar ejecutó la popular pieza “Cara sucia”, lo que enfurecía más a los atacantes.

A las 10 am todas las casas inmediatas al cuartel – sur oeste- quedaron tomadas. En la Catedral un puñado de aguerridos hacía proezas con la puntería de sus rifles, teniendo a la vista magnífico blanco, el cual destrozaban fácilmente. En las calles un destacamento de caballería cambiaba descargas con el enemigo, dando como resultado la baja de los señores Rodolfo Matute y los hermanos Vallecillo, y otros; a las doce pm la situación era terrible al levantar la vista al cielo sólo se veía el sol rojizo empañado, el aire lento y todos los semblantes atónitos y la humareda parecía un horno candente donde aquel puñado de hondureños se ardían en el fuego de los odios y por una ambición sin nombre puesto que el mandatario se elige para todos y no para partido alguno.

Después de las 12 pm únicamente se peleaba en la Catedral, Policía y el Cuartel, todos con decidido coraje; era ya muy notorio en las calles cuerpos humanos muertos por las balas, asimismo, animales y heridos dando sus quejidos a través de las trincheras, paredes y calles; asimismo se supo que de Tegucigalpa venía contingente para reforzar y esto hacía más tenaz la resistencia de 500 hombres que defendían la plaza y la expectación de 2000 que atacaban rudamente. A las 6 pm se tuvo aviso que el Coronel Cruz aprovisionaría con un piquete por el lado de San Sebastián como avanzada del tren que llegaría. Ciertamente este limpió toda la zona por la cual pasó hasta llegar al Cuartel pero, el tren y refuerzo jamás llegó; encomendado a un militarejo inexperto, se confió siendo sorprendido por el enemigo a cerca distancia de San Sebastián quien se apoderó del tren, dinero, soldados y hasta un mismo General cayó en poder del asaltante y fueron conducidos hasta frente del Jefe de operaciones Gral. Ferrerra. Como se ve, nuestra situación era lamentable pero aún así las ametralladoras y fusilería en manos de bizarros soldados no apagaban un instante, pero sí pudimos observar que el enemigo producía unas terribles descargas que las hizo ni al principio del combate: el tren avanzado estaba repartido, especialmente la munición.

A eso de las 10 de la noche la Policía fue tomada replegándose algunos al Cuartel y otros salvando la población rumbo a unas casas y otros cayendo avanzados quienes fueron tratados sin violencia.

A las 11 los defensores de la Catedral, valiéndose de un lazo que llevaba un indio, se dispusieron a escalar la iglesia por la parte de atrás, habiéndose fugado. Con esto el reducto del Cuartel era más pequeño pues la Policía montada que defendía un costado del Cuartel retirose de su posición marchándose rumbo a la Villa San Antonio. A las 12 pm se dejó oír unas bombas, eran en realidad de dinamita, la cual un extranjero constructor de carretera había puesto en manos de los “revolucionarios”, lo mismo herramientas.

El Señor Vicedictador y el Comandante de Armas, únicos responsables de aquel drama en aquellos momentos, mirando la posible derrota, rencorosos para tratar de la retirada, lo cual así lo hicimos y se fueron con la Plana Mayor, quedando la defensa del Cuartel en manos del Mayor de Plaza Coronel Rubén Barahona quien permaneció en su puesto hasta las 5 am hora ya imposible de resistir con 10 soldados llenos de pánico que quedaban en el cuartel, las ametralladoras apagadas y sin objetivo y el enemigo tranquilo esperando el momento de tomar su codicia.

A las 5:30 am sólo quedaba en el Cuartel el Jefe de Ametralladoras Sargento segundo de Artillería Núñez, quien tomando en cuenta la magnitud del peligro, dispuso desafiar la muerte con fusil en mano salió con un soldado, éste tomó una calle y Núñez tomó otra, pero gracias a la providencia salvaron las primeras líneas escondiéndose en una casa para aguardar la noche para poder salir y quedar a salvo de persecución; otros quedaron avanzados, otros durmieron el eterno sueño, otros lanzando el lamento de las heridas y la soldadezca triunfante gritando la alegría y enterrando sus camaradas gritando “ ¡viva la libertad!”

El resultado fue 23 horas de combate entre 500 aristas liberales dictadores y 2000 ferreristas tricolor; quedando en el campo de acción 21 liberales muertos y 18 heridos; 31 ferreristas muertos y 41 heridos. Ahora digamos ¿qué ganó el país? Solamente perdida la paz de sus hijos y la bancarrota del erario nacional y habremos de decir que amamos nuestra Patria ¡mentira! Aquí sólo hubo traición a la Constitución, burla de los derechos del Pueblo y por eso éste dio el grito de ¡a las armas! Para castigar a los usurpadores pero después de eso no conseguimos nada y sólo retrocedimos 50 años nada más. Estas son las luchas por la libertad de nuestro país.

Comayagua 24 febrero 1924