**** Se ubican en un caserío del municipio de La Libertad y a simple vista, parece como si la mano de la naturaleza las hubiese colocado en orden, una sobre otra.
Por: Efraín Banegas
Fotos: Omar Banegas
LA LIBERTAD, Comayagua. En el caserío Valle de Ángeles, a dos kilómetros del municipio de La Libertad, departamento de Comayagua, hay una valiosa reserva de piedra de cantera. Las rocas se ven como si alguien las hubiera cortado, acomodándolas unas sobre otras; pero no es así, simplemente la naturaleza se encargó de ello.
En varios lugares de Honduras hay zonas de donde se extraen piedras para la construcción, pero ningunas tan bonitas como las que se encuentran en el lugar llamado “Piedra del Pilar”, en la comunidad de Valle de Ángeles.
Los guijarros se ven en los alrededores, y por su tamaño, color y textura, pareciera como si estos hubiesen sido tallados por la mano del hombre.
José Valentín Euceda, vecino de Valle de Ángeles, recordó que “aquí teníamos una verdadera mina, pero ya nos queda poco… Por desconocimiento, nosotros no la aprovechamos, y por muchos años, personas de otras comunidades se las fueron llevando”.
El poblador manifestó que constantemente se miran personas en vehículos que llegan a acarrear piedras, algunas que podrían vender el material a ferreterías y otras que supuestamente las ocupan para hacer aceras, construir pisos y para colocarlas en las paredes, entre otras utilidades, para luego pintarlas o barnizarlas.
Añadió que, “la gente que viene aquí, la mayoría es de los municipios de Ojos de Agua, Las Lajas, y unos cuantos de La Libertad y del extranjero”.
Aunque el recurso natural le pertenece a los habitantes del caserío de Valle de Ángeles, lamentablemente ninguna autoridad ha intentado impedir que sea saqueado por extraños.
Otro nativo de la zona, don Roberto Aníbal Zavala, relató que aunque en su tierra natal está el valioso mineral, ellos no le sacan ningún provecho, “porque hasta los que llegan a traer piedras, ya por puro milagro de Dios…”.
EL MISTERIO
El residente del Barrio Abajo de La Libertad, Jesús Romero, relató que a inicios de 1970, siendo un adolescente, a él le contaron que en el lugar conocido como “Piedras del Pilar” había un misterio: Si alguien se intentaba llevar para su casa una piedra del sitio, le era imposible salir de allí, y solo lograba escapar hasta que desistía de “robarse” el pedrusco, dejándolo otra vez en el lugar.
Con mucho escepticismo, él decidió contarle la historia a su madre, quien le propuso que fueran al lugar para constatar si eso era un mito o una realidad. Fue así como un día de ese mismo año, muy de mañana, se prepararon con comida para luego partir al supuesto lugar misterioso.
El “liberteño” manifestó que como no conocían la zona, comenzaron a preguntarles la dirección a las pocas personas que residían al menos a un kilómetro de la mina. De tanto pedir información, a eso de las 2:00 de la tarde lograron que un anciano les dijera por dónde debían irse. Tardaron una hora en llegar, y al estar allí, quedaron anonadados al observar la enorme cantidad de piedras moldeadas de forma natural.
Sin perder mucho tiempo, procedieron a recoger dos de las mejores piezas, cargándolas consigo mientras caminaban rumbo a La Libertad.
“Del lugar hasta el pueblo hay unos dos kilómetros, nos fuimos caminando por una vereda, pero caminábamos y caminábamos, y de pronto estábamos en el mismo lugar donde habíamos recogido las piedras”.
“Caminamos hasta la medianoche, pero al no aguantar el trajín, mi madre decidió quedarse pernoctando en la zona por unas tres horas; pero al recordar lo que yo le había relatado sobre lo misterioso del sector, con mucho pesar decidió dejar las piedras a la orilla del camino, para luego intentar salir del lugar por el que tantas veces habíamos pasado”.
“Al dejar las piedras abandonadas, la sorpresa de nosotros fue enorme… Cuando apenas habíamos caminado unos 20 minutos, de pronto ya estábamos cerca a la carretera por donde habíamos llegado”.
“Esta carretera había sido hecha por un cubano para sacar madera de un aserradero que él tenía en la zona conocida como “Joya del Pate”, que quedaba cerca de la mina de piedras”, relató don Jesús.
LEYENDA PERDIDA
Para tratar de corroborar la historia relatada por don Jesús, Diario LA TRIBUNA se trasladó hasta este lugar, donde logró obtener diferentes versiones. La mayoría de los jóvenes desconoce la leyenda, mientras que algunos adultos mayores confiaron que algunos de sus parientes fueron testigos de lo relatado por este hombre que vivió la experiencia en “carne propia”, en el extraño lugar.
A pesar del saqueo de la cantera, aún hay algunas vetas en los barrancos, donde se observan piedras de diferentes tamaños, las que bien podrían ser explotadas para usarlas en obras públicas, antes que desaparezcan por completo.
Una habitante del caserío comentó que la mina de piedra se parece al “Jardín del Edén” bíblico, ya que hay numerosos árboles frutales como mangos, sincuyas, anonas, nances por doquier, ciruelas y guanábanas, entre otras frutas, lo que vuelve más atractivo ese lugar.
| OPINIONES |
| “Podrían usarse en obras” |
 Alexis Argueta (poblador): “Sería bueno que el gobierno nos ayudara a explotar estas canteras para que las usen en obras públicas, lo que también contribuiría a darnos trabajo, que tanto lo necesitamos en esta zona”. |
| “Necesitamos un trabajo” |
 Robin Alexander Argueta (poblador): “Aquí estamos bien necesitados de un trabajo, y si realizaran un proyecto de explotación de las canteras, eso sería buenísimo, porque matarían dos pájaros con la misma piedra”. |
| DATOS |
| La Libertad recibió el título de municipio en 1876, situado a 38 kilómetros de la ciudad de Comayagua, y a 120 de la capital, posee 11 aldeas y 115 caseríos, y su principal actividad productiva es el café. Su feria patronal, del 25 al 31 de julio, se festeja en honor a Santa Anay siendo el tercero en importancia, después de Siguatepeque y la cabecera departamental, que es Comayagua. |