EL OTRO YO DEL DOCTOR 5-04

COBRA-LOGOPolifacético sería la palabra que puede definir la personalidad de Emec Cherenfant, el Doctor 5-04, un hombre con múltiples aptitudes naturales que superan con mucho a la profesión con que se gana la vida: la cirugía plástica. Músico, compositor y cantante, escritor, poeta, pintor, presentador de televisión, actor de cine, amante del arte, catedrático universitario, lector compulsivo, políglota, altruista y solidario.…Un hombre que se considera un bendito de Dios y que tiene como misión compartir esa bendición divina con quien más lo necesita.
¿Cómo llega a Honduras?
Arribé a este hermoso país, casi con una mano adelante y otra atrás. Venía con unos pocos centavos en la bolsa y con una gran ilusión: ser médico en Honduras, un país del que conocía poco más de su pobreza y al que quería ayudar y servir con la bendición de Dios.
Hoy doctor, ¿se transforma en hombre afuera del quirófano?
Transmito confianza, sabiduría y humildad, pero proyecto mi amor por el prójimo, y no solo por el paciente que sufre con un tumor deformante, una cicatriz antiestética, un abdomen incapacitante o un seno mutilado por el cáncer.
La misión del hombre debe ser dejar un mundo mejor detrás de él y eso se logra haciendo el bien, combatiendo el mal, siendo solidario y compartiendo con el que más necesita. Es lo que Dios quiere de nosotros.
Se habla mucho de la bondad de usted, tanto así que el cardenal Rodríguez dijo en una ocasión. “El doctor Cherenfant es un hombre profundamente bueno”, ¿escuchó eso?
Nuestro Señor Jesús dijo: “Ama al prójimo como a ti mismo, y nos mandó a hacer por los demás lo que quisiéramos que los demás hagan por nosotros. Trato de hacer la voluntad de Dios.
Hay quienes dicen que Cherenfant ha ayudado a muchos pacientes pobres que necesitaron de la cirugía plástica y sin cobrarles un centavo; además, que ha asistido a muchas personas a estudiar y que ya ha graduado abogados, ingenieros, profesores, médicos y que sigue sosteniendo a jóvenes pobres de ambos sexos en escuelas, colegios y universidades, ¿qué puede explicar?
Cuando me toque mi turno, el día del juicio final, me gustaría que Dios lea en el libro de la vida eso que acaba usted de preguntar, y que me diga: Emec, hijo mío, podés entrar al cielo, tu papá y tu mamá te están esperando.
Podemos llenar páginas enteras con testimonios de personas a las que he ayudado desinteresadamente, pero no acostumbro hablar de eso, disculpe.
–Siempre da sorpresas, ¿acaba de escribir su primer libro?
Sí. Se llama “El poder de la esperanza”. Es el primer libro de la “Serie Doctor 5-04”, un libro formado por diez casos clínicos en los que los pacientes tenían solo eso, la esperanza de encontrar una mano amiga que les ayudara a liberarse del dolor de una enfermedad o una limitación física; pacientes que sufrieron años enteros porque no tenían dinero para pagar una cirugía que les cambiaría la vida.
Es un libro que debe despertar en los lectores la empatía por el prójimo que sufre y ayudar sin esperar nada a cambio, porque eso alegra el corazón de Dios.
–¿Cuáles son los otros libros de la serie?
“
El triunfo de la solidaridad,  La sublime gracia, La última oportunidad, Los casos perdidos, Historias ejemplares, El milagro, la última esperanza, un poemario todavía sin nombre y una autobiografía titulada Yo, Emec Cherenfant.
–¿De dónde hereda la vena de escritor?
No sé; Dios es el que da. Y nunca vende ni fía…
–De tantas, ¿cuál es su verdadera vocación?
En realidad, mi verdadera vocación es la música. Soy cirujano plástico por deseos de mi madre Elmire Laurent, y por influencia de mi padre Michelet Cherenfant, que eran misioneros adventistas en Bertoua, Camerún.
Y esta profesión es, en parte, una misión humanitaria, un samaritanado que sirve sobre todo al paciente que no puede pagar un cirujano plástico.
Pero soy músico antes que médico. Ese fue mi mayor sueño. Es más, a la semana de llegar a Honduras, hablando muy mal el español, fundé, con algunos hermanos adventistas, el Ministerio Musical Amor y Fe, que sigue cantando hasta hoy, y del que me siento muy orgulloso.
Escritor, músico, poeta y compositor, también es pintor, ¿a tanto llega?
Amo la pintura. Ha sido una pasión adictiva desde mi niñez. Tanto, que tengo una colección importante de pintura, obra de grandes artistas hondureños, incluidos dos cuadros de José Antonio Velásquez, el primer primitivista de Honduras.
–Pero, ¿pinta?
Sí. En realidad ha sido una pasión secreta desde hace mucho. Pinto a solas y ya casi estoy listo para montar una exposición de mis cuadros.…
–Un hombre polifacético, ¿cuántos idiomas habla?
Hablo español, casi a lo catracho, como dice Polache, pero español. Hablo también inglés y francés, y varios dialectos africanos y caribeños, como el suajili, el ebrié y el creole, entre otros. Estoy aprendiendo garífuna y me gustaría hablar misquito.
Aparte del éxito del Doctor 5-04 en televisión, ha saltado a la pantalla grande, actor, ¿desde cuándo lo es?
Era un sueño hoy hecho realidad. Participar en la película. El Paletero ha sido una experiencia maravillosa y, debo decirlo, eso me produjo una adicción severa porque ahora quiero más. Es más, ya estamos en planes de filmar la película Doctor 5-04 y en algunos de los casos emblemáticos de grandes crímenes, en una serie en las que yo tendría el honor de presentar.
–Hablemos del hombre de casa, del padre, del amigo, del hombre de religión…
Estoy felizmente casado con Edinora Brooks de Cherenfant. Una mujer maravillosa, llena de paciencia y tolerancia que me ha ayudado a vivir plenamente treinta y tres años de mi vida. Cinco de novios y veintiocho de casados. Y tengo hijas gemelas: Elaine y Lyanne, que son como las niñas de mis ojos, doctoras ya.
Como amigo solo trato de seguir al pie de la letra lo que dice la Biblia: El hombre que tiene amigos ha de mostrarse amigo; y amigo hay más unidos que un hermano.
Y soy adventista del Séptimo Día, la iglesia en que nací, en la que me formaron mis padres y en la que Dios me ha permitido servir toda mi vida.
¿Por qué escogió Honduras para estudiar medicina?
No conocía el país. Tenía dieciocho años cuando llegué aquí y venía con la idea de servir a los más pobres, como hermano adventista y como médico, y escogí Honduras porque algunos amigos de mi padre le dijeron que tenía una excelente escuela de Medicina y una población que necesitaba mucho de medicina especializada que no podía pagar.
Y desde que bajé del avión me enamoré del país, y ese mismo día conocí a la mujer que sería mi esposa, en unas gradas de la Facultad. Por eso y por mucho más amo esta tierra y a Honduras solo la cambiaría por el cielo, donde me esperan mis padres, mi hermano y mis suegros.
No me quedé en Francia porque prefiero ser cabeza de ratón que cola de león…
pregunta-doctor-504-¿Lleva decepciones el corazón de Cherenfant?
No. Lo malo se entierra en el olvido. Lo bueno se siembra en el alma. Dios es el que juzga.
Si Cherenfant Laurent pudiera darle algo a Honduras, ¿qué le regalaría?
Más cirugía plástica reconstructiva gratuitas; más salud, paz social, armonía, hermandad, solidaridad, esperanza y prosperidad económica.
–Además de los libros, la pintura, la música y la medicina, ¿qué otros proyectos tiene en mente?
¡Ah, muchos! El más grande de todos es el hospital 5-04, para ponerlo al servicio de Honduras.
Aparte de eso, seguir con el concurso “Miss Ébano”” como una forma de promocionar la belleza y la importancia de la mujer negra hondureña.
Además, dentro de poco sale al mercado en Miami mi perfume “Ébano” by Emec Cherenfant, desarrollado en Francia, y sigo con la línea de ropa y accesorios médicos “Emec Cherenfant”.