Mientras los viejos hablan, los niños mueren

Francisco Zepeda Andino
Cnel. (r) FAH
No creo puede existir un ser humano que no se haya conmovido por las escenas de la televisión saliendo de Siria cuando un padre u otra persona carga en sus brazos el cadáver inerte de un niño o niña, muerto por los barbáricos e indiscriminados bombardeos de aviones, helicópteros o artillería de los contendientes. Hemos visto como dos hermanos de unos 10-11 años, se abrazan desesperados llorando por la muerte de otro hermano y posiblemente también de otro familiar.
Al ocurrir un bombardeo con un saldo de numerosas víctimas, no faltan las ya trilladas reuniones de funcionarios de diferentes nacionalidades, en primer lugar, negando la autoría de la barbarie, culpando a otros y amenazando con graves sanciones. Y los niños siguen muriendo.
En fecha reciente, pudimos ver como el joven rescatista Abu Kifah (22 años), rompía en llanto al sacar a la pequeña Wahida Ma’artouk de 2 meses de edad, de las ruinas de su destruida casa en la población de Idlib. El joven Kifah es miembro de los llamados Cascos Blancos, organización de defensa civil de Siria que se hacen presentes en sitios de total destrucción causados por las bombas de barril, proyectiles de artillería u otros instrumentos de muerte que nadie ha lanzado, según los involucrados y que caen del cielo por obra de un milagro. La pequeña Wahida no podrá conocer a su hermanita mayor Sinar de tres años, porque murió en el mismo bombardeo.
Ciudades como Alepo, Daraya, Raqqa y muchas otras, son constantemente sometidas a los ataques de parte de los involucrados en el conflicto sirio que se estima ha causado ya más de 250.000 víctimas, entre ellas unos 20.000 inocentes niños y niñas. ¿Quién responderá por las vidas de esas criaturas? ¿Los conspicuos miembros del Consejo de Seguridad quienes aprueban resoluciones y más resoluciones?, ¿los dirigentes nacionales de las fuerzas políticas comprometidas en Siria que prometen una solución o los extremistas de uno u otro bando que se escudan en la población civil para atacar a sus contrincantes?
La complejidad de la guerra civil de Siria hace más difícil el poder establecer responsabilidades por las atrocidades que allí se han dado. Pero los medios aéreos (aviones y helicópteros), solo están en poder de muy pocos de los involucrados. En casos de ataques de artillería, la evaluación de autoría es complicada por la diferente disponibilidad entre los contendientes.
Lo que inició como parte de la Primavera Árabe en 2011, se ha convertido en campo de pelea geopolítico. Para nadie es un secreto el involucramiento de Estados Unidos de América y Rusia, apoyando a uno u otro sector. Además de los “dos grandes”, están otras naciones o grupos tratando de obtener alguna ventaja política de la muerte de civiles inocentes.
El presidente sirio Bashar al Assad, recibe el apoyo no solo ruso sino también de Irán, extremistas islámicos de Irak, del grupo libanés Hezbollah, el Ejército de Liberación de Palestina y muchos otros. La oposición apoyada por los EUA, la conforman el Ejército Sirio Libre (FSA) y múltiples grupos, Hamas, el Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PPK), las Fuerzas Democráticas de Siria (SDF),los extremistas islámicos de Francia, Inglaterra, Alemania y demás miembros de la Coalición contra ISIS, el otro grupo importante del desangramiento sirio.
El bombardeo de hospitales, de convoyes de ayuda humanitaria, de ciudades y pueblos, el uso de armas químicas contra civiles, el éxodo de millones de sirios hacia países vecinos, Europa y otras naciones, todavía no han logrado sobreponerse a los intereses particulares de las discusiones inservibles en organizaciones internacionales, supuestamente velando por la justicia, el respeto a los Derechos Humanos y la inviolabilidad de la vida de hombres, mujeres y niños.
El establecimiento de Tribunales Especiales Internacionales para juzgar crímenes de guerra en la antigua Yugoeslavia (1993) y en Ruanda en 1994, no parecen tener eco en el 2016. La Corte Penal Internacional (CPI), que empezó a funcionar el 2002, todavía no valida el genocidio, crímenes de lesa humanidad o de guerra ocurriendo en Siria. Es necesario analizar que los Estados Unidos de América y Rusia, entre otros no han firmado o ratificado el Estatuto de la Corte pero si se autoadjudican el ser jueces y parte en la semidestruida Siria.
Los funcionarios políticos de Barack Obama, de Vladímir Putin, de Theresa May, de François Hollande, de Angela Merkel, de Recep Tayyik Erdogan, de Hasán Rouhaní, Bashar al Assad, de Naciones Unidas, continúan hablando y mientras tanto, los niños y niñas de Siria continúan muriendo.