El negocio del desarrollo

Por: Julio Raudales
¡Buenas noticias! Honduras subió 5 puntos en el ranking del Doing Business, un medidor de la facilidad que los emprendedores tienen para iniciar y conservar sus negocios con certidumbre y expectativas de ganancias en cualquier parte del mundo.
El indicador fue creado por el Banco Mundial hace casi una década y analiza las facilidades que tienen negocios para su éxito en más de 190 países. Al igual que el Índice de Competitividad Global y el Índice de Libertad Económica, permite un acercamiento al bienestar social a través de la productividad y capacidad económica.
Vivimos en un mundo signado por la competencia. Hoy más que nunca, las personas, empresas, sociedades y países luchan por posicionarse frente a sus semejantes a quienes llaman adversarios o competidores. La globalización ha traído, para bien o para mal una escalada de confrontación, de deseos por apropiarse de los productos y el conocimiento que permitan una mayor riqueza y bienestar.
En un escenario como el mencionado, Honduras no ha sido precisamente un referente. A diferencia de Panamá, Guatemala, Costa Rica y El Salvador, nuestro país no ha estado siquiera en el “Top 100” de los países medidos por el Doing Business. ¿Por qué? Pues fundamentalmente porque nuestro sistema regulatorio está diseñado más para impedir el éxito de un negocio que para facilitar su existencia.
Y es que los 10 indicadores que componen el índice (tiempo para abrir una empresa, dificultad en la contratación, registro de propiedades, permisos de construcción, pago de impuestos, protección de la inversión, cierre de empresas, comercio transfronterizo, cumplimiento de contratos y obtención de créditos), están signados por un elemento clave: un buen marco regulatorio y eficiencia en el sistema de justicia para cumplirlo.
Como podrán notar los lectores, es fácil deducir el porqué de las bajas calificaciones históricas de nuestro país en materia de atracción de inversiones locales o extranjeras. La clave se resume en dos palabras: Justicia eficaz.
Y es que es necesario invertir los conceptos: Singapur, Nueva Zelanda, Dinamarca, Corea y Hong Kong, los top 5 de la lista, no tienen buenos sistemas de justicia porque son muy ricos, es al revés: su prosperidad se debe a la calidad de sus normas y los jueces encargados de aplicarlas.
Es ahí en donde debemos poner el énfasis si de verdad queremos hacer un esfuerzo serio para convertir a nuestro país en zona atractiva para que los empresarios de cualquier lugar quieran invertir en Honduras. La estabilidad macro es clave y va por buen camino, tener buenas oficinas de promoción es deseable, una marca país como proyecto es positivo. Pero todo ello es como maquillaje sin esencia si no volvemos confiable nuestro marco regulatorio.
Subir 5 puntos en el ranking del Easy Doing Business es un avance, modesto si se compara con los 21 que subió Costa Rica o el meteórico ascenso de países cercanos y hasta hace poco con muchos problemas como el Perú, que ha subido más de 60 puestos en los últimos 8 años.
Los que han tenido verdadero éxito en estas lides lo pueden confirmar: Chile, Panamá, Costa Rica, El Perú y otros han avanzado muy rápido modernizando y transparentando sus instituciones, lo demás es necesario pero no suficiente.
Una política social focalizada y eficiente, el ordenamiento de las finanzas públicas, el buen manejo monetario y la seguridad ciudadana sirven, pero solo la creación de un marco adecuado para la inversión privada y un esquema de inversión pública complementario y no sustituto de aquella, pueden generar las condiciones para que el desarrollo sea un negocio adecuadopara todos los hondureños.
Economista y sociólogo, vicerrector de la UNAH y exministro de Planificación y Cooperación Externa.