Vándalos pintarrajean otra vez la Biblioteca Nacional

Vándalos se dieron a la tarea de volver a pintarrajear las paredes de la Biblioteca Nacional “Juan Ramón Molina”, en el centro de la capital, con expresiones de protesta en su parte frontal, incluyendo algunas ofensivas.
Recientemente las autoridades edilicias habían enviado personal para que borrase las manchas, pero la jornada ardua de trabajo fue en vano, ya que de nuevo desconocidos destruyeron ese esfuerzo en menos de un mes.
Las autoridades del centro bibliotecario manifestaron su molestia y, a la vez, resignación en cuanto a la persistencia de estas personas en darse a la tarea de tratar de dañar un inmueble que es público y está al servicio de los ciudadanos.
“Hay alguna gente que no distingue una biblioteca con una pared vacía, esos no son vándalos, son gente vacía que no tiene cómo emitir su criterio, ya se ha vuelto normal ver esas rayas allí”, lamentó el director de libros, Eduardo Bahr, con un gesto de decepción.
Urge que las autoridades correspondientes hagan lo necesario para tomar “cartas en el asunto”, y así evitar que nuevamente el inmueble sufra otro acto de vandalismo.
Por otro lado, el inmueble actualmente se encuentra sometido a reparación debido a la filtración de aguas lluvias que dejó al descubierto su deterioro tras un derrumbe de una parte de las paredes de adobe.
El edificio fue sede de la Real Casa de Rescates en 1780 y hasta 1826 se dejó de acuñar monedas, luego en 1830 el local sirvió para las reuniones del Congreso Nacional, entre 1859 y 1876 sirvió como cuartel y más tarde, en 1898, se instaló allí la Tipografía Nacional y actualmente alberga la Biblioteca Nacional.
La Biblioteca Nacional fue creada en 1880, en la administración de Marco Aurelio Soto por iniciativa del secretario de gobierno, Ramón Rosa, para crear un lugar donde se fomentara el hábito de la lectura con un presupuesto asignado de 1,000 lempiras. (AD)