La Navidad segura, amenazada por el fraude, la extorsión, el agiotaje y la usura

Por José Antonio Pereira Ortega
Coronel ® [email protected]

Debo admitir que no es grato escribir estas líneas en un tiempo que debe ser motivo de convivencia familiar, alegría, felicidad y armonía, pero debo hacerlo dado que, este es un tiempo propio para los vivos que pregonan el dicho de “Unos a la bulla y otros a la cabuya”, alusivo a que los extorsionadores, usureros, estafadores y ladrones se aprovechan de los ahuevados y soñadores que piensan que el dinero se obtiene fácil en rifas o en piñatas, o de buenas personas que andan en la calle buscando la “ganga del día”.
Confieso también que es frustrante ver y oír cómo a diario hay incautos que todavía creen que se van hacer millonarios o resolver sus deudas en un instante, porque no distinguen que todo eso “es tan bueno como para ser cierto”, o sencillamente desconociendo lo que dicen las escrituras “El dinero solo se obtiene de tres maneras:
a. Trabajando
b. Por donación (referido a las herencias y legados)
c. Obtenido de mala procedencia (ilegalmente)”.
De manera general, encontramos que en nuestra sociedad como es natural se dan las imperfecciones, habemos muchos que optamos por la vía difícil del trabajo honrado, el más costoso pero el más sano, pero también infortunadamente nos encontramos con los antisociales que salen a tirar su atarraya en esta temporada contra los parroquianos que atesoran bienes limpiamente, a través de acciones delictivas como:
a. Las extorsiones
b. Fraudes y estafas
c. El agiotaje
d. La usura.
Por supuesto debemos considerar otras que provocan daños a la propiedad y a las personas, como los asaltos a personas, robos a viviendas y robo de vehículos que son amenazas permanentes pero se incrementan en este período. (Temporada alta para los delincuentes).
Vale aclarar que la usura, el fraude y el timo es prácticamente cometido con la anuencia de la víctima, en las otras si bien es cierto pueden suceder por malos hábitos en seguridad, son cometidos contra la voluntad de la víctima y con plena ventaja del victimario, pero todas atentan contra sus bienes y su integridad física.
a. Las extorsiones, sean de naturaleza presencial, telefónica o virtual, es una de las acciones delictivas más comunes practicadas hoy día, es preferida por los antisociales porque es una formas fácil de agenciarse dinero fácil y segura, dado que los riesgos son mínimos para ellos, pues explotando el miedo causado por las amenazas a las víctimas, logran pagos de dinero por una cantidad requerida o negociada a cambio de no hacerle daño o dejarla trabajar en sus negocios. Es junto al delito del secuestro, un episodio con secuelas psicológicas de por vida. La mejor manera de contrarrestarlo es evitando la ostentosidad y conservar un bajo perfil de su vida y negocios. Hay que denunciarlos a la Fuerza Antiextorsión.
b. Fraudes y estafas. Es increíble que todavía y aun a sabiendas, cientos de personas son defraudadas o estafadas por profesionales del engaño, “encantadores de serpientes” que tienen habilidades de comunicación y montar escenarios irreales para mediante artimañas embaucar a sus víctimas, con daños tan severos que hasta pueden dejarlas en la calle en un abrir y cerrar de ojos.
La mejor medida contra ellos es evitar esos habilidosos “pajeros de oficio” y no fiarse de la palabra en una venta o compra, en estos actos exija documentos de identificación y en casos de contratos fíjese bien en las letras pequeñas y lea antes de firmar.
En esta modalidad se puede incluir algunos casos “que parecen legales”, aprovechando el consumismo que nos inunda en esta época, como las sonadas ofertas de precios especiales que inundan a manera de enganche los comercios en o previo a la Navidad.
También es recomendable asegurar toda su documentación en especial las relacionadas con sus datos personales, como la identidad, partida de nacimiento, pasaporte, tarjetas de crédito y libretas de banco. Debe ser desconfiado en especial de personas que le “ofrezcan algo bueno a bajos precios”.
c. El agiotaje, es sin duda alguna, la manera más miserable de ganar dinero cobrando intereses sobre dinero prestado por encima de la tasa de mercado autorizada en las operaciones bancarias y por lo cual si no cumple queda sujeto a penalidad arbitraria decidida por el agiotista.
Este período es propio para que estos personajes multipliquen sus operaciones porque los gastos se elevan y el dinero escasea.
Para contrarrestarlo basta conocer su capacidad y de su posibilidad de endeudamiento sujeta a sus ingresos legales, y en caso de necesidad recurrir a los préstamos bancarios o de cooperativas.
d. La usura, ocurren de muchas formas como cuando se estipulan cobros excesivos en una transacción de compra o venta, incluidos en nuestro medio, por ejemplo los altos intereses que no se han podido regular en las tarjetas de crédito y en comerciantes no registrados en operaciones bancarias que se aprovechan de “la necesidad” del consumidor, prestando dinero barato y cobrando intereses altos.
En conclusión y para evitar pasar una Navidad amargados o arrepentidos, la mejor acción a tomar es no dejarse sorprender por las ofertas, las “supuestas gangas” y no dejarse seducir por los que prestan dinero barato. Hay que ser realista con sus necesidades “arropándose hasta donde da la cobija”.