Valle y la integridad política

Don José Cecilio del Valle fue sin lugar a dudas una persona íntegra.
Alguien dijo una vez que en la búsqueda de personas adecuadas, siempre busqué tres cualidades: integridad, inteligencia y energía. Y si esta persona no tiene la primera cualidad, con las otras dos te matarán. Piénsenlo; es verdad.
La integridad es importante para los políticos que son elegidos o nombrados para servir a la sociedad. Para poder servir, a los políticos se les da poder en sus posiciones para hacer, ejecutar o controlar. Tienen el poder de influenciar algo o alguien. Sin embargo tenemos que reconocer que este poder no es utilizado por los políticos para servir a la sociedad. Aristóteles dijo que porque los gobernantes tienen el poder se verán tentados a utilizarlo para su beneficio personal. Es importante que los políticos resistan esta tentación, y eso requiere integridad, la cual lamentablemente actualmente se ha perdido por completo en la clase política hondureña.
En el libro El Siervo del Pueblo, Muel Kaptein describe que la integridad comienza diciendo que los políticos deben saber lo que su posición implica, porque la integridad está relacionada con su posición. La integridad también exige conocimiento y cumplimiento tanto de la letra como del espíritu de las reglas escritas y no escritas, ejemplo la Constitución, honestidad, respeto.
Las preguntas que nos hemos hecho estos últimos meses sobre la integridad de algunos políticos que no solo pusieron en duda la verdad de sus intenciones, como el actual presidente, sino también la fuente de esas intenciones, demostrando la debilidad de su carácter. Así que la integridad se trata de tener las virtudes éticas correctas que se hacen visibles en un patrón de comportamiento previsible y transparente, el cual lamentablemente está ausente de nuestros tres últimos gobernantes.
Juan León
La Tribuna Online