¿Por qué las personas se quedan en relaciones que no los satisfacen?

El psicólogo ganador del Premio Nobel, Daniel Kahneman se ha interesado en que tanto miedo le provoca a la gente la pérdida. En sus clases, le gusta hacer una oferta a sus estudiantes; “Voy a lanzar una moneda al aire, si es cara pierdes $10 dólares. ¿Cuánto dinero te gustaría ganar para que esta apuesta fuera aceptable para ti?” Inevitablemente, las personas quieren una recompensa de $20 dólares o más para aceptar la apuesta.
Existe un argumento evolucionario para esta aversión a la pérdida: Los organismos que preferían evitar amenazas para maximizar sus ganancias tenían más posibilidades de pasar sus genes.
Esta teoría nos ayuda a entender porque a las personas les cuesta tanto trabajo soltar lo que tienen, incluso cuando lo que tienen no es lo mejor para ellos. Llamada la falacia de costo hundido, los psicólogos la describen como cuando una inversión a priori en una opción deriva en una inversión continua de esa opción, a pesar de nos ser la mejor decisión.
En el póquer, es cuando te quedas con una mano que va a perder porque ya apostaste demasiado. En los negocios, es cuando ya has gastado una gran cantidad de tiempo o dinero en un proyecto, así que continuas trabajando en este aunque no sea exitoso. Y en el amor, es cuando las personas se mantienen en una relación infeliz incluso cuando saben que deberían de dejarla.
En otras palabras, el costo hundido, guía la intuición de las personas respecto a sus relaciones. Un estudio, publicado en Current Psychology, mostró que la hipótesis inicial de que la inversión en términos de tiempo, esfuerzo y dinero hacen que los individuos sean más propensos a quedarse e invertir en una relación en la cual no son felices.

El hallazgo es fascinante, y deberá de ser más estudiado, especialmente debido a que se trata de un enfoque hipotético y no empírico. Además, saber los estilos de apego de una persona – ya sea que desean o teman la intimidad – ayudará a definir porque la gente suele quedarse en relaciones que no les llenan. Las buenas noticias son que te puedes salir, recuerda que un buen divorcio es mejor que un mal matrimonio.