El Parlamento austriaco adoptó el jueves una ley para expropiar la casa natal de Hitler, abriendo así la posibilidad de una profunda modificación arquitectónica del edificio que atrae con frecuencia a neonazis. La ley, aprobada casi por unanimidad, pone fin a un largo conflicto entre el Estado y la familia propietaria de este edificio del siglo XVII, situado en el centro de Braunau-am-Inn, en la frontera con Alemania.