Feliz Navidad en familia

Por Óscar Lanza Rosales
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Como dice mi nieta Jill Marie de 6 años en los festejos de familia: ¡Los invito a una fiesta de historias, bromas, chistes y masajes! Ese debe ser el espíritu con que nosotros los cristianos debemos celebrar la Navidad, que además de festejar con alegría el nacimiento de nuestro Señor Jesucristo, en su honor, estos festejos deben ser una expresión de amor y cariño para nuestros familiares, amigos, conocidos y para el prójimo en general. Un período para reencontrarnos con nuestros seres queridos y unir puentes de amistad con todos nuestros semejantes. Y también una pausa para la reflexión espiritual, que tanto necesitan nuestras vidas, para su salud y equilibrio.
Bajo ese enfoque, mi familia y yo, siempre hemos celebrado la Navidad, con entusiasmo y alegría, no solamente en nuestra casa sino que también en nuestros respectivos centros de trabajo y en las organizaciones sociales que pertenecemos.
Por supuesto que el mero 24 de diciembre es una fiesta de familia, pero en las vísperas he aprovechado este año para intercambiar saludos con algunos familiares y amigos que no veo con frecuencia en el año. He asistido a la fiesta navideña de mi Colegio de Ingenieros el (CIMEQH), que dicho sea de paso, estuvo muy buena. Excelente la cena y con una música muy animada, donde la presencia mayoritaria era de jóvenes, pero como le decía a mis colegas de mi generación, concurrir a eventos a nosotros los adultos mayores nos rejuvenece y nos regocijamos, aunque sea en broma, de la reducción de la edad promedio. Disfrutamos la fiesta con mi hija Lisa y mis amigos Víctor Sierra y Hernán Arguello, y sus respectivas esposas.
También he participado del gran convivio en la casa de Raúl y Sandrita Midence, con mis excompañeros y amigos del equipo de fútbol Vasca de Goma, que por 35 años (1975-2011) compartimos este bello deporte, y que hace 5 años, por cuestiones de edad y la falta de condiciones físicas de la mayoría de nosotros, colgamos los tacos como se dice popularmente. Pero siempre nos mantenemos en contacto por medio de Whatsapp, porque esa amistad que cultivamos en la cancha de fútbol, sobre todo en el tercer tiempo, es imperecedera. Asistimos como 25 personas, que al igual que las anteriores, resultó inolvidable por la gran cantidad de historias, anécdotas y chistes que tenemos en común.
Sin lugar a dudas todos los asistentes contribuimos al buen ambiente humorístico, pero la nota sobresaliente se la otorgamos a Rafael Canales, cariñosamente el “Negro”, que todavía no ha perdido su buena memoria y su facilidad para hacernos reír, que como reza el refrán, es el mejor adorno en esta época. Él sigue siendo como dicen en nuestros pueblos una chachalaca. Admiramos el aguante de su esposa Rosa Amalia, porque ahora él está jubilado, permanece totalmente en casa, hasta los sábados que era cuando nos reuníamos para jugar fútbol.
Ahora que se avecina el 24 de diciembre, con mi familia estamos preparados para asistir a los oficios religiosos; departir con los niños pobres de las aldeas alrededor de El Hatillo, tal como lo hemos venido haciendo en los últimos 25 años; y por supuesto compartir la parte festiva en nuestra casa, en familia.
Sobre lo anterior hacemos una invitación en esta fecha, a los hondureños y en especial a nuestros lectores a vivir espiritualmente el nacimiento de Jesús; a solidarizarnos con nuestros vecinos de bajos ingresos, principalmente con los niños llevándoles alegría, aunque sea con un juguete; regálenle un juguete a un niño si quieren ver una sonrisa genuina en esta Navidad. Y por último, los hondureños somos un pueblo sufrido, que necesitamos paz y diversión, por lo menos en una época tan especial como la Navidad, pero frente al clima de inseguridad en que vivimos, los festejos tenemos que hacerlos en familia, de preferencia en nuestras casas y hacerlo en forma prudente para no exponernos a los riesgos en este ambiente de zozobra en que vivimos.
Para concluir solo voy a repetir lo que alguien ha dicho por ahí que en Navidad la pureza se pinta de blanco, la serenidad en azul, la pasión en rojo, y para ser feliz, que cada quien tome un pincel y pinte su vida, para que esta Navidad convierta… cada deseo en flor, cada dolor en estrella, cada lágrima en sonrisa, cada corazón en dulce morada. Que tu bandera sea el amor. ¡Feliz Navidad para todos!