5 elementos tributarios

Por Álvaro Sarmiento
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El inicio del año normalmente implica nuevos propósitos o renovación de los hechos en años anteriores, muchas veces partiendo de un examen o evaluación de las razones por las cuales no se llegaron a las metas que habían impuesto.
En el caso de instituciones como el Servicio de Administración de Rentas o SAR, antiguamente la DEI, y en general las instancias creadas para administrar la renta aduanera como el COPRISAO seguramente han realizado este examen o análisis anual de lo actuado y resultados obtenidos durante el 2016, con independencia del momento en que comenzaron sus obligaciones.
En todo caso, al menos cinco elementos, algunos heredados del 2016 parece que tendrán mucha influencia en la administración tributaria y aduanera del país, a saber:
1. El nuevo Código Tributario hondureño
2. Nombramiento de Miriam Guzmán como ministra del SAR
3. Meta de recaudación de 90 mil millones de lempiras
4. Funcionamiento de COPRISAO
5. Inicio de la implementación de la Unión Aduanera.
El nuevo Código Tributario fue resultado de un largo proceso técnico y político con participación de diferentes instancias nacionales y en alguna medida con asistencia técnica de algunas instituciones internacionales (CIAT) para tomar como referentes las mejores prácticas internacionales.
El Código fue publicado en el Diario Oficial La Gaceta el 28 de diciembre y entró en vigencia el pasado 1º de enero. Si bien es cierto el análisis del instrumento requiere un poco más de tiempo y experiencia en su aplicación, es claro que una nueva figura importante se incorpora a la fuente de derecho tributario, concretamente el monotributo o Impuesto Único. Es una figura similar a la aplicada en otros países latinoamericanos, por ejemplo se encuentra actualmente en negociación en Colombia, donde el objetivo igual que en Honduras es ampliar la base tributaria que en la actualidad es de 120,000 tributarios.
Otro elemento novedoso es la creación de la Superintendencia Tributaria Aduanera, institución especializada y desconcentrada funcionalmente de la Secretaría de Finanzas (SEFIN), con autoridad y competencia propia a nivel nacional, la cual se ejerce con autonomía técnica, administrativa y financiera. En otros países se le denomina Tribunal Tributario y Aduanero, institución que pretende convertirse en instancia independiente de la propia administración aduanera y que permita dar mejores oportunidades de defensa al ciudadano o tributario frente a acciones gubernamentales que considera impropias. Este Tribunal recientemente se ha conformado en Guatemala y hace algunos años en Costa Rica y Chile.
El nombramiento de la abogada Miriam Guzmán como cabeza del SAR, funcionaria que pública y continuamente ha recibido el pleno apoyo político del mismo Presidente Hernández, es elemento esencial en el lanzamiento de la nueva institución y las nuevas reglas de juego. Aquí el reto de una buena líder es tener conciencia que su labor es finita, tiene límites en el tiempo y el deber profesional y humano de institucionalizar los cambios, asegurando que el SAR posee un sistema blindado de modernización y profesionalismo.
La misma ministra Guzmán recientemente ha hecho pública la meta fiscal para el presente año, más de 90 mil millones de lempiras. Esta meta sin la creación de nuevos impuestos va a requerir mayores esfuerzos de fiscalización y serán un vivo reflejo de la eficacia y eficiencia del SAR.
Por último un elemento poco visible en el contexto nacional, es la meta autoimpuesta por los gobiernos de Honduras y Guatemala de la implementación de la Unión Aduanera en julio del 2017. Esta integración de un solo territorio aduanero, va a impactar en ambos países a nivel tributario y competitividad. El reto de la nueva administración tributaria y aduanera será trabajar hombro a hombro con la Superintendencia de Administración Tributaria de Guatemala para que el proceso funcione de la mejor manera posible.
Los retos para el 2017 son grandes. Al país le conviene su total cumplimiento.