Reelección: decisión ciudadana

Por Armando Cerrato

El presidente de Honduras, abogado Juan Orlando Hernández Alvarado, ha hecho de la política su modus vivendi, lo cual le lleva a hacer lo que tenga que hacer para lograr sus objetivos en pos -según él- de la búsqueda del bien común, propósito ideal de todo aquel que se autoconsidera estadista.
El mandatario, en este momento fija toda su atención en ganar su postulación a un nuevo mandato en elecciones internas que su Partido Nacional celebrará el próximo 12 de marzo, para luego volcar todo su empeño en ganar las elecciones generales a realizarse el último domingo de noviembre de este año.
La reelección presidencial, como todos sabemos, es ilegal, inconstitucional y convierte de inmediato en traidor a la patria al que amparado en esa figura asuma la Presidencia de la República y también a sus promotores y todo aquel que preste obediencia al gobierno usurpador.
Recordemos que el fallo de la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia, a petición de 15 diputados nacionalistas y del expresidente del mismo partido Rafael Leonardo Callejas, solo declaró inconstitucional el artículo 239 de la Constitución de la República que en esencia prohibía a los funcionarios públicos hablar y promover la reelección presidencial, penando tal hecho con la suspensión inmediata del cargo, la acusación de traidor a la patria y la suspensión por 10 años de sus derechos políticos, sanción también contenida en el Código Penal de donde también fue declarada inconstitucional.
Esta acción judicial es considerada por constitucionalistas nacionales e internacionales como una aberración jurídica si se toma en consideración que la Corte no tiene atribuciones para derogar o modificar artículos constitucionales, atribución que solo corresponde al Congreso Nacional, siguiendo pautas establecidas en la propia Carta Magna, que ha sido tocada y trastocada a grado tal que ya la misma es un galimatías impresentable, útil solo para los fines fijados por JOH, que en esencia no favorecen los intereses de los hondureños.
JOH, político a tiempo completo, inteligente, audaz e inescrupuloso, realiza una campaña abierta y directa utilizando para su financiamiento millones de lempiras cuya procedencia es obvia según líderes opositores, pues el mandatario tiene a sus órdenes la chequera del erario nacional.
JOH no escatima gastos de ninguna especie, pues su relación costo-beneficio le indica que su inversión es sumamente rentable si todo se cumple según lo planificado, garantizándose así un período más de gobierno y a saber cuántos más si la oposición sigue con la cabeza gacha.
Todo parece indicar que la oposición política a JOH podría construir una alianza para evitar que su enorme ambición reeleccionista se cumpla, pero para ello, se hace absolutamente necesario que los líderes opositores depongan su ego e intereses personales en pro de conseguir el objetivo político de sacar del poder al Partido Nacional por mucho, mucho tiempo.
Hasta ahora hay una alianza preliminar entre la segunda y cuarta fuerzas partidarias del país: LIBRE y PAC, esperándose que la tercer fuerza, el Partido Liberal se sume a la misma, desatando así una fuerza electoral arrolladora, eligiendo un gobierno representativo de verdadera mayoría, pues esos tres entes políticos juntos suman el 61% del electorado nacional.
Licenciado en Periodismo