“Devolverán” rostro a muertos desfigurados

Para reducir el dolor de familiares de las víctimas que perecen en accidentes y la violencia, cirujanos plásticos del Centro de Ciencias Forenses del Ministerio Público (DCCFM-MP) ahora reconstruyen el rostro de aquellos difuntos que quedaron desfigurados.
En el pasado era común que en la morgue entregaran algunos cadáveres en ataúdes sellados, para evitar que los dolientes, después de perder a su ser querido, tuvieran que sufrir el impacto psicológico de verlos irreconocibles.
Ahora, a este tipo de muertos se les practica una cirugía plástica llamada “Tanatopraxia”, en Medicina Forense.
El primer caso fue el de una niña de 13 años de edad, que la semana pasada murió atropella en la colonia Las Ayestas, en Comayagüela.
Según una publicación del MP, la ciencia médica, en particular la forense o legal, permite encontrar la verdad en relación a las causas o manera de muerte de una persona, el análisis de indicios o evaluaciones clínicas de víctimas de la violencia y de una gama de delitos. Sin embargo, también comprende otros conocimientos.
“La experiencia de los profesionales de la medicina permite también la restitución de ciertas características físicas de las personas fallecidas, para que puedan volver a manos de sus familiares en condiciones más dignas”, detalla.

En esta calle de la colonia Las Ayestas quedó el cadáver de la niña de 10 años, cuyo rostro fue reconstruido por forenses y médicos del Postgrado de Cirugía Plástica.

Agrega que esas cualidades se han juntado en la sala de autopsias del servicio de Patología Forense, “para devolver a una pequeña víctima de atropellamiento la belleza de su rostro”.
Ese tipo de trabajo, en medio de la conmoción y la solidaridad, lo realizaron los médicos estudiantes del Postgrado de Cirugía Plástica y Reconstructiva de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH).
Asimismo, en el procedimiento participaron médicos forenses encargados de la autopsia de la menor.

CUIDADO ESTÉTICO

La titular de la DCCFM-MP, Julissa Villanueva, manifestó que, “fue una reconstrucción y cuidado estético del cadáver de la pequeña”, que fue avalado por esa dependencia.
“Lo realizado fue una tanatopraxia, que es un proceso que se hace después de la práctica de la autopsia médico legal, y cuando ya se tiene la causa y manera de muerte; es un trabajo que se ejerce sobre el cuerpo sin vida, para restaurarlo y reconstruirlo, y tratar que los cadáveres luzcan lo más conservados posibles”, explicó la profesional de las ciencias médicas.

Semma Julissa Villanueva.

Afirmó que se hizo un trabajo muy profesional en el que se vieron involucrados también médicos autopsiantes del Postgrado de Medicina Legal, técnicos disectores que se encontraban de turno y cirujanos del postgrado.
“Se trata de un nuevo reto, el de entregar los cadáveres de una manera humanitaria y digna”.
Villanueva agregó que esa fue la primera tanatopraxia que se practica en la historia de la morgue del Ministerio Público, y aclaró que en ningún momento se afecta el proceso investigativo por la muerte de la pequeña.
“Lo realizado es una práctica humanitaria para mitigar de alguna manera el dolor de la familia de la niña”, puntualizó.
::: DATOS
El Observatorio de la UNAH reportó en el 2016 un total de 3,912 homicidios, con un promedio de 14 víctimas al día. De esta cifra, decenas quedaron con el rostro irreconocible por el tipo de muerte que les dieron, con saña, a martillazos, aplastados por rocas, con disparos en la cara, entre otros crueles mecanismos usados por los agresores.
::: CADA MES 113 MUERTES EN ACCIDENTES
El Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (OV-UNAH), en su último informe de diciembre, 2016, registró que entre enero y septiembre del 2016, un total de 1,020 personas fueron víctimas mortales en eventos de tránsito ocurridos en todo el país. La tasa parcial nacional fue de 11.7 decesos por cada 100 mil habitantes. En promedio, Honduras registró 113 muertes cada mes por eventos de tránsito y una media aproximada de cuatro víctimas por día, muchos de ellos con sus rostros desfigurados por los golpes y heridas.