Adalberto Salcedo Martínez: Las revoluciones no se copian ni se calcan, el socialismo en Honduras tiene fallas de origen

  • Su filosofía política se inspira en la revolución cubana
  • Socialismo no es quitarle a los ricos su patrimonio
  • LIBRE solo a través de una alianza puede ser gobierno

DANLÍ, El Paraíso. “Las revoluciones no se copian, se hacen; surgen de los pueblos”, quien así se expresa es el abogado Adalberto Salcedo Martínez, un socialista convencido que desde sus años mozos se identificó con los movimientos sociales, postura que sostiene hasta hoy sin ambages de ninguna naturaleza.
La vida de Salcedo Martínez tiene diferentes facetas. A pesar de sus ideas políticas, no es un fanático ideológico, solo es consecuente con el devenir histórico y las circunstancias en las que le ha tocado vivir desde la niñez hasta hoy, cuando a las personas mayores en lugar de llamarnos viejos, nos dicen de la tercera, no se sabe si por consideración y por lastima.
A la edad de cuatro años su padre Adán Rosa Salcedo, “un excelente padre, se hizo cargo de mí porque mi madre Ramona Silveira Martínez no estaba en condiciones económicas, conviví con él hasta 1964, durante esta época ingrese al Instituto Departamental de Oriente, me gradué de maestro en 1962 y en 1963 de bachiller en Ciencias y Letras. Nunca ejercí el magisterio, solamente hice unas vacaciones de seis semanas, esa fue toda mi experiencia en la docencia, señala.

Título académico de la Universidad Nacional de licenciado en Ciencias Jurídicas y Sociales.

Con la tranquilidad que lo caracteriza, Salcedo Martínez, relata como la revolución cubana le sirvió como fuente de inspiración cuando contaba con 14 años, recuerdo a aquel 1 de enero de 1959 cuando Fidel entró con su ejército revolucionario a La Habana. Era apenas un jovenzuelo pero ya tenía conciencia ciudadana, tal vez no para tomar un fusil pero sí para nutrirme de las ideas que inspiraron a los grandes hombres que se vieron obligados a impulsar los cambios sociales de sus pueblos.
Durante mi época de estudiante fui militante de izquierda. Creo que muchos teóricos de hoy confunden los términos entre izquierda comunista y socialismo progresista. No me considero un comunista de ultranza, ni un socialista improvisado, soy práctico, muchos que ayer fueron dizque, revolucionarios son los oligarcas de hoy.
Consultado si en Honduras todavía quedan comunistas o los denominados socialistas del siglo XXI, afirma que muchos se encasillaron en los partidos tradicionales que representan la oligarquía en Honduras, los hubo en su momento pero no fueron teóricos, lucharon por sus ideales y ahora están muertos, entre ellos el sacerdote Guadalupe Carney. De los actuales puedo decir que el padre Milla y el padre Tamayo, no pertenecen a la clase política, son hombres del pueblo que luchan por su pueblo.
¿Qué tal si regresamos a la década de los 70 y 80?- Bueno, ser militante de izquierda y para sobrevivir, lo primero era la clandestinidad, mantener un bajo perfil, reunirnos en grupos de trabajo para discutir los temas sociales que deberían ser ventilados hacia aquellos sectores sociales vulnerables, los grupos campesinos, los trabajadores afiliados a los diferentes sindicatos y los colegios profesionales constituían la principal fuerza, lamentablemente, la historia registra más de 180 desaparecidos sin que hasta hoy se conozca cuál fue su destino final.
¿Dónde se ubica Salcedo ahora? Sostengo mis principios e ideales. Aquí en Honduras luchar por los pobres es ser comunista, entonces si es malo el sistema por que los grandes intelectuales de todos los tiempos han sido de izquierda o comunistas. Los grandes movimientos sociales surgieron de las masas desposeídas y marginadas de los beneficios del Estado que por derecho les corresponde, entonces reclamar un derecho no tiene nada que ver con ideologías.
Los mejores años de su vida los compartió con sus amigos.

¿Pero usted militó en el Partido Liberal?- “Mi padre era liberal, yo estuve en la Alianza Liberal del Pueblo (ALIPO) por algún tiempo, porque existía afinidad con mis principios, además, era una oportunidad de acercarse a las masas con un discurso diferente al tradicional de los partidos oligárquicos. El liberalismo es un partido conservador conducido por conservadores oligarcas que solo ven sus intereses, el pueblo no les interesa, quieren el voto, después se olvidan.
¿Fue perseguido por sus ideas? “Siempre mantuve un bajo perfil, eso no quiere decir que no estuve en la lupa de los cuerpos represivos del Estado. Después del golpe de Estado en contra de Ramón Villeda Morales hubo una represión feroz en contra de todos aquellos que tildaban de comunistas. En la década de los 70 y 80 se implantó la doctrina de la Seguridad, las consecuencias todos las conocemos, lo que sucede es que los hondureños no tenemos memoria, luego olvidamos las atrocidades que se cometieron. Nunca estuve en peligro, es cierto, pero más porque no era necesario andar de pregoneros, mi trabajo siempre fue silencioso pero lo considero efectivo.
¿Usted dice que se inspiró en la revolución cubana? Así fue, pero mis principios e ideas surgen del desencanto, me percate de la realidad nacional. Honduras necesitaba un cambio revolucionario que los partidos oligárquicos jamás lo han logrado, lo único que han hecho es dividir la sociedad entre pobres y ricos; y los pobres son los que sufren las consecuencias, por eso dije antes; las revoluciones no se copian, se hacen.
Imagen del recuerdo en compañía de sus compañeros de estudios en el Instituto Departamental de Oriente.

¿Entonces dónde se quedaron los gordos y los flacos? Esa es otra historia, las divergencias provocó la autodestrucción. Difícil recuperar los conceptos de ayer porque muchos de aquellos que dijeron ser de izquierda, se acomodaron al bipartidismo.
¿Qué del Socialismo del siglo XXI? “Es fácil decirlo, pero no entienden el verdadero sentido de ser socialista, hay que verlo como una doctrina de carácter científico donde el proletariado revolucionario tenga vigencia. Un verdadero revolucionario es aquel que es solidario con las grandes mayorías, estar estrechamente vinculado con los intereses del pueblo.
¿Manuel Zelaya? Está lejos, tiene buena visión, aboga por un socialismo pero tiene fallas de origen. Pensar, decir y hacer son tres elementos importantes. En el sistema capitalista imperan los antivalores que están estrechamente ligados a su origen de clases que aún mantiene. LIBRE no es de la oligarquía. Debe ser doctrina y esencia. El socialismo no es quitar los recursos materiales a los ricos. Un sistema no puede prosperar sin la existencia de la propiedad privada, aquella que no produce alienación. Yo diría, el socialismo no debe ser ni calco ni copia, sino crear las condiciones. Sin la presencia de las masas no hay socialización. No es por decreto sino de la población.
¿La alianza? Las perspectivas de LIBRE, solo mediante una alianza. Hay que reconocer que las bases de LIBRE son del Partido Liberal y algunos sectores sociales y para convertirse en partido gobernante y lograr los objetivos tiene que haber un periodo de transición para desmontar toda la maquinaria burocrática es institucionalizar la democracia y la independencia de las instituciones.
Adalberto Salcedo Martínez, nació en la aldea de Jutiapa en este municipio el 22 de febrero de 1945. Es abogado. Su filosofía política proviene del marxismo leninismo con orientación socialista.
Autor: Luis Alonso Gómez Oyuela
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