Negociación apropiada y racional

Por Álvaro Sarmiento

Especialista Internacional
en Comercio y Aduanas
El martes 14 de marzo, el Comité de Finanzas del Senado de los EUA recibió en audiencia a Robert Lighthizer representante comercial de los EUA, algo así como el ministro de comercio exterior de ese país, designado por el presidente Trump y en el proceso de confirmación por el Senado. Muchos senadores demócratas y republicanos le hicieron saber su preocupación que la eventual renegociación del NAFTA con México pueda ser un boomerang que dañe al sector agrícola estadounidense, uno de los sectores ganadores en el comercio con México.
La respuesta de Lighthizer, fue bastante clara y atemperada, la negociación será “apropiada y racional” porque los tres miembros del acuerdo comercial, se necesitan mutuamente. Una frase que parece calmar un poco la ansiedad que ha provocado en el mundo una potencial guerra comercial.
Si bien es cierto el representante comercial todavía no ha sido ratificado, el pasado 1 de marzo, la Oficina del Representante Comercial de los EE UU -USTR- hizo pública la agenda comercial del presidente para el año 2017.Un documento que deja poco espacio interpretativo para visualizar por dónde se enfila la nueva política comercial de ese país durante los próximos cuatro años.
La agenda contiene -entre otros- los siguientes objetivos:
Que los trabajadores y empresarios de los EE UU gocen de igualdad de oportunidades para competir en el mercado doméstico e internacional.
Eliminar barreras injustas al comercio internacional que impiden u obstaculizan exportaciones, especialmente de productos agrícolas.
Asegurar que los estadounidenses dueños de los derechos de propiedad intelectual gozan de garantías para el uso y obtención de ganancia de esos derechos.
La utilización de las leyes comerciales de los EE UU para prevenir distorsiones en el mercado nacional por el uso de subsidios o dumping de terceros países.
El cumplimento efectivo de los compromisos en materia laboral adquiridos en los acuerdos comerciales -que los incluyen- y la prohibición de importación y venta de bienes producidos en campos de trabajo forzado.
Estos objetivos se van a cumplir con tres prioridades específicas.
1. Asegurar el respeto a la soberanía de los EE UU sobre la política comercial. Aquí el tema principal de la nueva agenda y que está provocando sensibilidades a nivel internacional se focaliza en el mecanismo de solución de controversias de la OMC, herramienta principal del sistema multilateral de comercio y donde al parecer, dependiendo de los fallos del mecanismo, ese país podría o no aceptarlos. Se entiende que la nueva agenda requiere que ninguna conclusión del sistema de Solución de Diferencias puede ir en contra de una legislación norteamericana o será inaceptable si se considera que puede agregar nuevos compromisos en ese acuerdo.
2. La utilización de la normativa nacional para evitar distorsiones al comercio internacional.
3. Asegurar el acceso al mercado para exportaciones de los EE UU que tradicionalmente han sido obstaculizados por sectores proteccionistas o poco transparentes.
Para algunos especialistas internacionales, este avance de agenda puede significar que si un jugador tan importante como los EE UU no aceptan los fallos del Mecanismo de Solución de Diferencias de la OMC, eso puede significar el fin del sistema multilateral de comercio, ya que no tiene sentido participar en un torneo donde las reglas de juego son diferentes para los participantes.
Seguramente el RD-CAFTA no sufran ninguna renegociación, pero el comercio internacional es fundamental para la economía hondureña, cualquier cambio a las reglas de comercio y especialmente de nuestro principal socio comercial no son irrelevantes, deben ser objeto de estudio, análisis y una nueva política comercial externa.