**Folclórica manera de ponerle “marca” a familiares y amigos que no para. Va de generación en generación y cada vez son más atrevidos. Muchos se enojan…otros ni se inmutan…Si su apodo aparece en este reportaje échele la culpa… a doña casualidad.
¡Hola amigos! en todo el país y fuera de nuestras fronteras. Aquí y en muchas partes del mundo, el apodo no pasa de moda. Es de hacer notar, que el ingenio y la creatividad que el catracho le presta a su diario vivir es sorprendente. Una parte lo demuestra a través de los apodos. Siendo algunos, hasta “especialistas” en el ramo (¡).
COSTUMBRES
En los barrios, colonias, caseríos, en las escuelas, colegios y universidades, entre otros recintos o lugares, a la mayoría no se les conoce por su nombre de pila. Es su apodo quien los “identifica”.
Esto -según los expertos en comportamiento humano- relaja, acerca relaciones y le pone el toque de buen humor que tanto necesitamos los catrachos ante tanta ola de violencia, inseguridad y sangre en que vivimos inmersos.
Apreciamos siempre que sea nuestra gente, asidua lectora, que nos obligue a que escribamos de otros temas que son de su interés “para botar esa papada del estrés, que ya es cuatro o cinco”, como nos dice Elvira Domínguez en su misiva.
Pedro Pablo Irías, Claudia Ramírez, Mauro Aníbal Delgado, Vicente Matamoros -entre muchos otros porque la lista es extensa- nos lo han pedido. Incluso han colaborado con los apodos de su entorno, tanto familiar como fraterno.
Aunque no es la primera vez que se escribe sobre esto, quizá nuestra gente busca de otras cosas, para salir de la rutina de tanta noticia fea. Porque aquí, como dice Juancito “mecha corta”, solo se puede vivir “encu…loco (no loca) y a v…” El pueblo, pueblo hablando.
VAN
Poquísimos han estado exentos de su “marca”. Comienzo por este su servidor. Que les importaba si me cayera mal. En la escuela me solían llamar “burro eléctrico” -decían- por inquieto, terco, perseverante y otras yerbas. Ya en el colegio los compañeros me pusieron “cucaracha”.
Ya que todos éramos “rigiosos” jugando al fútbol, era en alusión a que por “feisito, chiquito, orejón y rápido” con el balón -según ellos- nos parecíamos a un jugador de apellido Fonseca. Así lo apodaban en ese tiempo.
Se trataba de una famosa delantera del club Marathón de los sesentas y setentas de San Pedro Sula conformada por “cucaracha” Fonseca y los hermanos Caballero. “Cofra” y “Nayo”. Hoy les llamarían “tridente”.
Fueron integrantes de aquella famosa “trinca infernal “de la selección nacional que también apodó el extinto y gran comentarista deportivo, caricaturista y entrenador nacional “Mito” Bertrand Anduray. (QEPD).
De pasito, les decimos que “Mito” fue el creador de la simpática figura de “Tribunito” que desde hace 40 años le pone el tono jocoso a la noticia del día en este tu diario LA TRIBUNA.
A muchas y muchos los conocí con sus sobrenombres a cuestas. Los demás son colaboraciones. Pero todos llevan el ingrediente del buen humor. Van y vienen en relación a su profesión, oficio, gustos, lugares de origen, condición física, manías, posición económica, porque así les decían a sus ancestros y hasta por alguna frase mal dicha en su niñez o juventud que los dejó “marcados” para siempre.
QUE ME DICEN DE…
Comienzo por mis años mozos en los barrios El Bosque y Buenos Aires. De mi generación. No digo nombres por respeto a sus descendientes, aunque a estas alturas conocen que así les decían a sus padres y abuelos. Ya que nos honran con su lectura, saben a quienes me refiero. Aunque algunos, lamentablemente ya partieron.
¿Se acuerdan de…? “cul…juco”,” breque falso”, ”piturría”, “paja loca”, “malva loca” (afeminado),” medio breque”, “los chatos”, “el turco”, “palilllón”, el labión ( ahí viene “el avión” y hacíamos la señal en vuelo). En una sola familia estaban: “mantequilla”, “requesón”, “cuso”.
También “ped…”, “mecha corta”, ”gavetazo”, “lonja”, “pistolita”, ”tiro libre”, “mentira fresca”, ”media suela”, “pollo virgo”, “nuco”, “tapuco”, ” tractor”, ”la uña”, “las virg…”,”las nalgas de rockola”, “las turras”, “las pulpas”, ”tecolote”, “mandurria”, “canecho”, “barberín”, “capirotada”, “el chino”.
Y otros en el colegio y universidad. Ya ahora profesionales. ”El lobo”, “gusano”, “manos de agua”, “novenario”, “pucho de pelos”, ”gaviota”, ”cul… de vieja”, “no es cacha” , “mañana te pago”, (por expresiones se quedaron así),” muerte andante”, “lomo de teja” , “ganso tonto”, “cara de mamá tengo hambre”.
En aquellos tiempos personajes folclóricos de la Tegucigalpa del ayer que se miraban contoneándose por aquellas apacibles calles. Afeminados como “bejuquilla”, “perra ñata”, “corazón”, “marcón”, “pedorrera”, “tapa bollo”.
EN EL DEPORTE
Desde tiempos ancestrales a muchas estrellas del deporte se les ha conocido más por sus apodos que por su nombre de pila.
Cuentan que al abogado Roberto Ramírez que también fue un gran jugador de fútbol y fungió después como Presidente del Banco Central se le conocía como “lunarejo”. A Máximo Cárcamo como “vinagre”, ”Joyo chele” fue también famoso.
A José María Zúniga “pichete”, Ángel Godoy “pitocha”, “tamara” Girón, “pisica” Iglesias, “bajito” Iglesias, “cascarita” Brenes, “meneíto” Ramírez, “El colorado” Reyes, “manga” Norales, “gato” Salinas, “furia” Solís, “chikirín” García.
Estrellas en el fútbol de los setentas. Mis queridos compañeros de equipo en Atlético Indio y Federal en la Liga Nacional. “El uno” Rodríguez, “calavera” Rodríguez, Oscarito Flores “charolas”, “Indio” Urquía”, “Alianza” Maldonado, “yuyuga” Flores, ”pilín Bran, “flaco” Escalante “,“polainas” Osorto, “bimbo” Vásquez, “garrinchita” Gutiérrez, “mico brinco” Rodríguez.
En otros clubes figuraron en ese tiempo, “pólvora” Bernárdez, “diablo” Sambulá, “macho” Arrieta, “chinel” Aguilar, “gato” Coello, “colocho” Velásquez, “pisingo” Gómez, “piruleta” Rodríguez, “Nina” Guillén, “palanca” Mendoza, “cañón” Fúnez, “pando” Castro, “burro” Deras, “aserradero” Ramírez, “perro” González, “indio” Lara, Mariano Godoy “el mocoso”, “avioneta” Sauceda.
Y el tiempo corrió en el mundial del 82, “Chelato” Uclés, “Pecho de águila” Zelaya, “Azulejo” Bulnes, “tecate” Norales, “ Kaiser” Villegas, “vikingo” Yearwood”, “cañón” Betancourt, “tile” Arzú, “macho” Figueroa, en fin…
Y son muchos los que quedan en el tintero mis fieles lectores. El papel ya no da para más. Hablando de fútbol, como este material tenemos que entregarlo con suma anticipación y ni “pitonizo” soy para saber cómo quedamos ayer en el partido contra Estados Unidos, ojalá que los “choco” Lozano, “pimpollo” Escober y compañía, hayan hecho un papel decoroso.
Por hoy hasta aquí. Hemos dejado otra HUELLA imborrable de cositas simpáticas de nuestro diario vivir. ¿Verdad…”guara pelona”?
QUE DIOS NOS CUIDE A TODOS.
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EL APODO |
Se dice que los apodos nos llegaron de los españoles que colonizaron estas tierras del nuevo continente. Sinónimos: Alias, mote, sobrenombre. Según el DRAE: «Nombre que suele darse a una persona, tomado de sus defectos corporales o de alguna otra circunstancia. O un nombre similar en origen o pronunciación al del nombre original. Los apodos no son lo mismo que los hipocorísticos que son las formas familiares o afectuosas de los nombres propios de las personas .Ejemplo: “Pancho” es un hipocorístico de Francisco, “Nino” de Belarmino. Se dice que apodos pueden considerarse a menudo como pasables y pueden simbolizar una forma de aceptación. Pero también pueden estar motivados para despreciar o ridiculizar a algo o alguien. (Esta no ha sido nuestra intención, conste) Si aquí apareció el suyo…es culpa de doña casualidad, mi caro lector. Y ahora como estamos en la bulla futbolera… |