Inflación

Por: Armando Cerrato
Las elecciones primarias celebradas el 12 de marzo por los partidos Nacional, Libre y Liberal, hoy más que nunca, tienen la connotación de elecciones estilo Honduras producto de la inflación de votos efectuada por los miembros de las mesas responsables de captar y contar los sufragios.
Una lluvia de impugnaciones fue presentada ante el Tribunal Supremo Electoral (TSE) que muy olímpicamente se lavó las manos culpando de las irregularidades a los partidos a los que incluso se dio la responsabilidad de buscar castigo para los culpables.
Según los del TSE ellos solo son organizadores del proceso pero los responsables del mismo son los partidos que son los receptores de las credenciales que acreditan  a los miembros de las mesas y que se supone son lo mejor de la militancia activista de las regiones de donde son escogidos.
Hubo, incluso, videos mostrando cómo los miembros de las mesas introducían por montones papeletas marcadas por ellos mismos a favor de determinado candidato de su preferencia en un descarado fraude que volvió incrédulo el resultado final en todos los partidos.
Hubo denuncias hasta en el partido de gobierno donde el proceso inflacionario es espectacular al registrar más de 1 millón de votantes en su mayoría a favor del actual mandatario Juan Orlando Hernández Alvarado quien va por la reelección violando la Constitución de la República y todo el cuerpo legal de la nación, pese a su declaración reiterada de que “nadie en Honduras está por sobre la ley”.
Con esta elección primaria no se borra la violación a la Constitución y tampoco se legitima la aspiración presidencial reeleccionista que convierte al aspirante y a todos sus seguidores legítimos o no en traidores a la patria.
Será hasta el último domingo de noviembre de este año en que verdaderamente se sabrá si el proceso inflacionario se repite o el pueblo se despierta y decide dar un voto de castigo a las ambiciones desmedidas de poder del mandatario.
Habrá en esta elección general más veedores nacionales e internacionales por lo que los inflacionistas estarán más vigilados y difícilmente podrán seguir con su costumbre fraudulenta de llenar las urnas hasta con el triple de sufragios que podría recolectar en las horas que dura el proceso que es sumamente tedioso pues cada elector debe hacer muchas marcas en tres papeletas para elegir presidente de la República, 3 designados a la Presidencia, 128 diputados e igual número de suplentes, y alcaldías.
En medio de toda esta algarabilla electoral el Presidente Juan Orlando Hernández Alvarado necesitado de una inflación de popularidad ha roto su promesa de no participar directamente en la campaña reeleccionista y al igual que viola la Constitución de la República y lo hace con la Ley Electoral vigente que ordena silencio electoral hasta unos meses antes de la elección general y gasta millones de lempiras en anuncios supuestamente de la obra de su gobierno algo por lo cual el pueblo le paga como parte de su trabajo y no es producto de una supuesta y extraordinaria bondad.
En esa intensa búsqueda de aprobación JOH incluso ha viajado a los Estados Unidos donde le llovieron los halagos especialmente por su decisión de seguir extraditando a cuanto delincuente le pida la justicia norteamericana y que incluso podría en determinado momento tocar a su propia familia, por lo que él curándose en salud y a los pilatos ha dicho que seguirá adelante caiga quien caiga y ha advertido a familiares, amigos y correligionarios que no acudan a él en busca de protección para actos reñidos con la ley