“Vía crucis” de migrantes en fronteras con EE UU

El sol intenso fue testigo del ingreso de migrantes centroamericanos, el fin de semana, al territorio oaxaqueño, por la frontera sur. Mujeres, hombres, menores de edad y también integrantes de la comunidad LGTB encabezaron el “vía crucis de refugiados migrantes 2017” y exigieron un alto a la represión, discriminación y violencia en México y Estados Unidos.

Los más de 200 migrantes hondureños, salvadoreños, nicaragüenses y guatemaltecos, desde el pasado 9 de abril partieron de la frontera sur de México, hasta lograr 14 estaciones, en el río Suchiate, con la meta de llegar a la frontera en Tijuana, Baja California, en donde se encuentran cientos de refugiados centroamericanos y de otras regiones.

Con una gran cruz de madera y una manta con el mensaje: “No + odio al migrante”, los manifestantes ingresaron a la localidad de Chahuites y posteriormente, bajo los rayos del sol, se dirigieron al municipio de Tapanatepec, en donde cruzaron la estación migratoria del Instituto Nacional de Migración. Al mediodía, el viento sureño y los rayos del sol fueron los fieles compañeros de los migrantes en las 14 estaciones donde recordaron la vida de Jesucristo, el cual es tomado como ejemplo de vida para ellos.

La actividad del migrante fue encabezada por organizaciones sociales como el Movimiento Cultura Migrante, Pueblos sin fronteras, entre otras más de origen estadounidense, que buscan visibilizar la violenta y discriminatoria realidad del refugiado en México y Estados Unidos de Norteamérica, según publicó el diario mexicano Istmopress.

ABUSOS Y VIOLENCIA

Los peregrinajes se realizaron por diversas zonas de México hasta llegar a ciudades fronterizas con Estados Unidos.

Los refugiados que llegan en esta caravana han vivido en su mayoría abusos y violencia en sus países y también en su tránsito por México. Margarita Arteaga, migrante hondureña, lamentó que México no le haya brindado asilo y refugio, a pesar de que vive huyendo de la violencia en su país.

Otra mujer refugiada que decidió omitir su nombre, pero también hondureña, narró que entregó a un hijo menor de edad a las bandas delictivas de su país, a cambio de que no la mataran a ella y a su hija que tiene capacidades diferentes.

“Meses de angustia viví porque tuve que entregar a mi hijo a esos malos, por fortuna logré recuperarlo y ahora vivo huyendo con mis dos hijos, pido a las autoridades mexicanas su refugio, por seguridad y mi vida, no puedo regresar a mi país”, expresó la madre hondureña.

Decenas de historias comparte esta caravana de refugiados, la cual busca llegar a más ciudades de la República mexicana del sur, centro y norte del país, para solicitar más ayuda social.

Los más de 200 migrantes hondureños, salvadoreños, nicaragüenses y guatemaltecos, desde el pasado 9 de abril partieron desde la frontera sur de México.

Hirineo Mujica, de la organización “Pueblos sin fronteras”, expresó que el propósito es llamar la atención de la sociedad civil y denunciar que las autoridades han rechazado a los migrantes que viven entre la violencia y les han negado el refugio.

“Centroamérica vive con mucha violencia, El Salvador tiene la tasa más alta de homicidios en el mundo y en Guatemala se reportan casos de violencia sexual, pero aun así, se les niega el refugio a los migrantes, México y Estados Unidos violan derechos internacionales”, indicó.

Dijo que pretenden recorrer el puerto de Coatzacoalcos y también la ruta del diablo y finalmente llegar a Tijuana en donde realizarán un llamado a las autoridades, para que dejen de estar persiguiendo a los migrantes, a través del Instituto Nacional de Migración (INM).

Los migrantes del vía crucis de refugiados dormirán en la ciudad de Juchitán y por la mañana se dirigirán al albergue “Hermanos en el Camino”, que dirige el sacerdote Alejandro Solalinde Guerra, en Ciudad Ixtepec.