Tu ojos ya no brillan cuando me miras; sé que es momento de hablar

Existen momentos en las relaciones en los que es mejor hablar y decir todo lo que nos preocupa, y creo que ha llegado el momento de ser sincera contigo y decirte lo que he estado guardando por tanto tiempo.

Es difícil expresarme, pero tienes que saber que con mucha angustia siento que nos hemos estado alejando, que tú ya no eres el mismo: te has distanciado, tu forma de tratarme no es igual y me haces daño, porque cada día crece mi temor de perderte.

No eres la misma persona que conocí, aquel que me llenaba de detalles, con quien pasaba horas hablando de todo y de nada al mismo tiempo; ese que me despertaba con un hermoso mensaje y que me alegraba el día con una sonrisa.

Tu mirada es distante y parece que no desearas estar más a mi lado y eso me hace sentir un enorme miedo, miedo de no ser lo que tú quieres o necesitas y de que un día, sin avisar, te marches y no vuelva a saber nada más de ti.

Confieso que prefiero decírtelo y arreglar esta situación antes de que no tenga más sentido. Entiendo que puedes sentirte molesto y hasta frustrado, pero tú eres lo más importante para mí, yo te sigo amando como el primer día y no puedo soportar tu comportamiento.

Prefiero que me hables con la verdad y que cada cual tome su camino, es mejor que seamos sinceros y no seguir sufriendo este tormento de no saber qué es lo que piensas. Si aún deseas estar a mi lado, creo que es el momento de luchar por lo nuestro y hacerlo crecer, porque aún nos queda mucho camino por recorrer y si estamos juntos podremos superar cualquier obstáculo.

En cambio, si piensas que es el momento de partir, de cerrar este círculo y buscar en otros horizontes, yo te comprendo, no puedo hacer nada más. Si todo el tiempo que hemos estado juntos y todos esos momentos en los que fuimos felices no significan nada más para ti, no voy a insistir, porque te he dado todo y tal vez no fue suficiente.

El dolor me partirá el alma y quizá lloraré por ti, pero de ninguna manera seré yo quien te haga infeliz. Te deseo lo mejor y mucha suerte. Yo por mi parte sabré salir adelante y esperar a que llegue a mi lado quien sí esté dispuesto a luchar y me sepa valorar.

Siento tener que ser tan directa y tan honesta, pero esta incertidumbre no me deja en paz y tú no haces nada para remediarlo; no soporto más la lejanía de nuestros corazones y que tu mirada ya no esté fija en mí. Por eso es el momento de tomar una decisión y, créeme, la aceptaré, sea cual sea.