Funerarias a punto de “morir” por disminución de crímenes

A raíz del traslado de más de mil peligrosos reos a la cárcel de máxima seguridad denominada “El Pozo” en Ilama, Santa Bárbara, las muertes violentas han bajado un 80 por ciento en San Pedro Sula, de acuerdo a las autoridades, por lo que, las funerarias también han visto disminuidas sus ganancias, convirtiéndose para sus propietarios en una pesadilla.

En los primeros dos meses del año, en la capital industrial acaecían varias muertes violentas diariamente, algunas de alto impacto, cuya órdenes habrían salido del penal.

Autoridades de la Dirección Policial de Investigaciones (DPI) confirmaron que los sitios donde más crímenes ocurrían eran en la Rivera Hernández y Chamelecón.

Sin embargo, esas mismas autoridades, apuntaron que hace más de un mes que el índice de homicidios ha disminuido considerablemente, debido al traslado de cabecillas de la pandilla 18 y la Mara Salvatrucha 13 (MS-13).

“Se dice que la orden para que se cometieran algunos crímenes en la ciudad, extorsiones y otros delitos, salía del presidio, por lo que, el traslado de cabecillas de algunos grupos delictivos a una cárcel de máxima seguridad ha ayudado en gran medida, porque las muertes violentas han bajado en un 80 por ciento solo en San Pedro Sula”, expresó el subjefe de la DPI, subcomisionado Geovanny Antonio Serrano.

Según detectives de la DPI, los homicidios han bajado en un 80 por ciento solo en San Pedro Sula.

Manifestó que continúan haciendo operaciones e investigaciones de esas muertes, para tratar de dar con los responsables de haberlas cometido.

“El hecho que no tengamos más homicidios nos alegra y de esa manera nos podemos enfocar en los que ya habían ocurrido, para tratar de dar con los responsables. Recalcó, que no tener homicidios nos está ayudando bastante”.

Agregó que “se puede decir que se les ha roto la estructura a estos grupos delictivos; algunos subalternos han querido resurgir, mientras que otros optan por retirarse y huir de la zona”.

Refirió que otro de los municipios que se veía afectado con un considerable número de homicidios, es Choloma, Cortés.

“En ese municipio se ha reducido por el traslado de estas personas del Centro Penal de San Pedro Sula a “El Pozo”, pero otra de las razones es por el incremento de personal policial, por lo que, se ha implementado la realización de patrullajes, saturaciones y otras acciones”, dijo Serrano.

Con el trasladado de más de mil reos del penal sampedrano, las autoridades consideran que evitarán muertes violentas.

El oficial manifestó que, en relación con otros delitos, siguen haciéndole frente a los asaltos, robos, robos de vehículos, extorsión e incluso a la violencia doméstica e intrafamiliar.

“Preocupa que el índice por violencia doméstica e intrafamiliar se incremente, porque eso puede generar muertes y queremos que los crímenes se disminuyan en un mayor porcentaje en el Valle de Sula”.

FUNERARIAS SE VEN AFECTADAS

Lo que para unos es alegría, para otros no lo es, pues el hecho que los índices de muertes violentas estén bajando ha afectado a las funerarias.

En las afueras de la morgue sampedrana se pueden observar a varios empleados de diferentes negocios, tratando de conseguir la venta de un ataúd, la preparación de un cadáver u otros servicios.

Sin embargo, hay días en los que no hacen ni para “la sal del huevo”, pues no se registra ni una muerte violenta.

En ese sentido, los empleados de las distribuidoras de sarcófagos se ven en la obligación de presentarse a las escenas para ofrecer sus servicios a los dolientes, por lo que, prevalece una competencia para ver cuál llega primero.

La desesperación es tal, que en algunos casos llegan a escenas donde el fallecido se encuentra en calidad de desconocido o los cuerpos están en estado de descomposición.

Otro de los municipios donde a diario ocurrían varios crímenes es Choloma, pero han bajado con más presencia policial.

Un equipo periodístico de LA TRIBUNA, en varias ocasiones ha sido testigo de los altercados entre los vendedores por tratar de conseguir un cliente, incluso, hasta abaratan los precios de los servicios con tal de obtener unas pocas ganancias.

“Antes vendíamos de cinco a seis ataúdes diarios a familiares de personas que morían violentamente, pero en los últimos días la venta ha disminuido y eso nos afecta bastante. Tenemos la competencia de otras funerarias y hay que buscar la manera de que los clientes opten por nuestros servicios”, explicó Jorge Arita, gerente de una distribuidora de cajas fúnebres.

Añadió que “tenemos casi un mes que no cambiamos de producto, porque no hemos logrado mover los cajones, cuando antes, semanalmente estábamos ofreciendo otra variedad”.

Detalló que un ataúd tiene un precio que oscila entre los dos mil 500 hasta 15 mil lempiras, dependiendo la exigencia de los clientes y dependiendo del mismos se incluye la preparación del cuerpo, vestimenta y en ocasiones transporte.

“Hay días que no vendemos nada; la cantidad de ataúdes que vendíamos a diario, la logramos en una semana, pero vamos saliendo adelante”, recalcó.