Observaciones sobre el sistema de evaluación estudiantil

Por: Jaime Martínez Guzmán

La evaluación estudiantil se puede decir que es un proceso mediante el cual se asigna  o atribuye un  valor,  de acuerdo a parámetros establecidos previamente, a los conocimientos, destrezas, actitudes y competencias, que los educandos adquieren en el proceso enseñanza-aprendizaje. Cuando ella se desarrolla al inicio de un curso o asignatura para conocer el nivel básico de salida, hablamos de la evaluación diagnóstica. Cuando se refiere a valoración de actividades del proceso en el  desempeño continuo del alumno como en las actividades acumulativas, estamos  en la evaluación formativa. Y cuando se valora o califica en el educando, su rendimiento en exámenes o pruebas, nos referimos a la evaluación sumativa.

La diferencia esencial que surge, a primera vista, entre la evaluación vigente y la anterior que fue dejada sin mayores explicaciones  y argumentos es que esta,  se calificaba  con 70% de examen y 30% a las actividades acumulativas.  La vigente asigna 70% de acumulativo y nada más que 30% al examen. Un alumno capitalino en huelga porque tiene noticias que la Secretaría de Educación equilibrará  en 50 y 50 los porcentajes de calificación, dijo: “Si con el 70 y la escuelita (recuperación) nos va mal, cómo nos irá solo con 50”; ello ilustra la dimensión facilitadora de un subjetivo y deficientemente aplicado 70%. Muchos estudiantes que siguen la línea del menor esfuerzo, acuden a  los “ciber” donde hay  empleados que se dedican a la elaboración de sus  tareas e investigaciones.  Además de  que los profesores, generalmente, valoran la sola presentación de los trabajos, con poca o ninguna utilización de su  contenido en el proceso enseñanza-aprendizaje general.

Por otra parte,  el año lectivo ya no se divide en  trimestres (3),  se adoptó el sistema semestral, aparentemente, para colocar en el 2do. y 3er. curso de la Educación Media más asignaturas, puesto que se dispone de un grado (1º) con asignaturas generales y comunes para todas las carreras,  cuando estas,  deberían preparar profesionales intermedios, con suficientes competencias laborales, porque no todos, en nuestra ruralidad, serán universitarios.

Pareciera que el sistema evaluativo vigente, apunta más hacia la consecución de objetivos cuantitativos, como para alcanzar mejores niveles estadísticos de aprobación, lo que es bueno, pero lo es más la calidad de  la formación y riqueza de competencias cognitivas y procedimentales, a la par de las actitudinales, como el interés por lo investigativo. Algunos líderes de opinión en el campo, han expresado que el sistema de evaluación vigente es permisivo y facilitador de la promoción estudiantil, sin mucho esfuerzo y con pocos aprendizajes significativos. Otros opinan que tiene muchos elementos positivos, naturalmente, si se desarrolla en contextos pedagógicos favorables. Algunos dirigentes del magisterio han  opinado, con poca positividad, que el sistema ha sido un fracaso, lo que deberían puntualizar, ahora que la secretaria de Educación, doctora Rutilia Calderón, ha manifestado que el sistema evaluativo vigente está sometido a revisión.

Algunas opiniones que hemos recabado sobre el sistema actual de evaluación son:
1.- Poca aplicación estudiantil al verdadero estudio.  Aprueban con “investigaciones” acumulativas y recuperación continua.   Al  final lo harán en la que llaman “escuelita”, una actividad oficial denominada “Podemos avanzar”.

2.- Solamente los profesores, verdaderamente responsables, revisan los trabajos de las decenas de alumnos en los colegios oficiales, diferente a privados donde hay pocos alumnos y supervisión y exigencias internas.

3.- Es difícil su estricta aplicabilidad en  la ruralidad de nuestro país,  sin internet, bibliotecas, museos etc. Con la pobreza generalizada de la población y con poca escolaridad de padres de familia.

4.- El sistema semestral se constituye en problema administrativo, cuando los reprobados tienen que esperar un semestre para que se ofrezcan de nuevo las asignaturas dejadas sujetas a repetición.

5.- Se percibe que los índices cuantitativos podrían mejorar, más no la calidad formativa, la preparación de los estudiantes.