¿IMPUESTO A LAS REMESAS?

Creíamos que el enfoque central de los discursos del 1 de mayo giraría en torno a los altos índices de desocupados y la propuesta de los sectores sindicales para la creación masiva de fuentes de trabajo. O por esa misma ruta, escuchar las voces de solidaridad a la aflicción de cientos de miles de compatriotas indocumentados que residen en los Estados Unidos, preocupados por las redadas masivas y las deportaciones. O quizás alguna luz de esperanza a los que tenían la ilusión de irse desesperados por la falta de trabajo ya que dentro de pronto van a toparse con un muro interpuesto entre ellos y su esperanza de encontrar en otro lado oportunidades de subsistencia. El gobierno hondureño pidió a la comunidad de migrantes mantener la calma ante una propuesta de ley presentada en la Cámara de Representantes de Estados Unidos, orientada a imponer una tasa por transferencias de remesas a determinados países.

Diez congresistas del partido de gobierno acaban de presentar una iniciativa gravando las remesas familiares que residentes en ese país envían a sus países de origen con el fin de financiar la construcción del muro en la frontera mexicana. “La propuesta presentada el 30 de marzo de este año, conocida como “Ley de Financiamiento del Muro Fronterizo”, pretende reformar la Ley de Transferencia Electrónica de Fondos, al introducir un cobro de 2 por ciento sobre el valor de la remesa cuando el destinatario de esta transferencia esté localizado en países de América Latina y el Caribe”. Según el documento, bajo la referencia H.R.1813, “el proveedor de transferencia de remesas recogerá del remitente de dicha transferencia una cuota de remesa equivalente al 2 por ciento de la cantidad en dólares de Estados Unidos que se transferirá (excluyendo honorarios u otros cargos como impuestos”. Todavía el impuesto a las remesas no se convierte en ley, y esta, antes, tiene que sortear varios filtros. Si es aprobada en la Cámara Baja pasa al Senado y solamente con el asentimiento de un texto apoyado por ambas cámaras, se envía al Ejecutivo para promulgación. Las remesas familiares han sido una enorme fuente de apoyo al raquítico ingreso de cientos de hondureños que dependen de esa remisión de sus parientes que trabajan en los Estado Unidos. Las remesas se han incrementado año a año desde que el gobierno hondureño que tuvo que lidiar con los desastres del mortal huracán que azoto el país en 1998 gestionó al gobierno norteamericano medidas de seguridad para los compatriotas que habían emigrado.

La administración norteamericana concedió el TPS y una moratoria temporal a las deportaciones. Para aquellos días las remesas que el país recibía eran mínimas, ya que los hondureños indocumentados no gozaban de los beneficios otorgados a otros centroamericanos. Una ley especial concedía prebendas a las víctimas de los conflictos violentos de los 80´s, excluyendo a los hondureños bajo el criterio que el país no había atravesado una guerra interna. Sin embargo, el huracán que devastó al país cambió el trato que el gobierno norteamericano concedía a los inmigrantes hondureños. Incentivados por mayor estabilidad laboral y seguridad para no ser deportados, las remesas fueron creciendo exponencialmente. El año pasado sumaban 3,958.7 millones de dólares, un 20% del Producto Interno Bruto, PIB. Constituyen el respaldo más grande a las reservas internacionales. Sin ellas, la moneda se devaluaría en forma muy pronunciada, encareciendo más las importaciones, e incrementando abruptamente el costo de la vida de los nacionales.