Alianza contra Honduras

Por: Nery Alexis Gaitán

Las alianzas se forman para fortalecerse, pero, en este caso, parte de la oposición política se ha aliado en contra del Presidente Juan Orlando Hernández y de paso, adversando los intereses de Honduras. Aunque esta es una alianza que ha nacido muerta, los intereses encontrados son tantos que el ansia de poder jamás los llevará a declinar a favor de un candidato único.

Los partidos más fuertes son Libertad y Refundación (Libre) y Partido Anticorrupción (PAC). Lo malo de esta alianza del mal, como se le ha denominado, es que no presenta ninguna propuesta que beneficie al país. Lo único que plantean es que se debe terminar la “dictadura” de JOH. Obviamente para instaurarse ellos en el poder por tiempo indefinido, modificar la Constitución y dar al traste con nuestra democracia.

Es inaudito, cómo en ningún momento plantean soluciones a los males endémicos que padecemos los hondureños. Para ellos no existen los planes de alivio social, el mejoramiento de la salud, la educación o cómo bajar los índices de pobreza o desempleo. Tampoco reconocen los proyectos sociales que el Presidente JOH ha emprendido con buen suceso y que sigue ejecutando.

Para la alianza Mel-Nasralla solamente importa llegar al poder a costa de lo que sea. Y es que no se puede esperar menos de estos dos personajes que nunca han demostrado que aman nuestro país ni a sus habitantes, donde la mayoría son pobres; es decir, que tienen necesidades de todo tipo. Pero, para variar, ellos los ignoran completamente.

Nunca se nos debe olvidar la crisis política que Manuel Zelaya provocó en el 2009 y que le causó tanto daño a Honduras. Además que en su gobierno se incrementó el narcotráfico y el crimen organizado entre otros males. Nasralla, por su parte, es un incapaz, soberbio y nunca se ha identificado con los pobres, a los cuales siempre ha aborrecido. Su proceder errático es de dominio público.

Por su parte, el Partido Liberal maneja una distancia prudente y es obvio que no desea aliarse con su enemigo, Mel Zelaya, que lo escindió en dos. Aunque eso no deja de restarle prestancia nacional a los liberales, quienes desde ya debían haber analizado esta alianza y aparte de rechazarla abiertamente, analizar la situación del país y presentar verdaderas propuestas de cambio, que por el momento se desconocen totalmente. El liberalismo debe salir a la palestra pública y hacerse sentir en el ámbito nacional para captar nuevos electores, sobre todo entre los jóvenes.

Como nuestro pueblo ha despertado, ya no confía en estos políticos que solo daño le han ocasionado a la patria, sumergiendo más a los pobres en la miseria. Transcribiremos la opinión de un lector, Omar Matute, que retrata los intereses de esta alianza:

“Esa alianza del mal no tiene ningún plan que beneficie al país, excepto llegar al poder y disponer a su gusto y antojo de nuestros impuestos, acarreándolos en la carretilla. Cómo se llamará ese partido de la alianza PAC/Libre. Supongo que buscarán un nombre que se adapte a sus intereses.

El Anticorrupción (Salvador Nasralla) ha demostrado hasta la saciedad que es histérico, megalómano, de tendencias dictatoriales, misógino y más que todo, sábelo todo. El otro, el de la pijama, a ese se le conocen todas sus debilidades y enumerarlas sería cansón y hasta aburrido. Entonces qué bueno puede salir de esos dos ambiciosos sin control”.

Para muestra un botón, reza el adagio popular. Y de esa alianza de políticos deshonestos, solo males y amargura podrá salir. Rechacemos la alianza del mal por el bien de todos los hondureños.