Secretario general de la CGT:

“En Honduras es un terror jubilarse…”
“No soy partidario ni de los golpes, ni de la destrucción de las partes”

Inicia contando que son miles los beneficiados con las reformas al RAP, que permite retirar las aportaciones históricas y los excedentes. Después confiesa que nunca fue presidente de un sindicato y que su plaza está en Banasupro desde que tenía 17 años y adonde llegó por buen futbolista.
Admite que su inclinación al sindicalismo fue por su madre, una empleada de la lavandería del Hospital del Tórax.

Tampoco es miembro del Partido Libertad y Refundación (Libre) a pesar que encabezó la marcha más grande por el retorno del expresidente Zelaya. Y pese a casi 40 años en la lucha, no cría caballos de raza ni tiene empresas y sigue viviendo en el Hato de Enmedio, su hogar de siempre. Después 1 de mayo, Día del Trabajador, hay más que platicar con Daniel Durón, secretario de la Central General de Trabajadores (CGT).

¿Cómo usted se ha reelecto tantas veces, dele la clave al Presidente Hernández?
Ja ja ja. No la ocupa, se las sabe todas y mejores. Hasta ahora, el presidente era el único que no se reelegía en este país, de ahí todos: diputados, alcaldes, dirigentes, todo el mundo, porque la reelección es un derecho y si la gente quiere, quizá lo que se discute son los mecanismos.

¿Usted recurre a la manipulación?
No hombe, nunca. Usar esta táctica al final se revierte si nadie lo quiere. Nunca dije que quería ser secretario general porque a lo mejor si me lo propongo no hubiera salido.

¿Cómo se reelige sin mucha bulla?
La gente decide. Fíjese que la CGT no elige comité ejecutivo, hicimos una reforma para que cada presidente de las federaciones integre el comité ejecutivo, que se reúne cada 15 días y donde están representados todos los gremios. Para qué andar peleando.

¿Gasta en francachelas y congresos, como otros gremios?
Todos nuestros congresos los celebramos en nuestro centro de capacitación en El Zamorano. Así nos ahorramos esos grandes gastos en hoteles.

¿Cuánto percibe la CGT y a quién le rinden cuentas ustedes?
No tenemos ingresos fijos porque depende de la puntualidad de las aportaciones de las federaciones, pero de todo eso damos cuenta al congreso, somos auditados, como pocas organizaciones lo hacen.

¿Quién lo indujo al sindicalismo?
Mi madre. Ella trabajaba en la lavandería del Hospital del Tórax, y le escuchaba hablar del sindicato, y como era madre soltera y las mujeres son más propensas al maltrato le escuchaba decir que iba al sindicato a resolver el problema y se me quedó esa frase.

¿Sufrió pobrezas?
Uy, ni quiera Dios. Mi madre trabajaba desde las 2 de mañana. Somos tres hermanos, dos varones y una hembra. Nos quedábamos solos cuando mi madre se iba al trabajo. Me tocó criar a mi hermana menor en una casita de madera de piso de tierra, que me dejó el trauma de las goteras. Mi madre se salía del trabajo para venir a dejarnos el desayuno que le daban y los jefes se enojaban. Ahí nos lavaba la ropa también.

¿Dónde quedó su plaza después que escaló de dirigente?
En Banasupro. Tengo un permiso sin goce de salario.

¿Cómo llegó ahí?
Por ser futbolista, me recomendó un amigo. El jefe de Personal era don Horacio Elvir Rojas, un hombre especial, que le gustaba mucho el fútbol, gran Motagua, por cierto.

¿Y de qué jugaba usted?
Era volante de enlace, fino, estudiaba para perito mercantil en el Central y era seleccionado del colegio.

¿La sobaba, como dicen?
Jugaba bien, jugaba en la liga de ascenso en las reservas del Real España y en las ligas burocráticas me pagaban 10 lempiras.

¿Y de qué trabajaba en Banasupro?
Era restaurador de libros, pero después me ascendieron como perito mercantil. Las oficinas quedaban por el mercado, ahí nació el sindicato.

¿Usted comenzó de sindicalista en Banasupro?
Sí. Llegaron a pedir que firmáramos el libro para crear un sindicato y me acordé de mi madre y sin pensarlo lo firmé. Nos despidieron, pero luego nos reintegraron.

¿Cuándo da el salto a un cargo directivo?
Yo nunca fui presidente de un sindicato, pero cuando tenía 29 años fui presidente de una federación, me identifico más con la formación de cuadros-dirigentes porque son los que logran los cambios estratégicos.

¿Cómo llega a la CGT?
Comienzo en el comité ejecutivo cuando Felícito Ávila (exsecretario general y ahora político de la Democracia Cristiana). Todo llega por circunstancias, no tanto porque uno pelea o por aspiración.

¿Usted es de izquierda, marxista, leninista, socialista, progresista, chavista o zelayista?
Qué enredo, verdad, pero mire, yo lo que le puedo decir es que sé lo que es aguantar hambre y entonces yo entiendo el problema del otro. Me quedo con esa filosofía.

¿No tiene pasiones ideológicas, entonces?
Es que si me ponen a escoger entre la ideología y la realidad de las cosas, obviamente que me voy por la realidad. Yo tengo doctrina humanista social, entonces soy socialista y si creo en Dios, soy cristiano.

¿Muchos piensan que se acomodó después del golpe de Estado porque lo pensaron ver en Libre?
No es cierto. Nosotros dirigimos la marcha más grande que ha habido en este país, el 5 de julio del 2009, con Miguel Aguilar, por el retorno del expresidente Zelaya. Tuvimos que negociar con la policía y los militares para que no hubiera muertos ese día.

¿Por qué no se fue a Libre, como lo hicieron casi todos sus colegas?
Es que yo tengo un criterio: los movimientos sociales son pluralistas, en la CGT hay de todos los partidos y yo los respeto a todos. Sé que nos condenan, nos estigmatizan y nos juzgan, somos verdugos entre nosotros, pero las organizaciones sociales no tienen que tener sesgo ideológico ni político.

¿Usted vive en confort, con carros lujosos, haciendas y caballos?
Hace 30 años vivo en el Hato de Enmedio y pueden ir a cualquier lado a investigar si tengo propiedades. He sido muy cuidadoso con mi familia, mi mujer es profesora con doble horario, toda la vida. Excesos para qué, si usted no se ayuda solo no le puede ayudar a nadie. Yo sé que aquí cualquier persona resuelve su problema en cinco minutos, pero la conciencia cala.

¿Se ha vendido?
Es que así como lo pregunta suena como a que uno es objeto.

¿Pero sabe a qué me refiero y el contexto en el que se lo pregunto?
Yo dialogo y consigo acuerdos para que ninguna de las partes salga jodida, pero venderme, que me tarifen; jamás.

¿Tampoco le pueden decir “Daniel-Huelga”?
Ja ja ja. Daniel-Huelga. Es que para mí, el concepto de huelga es el último acto de resistencia, me paro en 30, para resolver lo que se lucha. Yo no soy partidario ni de los golpes ni la destrucción de partes. Soy partidario del equilibrio y el respeto de las partes.

¿Qué cambios le haría al Código del Trabajo?
Ya se le hizo un cambio fuerte con la Ley de Inspección Laboral. Se cambió el sistema de multas, se le dio poderes al inspector.

¿Qué aspectos son innegociables?
Los principios y cambiar de 30 a 50 el número de personas para formar un sindicato. Eso no lo podemos aceptar, es muy peligroso.

¿Hay menos sindicatos?
Es paradójico. Nos han destruido sindicatos fuertes como el del Ihnfa, la DEI y el SANAA, sobre todo cuando el modelo neoliberal se puso de moda, pero fíjese que han surgido más, especialmente, en las maquilas, independientemente de los 25 mil empleados que han sido despedidos.

¿Usted cree que la canasta básica no ha subido de precio?
Quién va a creer eso, por eso proponemos una superintendencia de precios.

¿Por qué esperar hasta el 1ro de mayo para protestar si todos los días hay razones?
Y se hacen. Hay movilizaciones hasta porque un funcionario no lo atiende, pero lo que le afecta a unos puede ser que no le afecte a otros, es tema de conciencia.

Como reportero me la “baja” cubrir marchas sin gente…
Mire, no tenemos cultura de la protesta, fíjese que la gente va a votar y elige a su presidente sus diputados y alcaldes, pero cuando surgen los problemas nos dicen a nosotros que no actuamos o que estamos vendidos, pero se olvida que ellos votaron por ese gobierno y, por lo tanto, tienen que reclamarle.

Se toma a mal que dirigentes, como usted se lleven bien con los patronos, durante las negociaciones.
Hasta los peores enemigos firman pactos.

Dígale a los lectores qué pasó en el Seguro Social.
No es curarme en salud o sacarle la jeringa a la nalga. En el caso del Seguro Social yo no tengo nada que ver, no obtuve ningún beneficio, duermo feliz con mi conciencia tranquila.

¿Entonces por qué está enjuiciado?
La acusación no es por corrupción, sino por asuntos administrativos, por autorizar un préstamo. Yo no iba al 80 por ciento de las reuniones , pero a ese día fui porque nos llamaron, porque frente al déficit del Seguro se tenía que hacer el préstamo de los fondos de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM), como siempre lo ha hecho y era de urgencia, en vez de ir al banco privado con altos intereses. Si no lo hubiéramos hecho y se hubiera muerto alguien, siempre nos hubieran enjuiciado.

¿Usted sabía lo que estaba pasando con respecto al saqueo?
Lo habíamos advertido, pero no porque teníamos pruebas; pedimos al gobierno de ‘Pepe’ Lobo que revisara la situación cuando el Seguro reportaba 2,700 millones de lempiras en déficit de flujo de caja. Hay constancia de que tengo cinco votos en contra de muchas decisiones que se tomaron.

Falta que caigan los grandes, dicen.
Yo no le puedo decir quién debe caer, eso corresponde a las instancias judiciales, no puedo acusar a nadie porque sería acusar a justos por pecadores.

¿Cuándo mejorarán las jubilaciones de hambre?
En la medida que se ajusten las aportaciones, en Europa, la mayor aspiración de un trabajador es jubilarse, en Honduras es un terror y es cierto. Sube la edad para jubilarse, pero le quita la oportunidad a otro joven.

¿Alguna vez lo quiso “fichar” un partido político en sus planillas?
Sí, muchas veces, pero siempre he pensado que no es correcto, hay conflicto de intereses y mientras esté de dirigente no voy aceptar, aunque no es ilegal.

¿Se va jubilar en la CGT?
Yo creo en la renovación de cuadros y nosotros tenemos buenos cuadros formados, pero tampoco depende de mí, sino de lo que la gente decida.

¿Cuáles son los desafíos del movimiento obrero hondureño?
Dos: La sobrevivencia y el replanteamiento para tener la suficiente visión frente a los cambios, por ejemplo, qué hacer cuando automatizan los servicios de bancos para que un cajero automático haga lo de seis cajeros, o en una minera, tenemos que visualizar eso.

¿Se están cumpliendo las reformas al RAP?
Sí. Después de 25 años tiene su propia ley con el apoyo del Presidente Hernández y los demás sectores. Los trabajadores tienen garantizado su dinero. El fondo histórico y los excedentes se están repartiendo. Hay 35 mil préstamos en manos de los trabajadores. La institución comenzó a captar la reserva laboral. Con la APP lo que viene ahora es ofrecerle nuevos productos para que la gente se quede en el RAP.

¿A qué gobierno elegiría en función de los intereses de los trabajadores?
Es bien difícil porque todos los gobiernos han afectado al trabajador con sus políticas como cuando el Fondo Monetario ordena bajar la masa salarial y viene el gobierno y despide a los trabajadores. Pero también todos han dado sus aportes: Flores con ese trabajo difícil durante el huracán Mitch; “Mel” Zelaya desmitificó el poder y le dio acceso al pueblo y ‘Pepe’ Lobo avanzó en la integración después de la crisis del 2009.