La comedia cinematográfica (2/2)

Por: José María Leiva Leiva

El género de la comedia es amplio, pues en él se distinguen diversos tipos de humor, tantos como directores hay que ven la vida a su modo. Por supuesto, su calidad igual varía, entre el buen gusto y la elegancia a la hora de contar historias, hasta verdaderas churros. Por supuesto, siempre hay sitio para la fantasía adolescente, donde las fiestas, el sexo y la diversión están garantizadas. Veamos algunos de estos títulos más recientes, entre las que deseamos destacar dos producciones mexicanas, una argentina y una francesa.

Inicio con “¿Qué culpa tiene el niño?” (2016), Encantadora película dirigida por Gustavo Loza, cuyo reparto cuenta con la preciosa Karla Souza que hace recordar su papel en “Nosotros los nobles”, como la típica chica rica, pedante, guapa que tiene que afrontarse a otras realidades que van modificando su forma de percibir el mundo. En ¿Qué culpa tiene el niño?, interpreta a María Eugenia (Maru), quien despierta en su habitación de un hotel de Acapulco con una terrible resaca, arena en el cuerpo, desnuda y con la habitación hecha un desastre, tratando de recordar lo que pasó la noche anterior, mientras asistía a una boda de playa en la compañía de sus dos mejores amigas.

Un mes después se da cuenta que está esperando un hijo, y claro…no sabe de quién, aunque la responsabilidad se la autoimpone, Renato (alias la rana), interpretado por Ricardo Abarca, un bueno para nada, que goza del aprecio y asesoría de su compinche, “el cadáver”, que termina acaparando muchas secuencias del filme con un humor a la par de agresivo, desopilante.

“Me estás matando Susana”. México (2016). Una comedia negra de amor y drama, basada en la novela “Ciudades Desiertas” de José Agustín, y dirigida por Roberto Sneider, en la que una pareja no puede vivir, ni juntos, ni separados. Ellos son Eligio (Gael García Bernal) y Susana (interpretada por la actriz madrileña Verónica Echegui, musa de Bigas Luna), quien sin previo aviso se marcha un día de la casa tras ganarse una beca en la universidad de Iowa, y poder lograr así su sueño de ser escritora.

Eligio, artista bohemio y de idiosincrasia machista, la busca por todas partes y al hablar con la gente va cayendo en cuenta que entre ellos las cosas no andaban tan bien como él pensaba. Sin hallar consuelo, incluso entre sus amantes, y una vez descubierto su paradero, se lanza en su búsqueda, la cual le llevará a un viaje de aventura, crecimiento, y en última instancia doloroso cuando descubra que su amada Susana, no solo lo abandonó, sino que ahora vive abiertamente un nuevo romance con un compañero polaco. Situación que los cuestionara acerca de su relación y la posibilidad de seguir juntos.

Luego tenemos “El ciudadano ilustre”, una comedia dramática argentina de 2016 dirigida por Gastón Duprat y Mariano Cohn, definida por Sergi Sánchez en la revista digital, Fotogramas, “como un retrato inquietante de una comunidad rural empachada de miserias y bajos instintos”. Su argumento, cuenta la historia de Daniel Mantovani (Oscar Martínez), un Premio Nobel de Literatura argentino que vive en Barcelona desde hace décadas.

“Un día llega una carta invitándole a recibir la distinción de Ciudadano Ilustre y sorprendentemente decide aceptar. El viaje tendrá para Daniel múltiples aristas: será el regreso triunfal a Salas, el pueblo que lo vio nacer, un viaje al pasado en el que tras 40 años de ausencia, se reencontrará con viejos amigos, amores y paisajes de juventud, pero sobre todo será un viaje al corazón mismo de su literatura, a la fuente de sus creaciones e inspiración”, leemos en Wikipedia.

De la algarabía inicial, por el orgullo que supone para Salas tener con ellos una figura reconocida mundialmente, Mantovani pronto ira percibiendo el creciente rechazo y la manifiesta adversidad de algunos de estos rudos vecinos, uno por celos pasionales, otro por envidia y el caciquismo que impera en la región, al punto de verse acosado, vilipendiado y hasta casi cadáver.

En “Dios mío, ¿pero qué te hemos hecho?”, película francesa dirigida en 2014 por Phillippe de Chauveron, nos topamos con Claude (Christian Clavier) y Marie Verneuil (Chantal Lauby), un matrimonio muy tradicional, ambos católicos y padres de cuatro hijas, a las que han tratado de inculcar sus valores y costumbres. Pero las cosas se complican cuando estas de enamoran. De hecho, la pareja pasó el primer mal trago con la noticia del matrimonio de su hija mayor con un musulmán, a éste fue seguido el de su segunda hija con un judío y al de la tercera con un chino.

Por tanto solo queda la esperanza en que su hija menor se case en la iglesia. Pero tampoco contaban en que su prometido es negro y proveniente de Costa de Marfil. Entre sus comentarios deseos destacar tres: «La película ejemplifica un singular paso en la evolución de la comedia para tiempos de corrección política». Jordi Costa: Diario El País. “Ácida caricatura social…es una sátira divertida y sin tregua”. Lluís Bonet Mojica: Diario La Vanguardia, y “Humor amable que uno asociaría a un presente social donde exclusión y rechazo son norma”. El País.com