Por: Mario E. Fumero
Se ha planteado a nivel de la Presidencia de la República, la reducción de le edad punible de los menores de los 18 a los de 16 años de edad. Esta medida, que desde ya tiempo se discute y se plantea en algunos círculos y que proponen su reducción, entre ellos su servidor, puede contribuir tremendamente a la reducción del involucramiento de los menores de edad en el crimen organizado, porque al ser protegidos por las leyes, se vuelven apetecibles para ser instrumentalizados por los grupos criminales.
No cabe duda que las leyes proteccionistas han sido un factor determinante en el auge de la delincuencia, y la misma se presta para que se incrementen los actos delictivos en los menores de 18 años.
Los defensores de los Derechos Humanos toman como punto de partida para combatir la reducción de la edad punible al factor de la edad biológica de los menores, pero ignoran le edad psicométrica y la capacidad psicológica de los mismos, considerando a los niños inocentes de sus acciones. Tal proteccionismo se presta para que los menores cometen delitos atroces, ignorando que ya desde los 11 años de edad, muchos de estos llamados niños, tienen una mente preparada para ejecutar actos delictivos violentos y bien planificados.
Los hechos hablan por sí mismos. Las estadísticas revelan que el 40% de los arrestados por actos delictivos de extorsión y sicariato son menores de 18 años, y muchos de ellos se especializaron en la delincuencia desde los 11 años. Hemos manejado pacientes en el Proyecto Victoria que con 13 años de edad saben planificar y ejecutar asaltos y técnicas de delincuencia, que muchas veces superan a algunos delincuentes adultos comunes, por lo tanto, catalogarlos de inocentes es una ingenuidad, y una burla a la lógica más elemental. Somos conscientes de nuestros actos desde el momento en que tenemos conciencia de ello y sabemos planificarlos y ejecutarlos. La conciencia de lo bueno y lo malo se empieza a desarrollar desde los cinco años de edad, y ya a los 13 años somos completamente conscientes de todo, máxima en una generación tecnológica, en que los menores dominan dichos recursos más que los mismos padres.
Muchos de los que viven defendiendo los derechos del niño de seguro se van a oponer a esta medida que se viene discutiendo desde el año 2013 y que nunca se ha concretado, para disminuir la delincuencia juvenil. Es tiempo de que el Congreso de la nación acepte el hecho, que después de los 16 años de edad, los menores son conscientes y culpables de los actos que cometan, y por lo tanto, hay que reducir la edad punible a los 16 años como muchos países desarrollados lo han hecho, para poder frenar el aumento de la delincuencia juvenil. Solo así podremos infundir temor en los que delinquen deliberadamente acogido a unas leyes proteccionistas que han desencadenado el crimen y la muerte de muchos jóvenes en Honduras.
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