La reconstrucción del Partido Liberal

Por Rodrigo Wong Arévalo

El desbordante entusiasmo observado por los liberales en la convención celebrada el domingo es parte de la culminación del proceso de reconstrucción del PL, iniciado a mediados del 2010, cuando este partido vivió sus peores momentos producto de la crisis del 2009. Un gran sector del liberalismo renegaba de su partido, injustamente, porque el Partido Liberal como institución nunca fue el responsable de lo sucedido.

El Partido Nacional había ganado las elecciones y los liberales no encontraban el camino para reconciliarse y vencer la enorme vicisitud que le había postrado. En el ambiente del liberalismo se percibía la necesidad de iniciar un proceso de reconciliación interna, pero en las condiciones que prevalecían no era fácil hacer el intento. En el mes de junio de 2010, el expresidente Carlos Roberto Flores me pidió que ayudara en esa parte, que siendo yo un simpatizante liberal y sin tener aspiraciones personales y no ser militante de ningún movimiento, podía convocar a los dos sectores: a los liberales en resistencia y a los liberales que en forma convencional permanecieron fieles al partido en todo momento.

Asumí el reto que puso en mis manos Carlos Flores y al primero que visité para plantearle el proyecto de reconciliación fue a Jaime Rosenthal, con quien me reuní en su oficina en la capital. Jaime Rosenthal se alegró por la iniciativa y me alentó con su apoyo hasta obtener un resultado. Mi petición a Jaime, era que tratara de convencer a su hijo Yani, para que se mantuviera dentro del partido, promesa que cumplió. La primera reunión del proceso de reconciliación la celebramos en un salón privado del Hotel Honduras Maya, a finales de junio del 2010. Asistieron: don Elvin Santos (padre) que fungía como presidente del CCEPL, don Rafael Pineda Ponce, Vera Rubí, Jorge Arturo Reina, Edmundo Orellana, Carlos Montoya, Eduardo Maldonado, Mauricio Villeda, Enrique Ortez Colindres, monseñor Luis Alfonso Santos, Esteban Handal Pérez. A las siguientes reuniones se incorporaron otros aspirantes como Eduardo Gaugel (QEPD), Lempira Viana, Carolina Echeverría y Wenceslao Lara.

Este proceso se mantuvo dinámico durante más de un año, con reuniones sucesivas que se vinieron celebrando en lugares discretos, en salones privados de reconocidos hoteles de la capital, un par de veces en la residencia de Jaime Rosenthal, en Villa Elena, concluyendo con las reuniones finales a finales de septiembre del 2011 en una residencia privada que prestó don Elvin Santos padre en la colonia La Humuya, donde su hijo Elvin Santos fue un magnífico anfitrión.

En esta residencia de don Elvin Santos se firmó “el acuerdo de unidad liberal” redactado por este servidor, que al ser puesto a la consideración de todos los líderes liberales fue suscrito sin ningún reparo, lo que demostró el deseo de reconciliación y unidad entre todos ellos. En el numeral 4 de las resoluciones del acuerdo, los líderes que participaron en este proceso de reconciliación expresaron: “nos comprometemos a hacer todos los esfuerzos posibles para acordar en qué momento deberán realizarse las elecciones internas, con sus modalidades y alcances, nos comprometemos a respetar los resultados de estas elecciones y apoyar decididamente la decisión del pueblo liberal, para tener mayores posibilidades de éxito en las elecciones generales”. “Por nuestro honor de liberales nos comprometemos a mantenernos unidos alrededor de nuestras bases, y a trabajar de manera intensa para lograr la unidad de todo el liberalismo hondureño”.

El acuerdo de unidad liberal fue firmado a finales de septiembre de 2011 con la consigna y esperanza de todos los firmantes de reasumir el poder político para beneficiar al pueblo hondureño, sabiendo que los liberales unidos son más y más fuertes y solo unidos podrán vencer. Con esta idea convocamos a los alcaldes liberales, sabiendo que su volumen electoral obtenido en las últimas elecciones refleja el verdadero caudal político del Partido Liberal. En los últimos diez meses sostuvimos reuniones con 64 alcaldes de los municipios donde el liberalismo es la primera fuerza política local y regional. Fue el pensamiento de estos alcaldes lo que determinó que tipo de liderazgo requería el PL para recuperarse como partido determinante en la vida nacional.

De allí en adelante el trayecto no ha sido fácil, el PN se ha fortalecido, con JOH a la cabeza han hecho un gobierno fuerte con gran reconocimiento y apoyo internacional. Hasta que llegado el 2 de agosto del 2016, en que surgió la figura de Luis Zelaya Medrano, quien se ha convertido en un líder motivador e inspirador, que está haciendo que los liberales regresen a su partido, dispuestos a dar la batalla electoral el 26 de noviembre.

Luis Zelaya era la figura que el liberalismo necesitaba para concluir este proceso de reconstrucción del PL, que deja atrás el desgraciado incidente político de la cuarta urna, urdido expresamente para fundar un partido socialista alimentado con militantes del liberalismo, que desde el 2009 hasta hoy, no acaban de entender que los que hablaban de un nuevo proyecto político proveniente de Suramérica, son los mismos que hoy pretenden confundir con una alianza que no oculta sus intenciones de usar al PL como trampolín para conseguir sus festinados propósitos. Esta es la última parte de la historia del Partido Liberal de Honduras. Así son las cosas y así se las hemos contado hoy martes 9 de mayo de 2017.