FF AA aportando educación

Teniente Coronel de Artillería Santos Pedro Ochoa Colindres

Es muy frecuente escuchar cómo el ciudadano común se expresa del soldado hondureño o del soldado en general, pero realmente sabemos el significado de ser soldado?

A diario vemos soldados en las calles inmiscuidos en tareas en apoyo a otras secretarias de Estado e instituciones centralizadas y descentralizadas a requerimiento de estas, como lo ordena la Constitución de la República.

En virtud de lo anterior vemos personal militar en labores de alfabetización, educación, agricultura, protección del ambiente, vialidad, comunicaciones, sanidad y reforma agraria, participan también en Misiones de Operaciones de Paz, en base a tratados internacionales, lucha contra el narcotráfico, desastres naturales y situaciones de emergencia, apoyo a la Policía Nacional, combate contra el terrorismo, tráfico de armas y crimen organizado, así como la protección de los poderes del Estado y apoyo al Tribunal Supremo Electoral, basado en el artículo 274 de la Constitución de la República.

La población podría preguntarse, ¿con tantas tareas que le asigna la Constitución de la República a las Fuerzas Armadas, será esta capaz de poder cumplir con todas? O ¿están capacitados los miembros de las Fuerzas Armadas para dar cumplimiento a todos estos requerimientos que el gobierno y sus instituciones demandan de ellas?

La formación militar demanda que los miembros de las Fuerzas Armadas reciban una formación integral, abundante en principios y valores, como se refleja en los jóvenes que prestan el servicio militar, durante dos años, el soldado se prepara en todos los aspectos, militar, académico, técnico, por mencionar algunas, además  reciben cursos de capacitación en diferentes áreas, como derechos humanos, liderazgo, los que los facultan para desempeñar tareas secundarias, sin descuidar la misión primordial de salvaguardar el territorio nacional, sus fronteras y los recursos con que el país cuenta.

Desde su reforma a la Constitución de la República en el año 1994, el servicio militar pasó a ser voluntario, es por ello que muchos de los jóvenes que se enrolan después de cumplir con sus dos años reglamentarios,  deciden continuar sirviendo a sus Fuerzas Armadas, por ende a su país, aprovechando todas las oportunidades que el Estado brinda a los jóvenes a través de esta institución tan noble como lo son las Fuerzas Armadas de Honduras.

También existe la carrera del suboficial, que tiene una preparación diferente a la del oficial y soldado.

Los oficiales se forman en las distintas facultades de la Universidad de Defensa de Honduras, después tienen un largo recorrido en el cual sirven a las  Fuerzas Armadas y por ende al país.

Los miembros de las Fuerzas Armadas somos servidores públicos, para ello el Estado nos ha preparado, formado, capacitado y empleado para servir a nuestros conciudadanos.

La organización de las Fuerzas Armadas se basa en la jerarquía, la disciplina, principios y valores, fundamentales en el quehacer, que le permite funcionar de una manera sincronizada, donde cada uno en su puesto conoce su responsabilidad y lo desempeña como tal, cuenta con un sistema de evaluación que le aprueba mantenernos actualizados y la mejora continua, así como un sistema de evaluación diaria, donde cada miembro es observado y evaluado por su jefe inmediato superior periódicamente.

Este proceso nos ha permitido ser constantes, acuciosos y perseverantes, abiertos al cambio con pensamientos positivos y con la plena convicción que solo la educación y la dedicación desarrolla los pueblos.

Si todos los hondureños asumimos nuestras responsabilidades y las cumplimos, como manda nuestra constitución, sin importar el puesto que desempeñemos y el lugar que lo hagamos, aseguraremos una Honduras próspera y competitiva, pero eso solo nosotros como sociedad podremos hacerlo, educándonos, preparándonos y asumiendo nuestras responsabilidades.

Todos somos hondureños, el país es de todos, las instituciones, organizaciones, recursos todo sin excepción, por lo tanto debemos sentirnos orgullosos de lo que tenemos y preocuparnos por mejorarlo, sino pensemos por un momento cuando estamos fuera del país, por diferentes circunstancias (estudio, trabajo, misión, intercambio, etc., representamos a un país, aunque simultáneamente personificamos a una institución, organización, familia en particular y como persona, y sobre todo a una nación, muchas veces nos llaman por el nombre de nuestro país, en nuestro caso (Honduras) y no por el nombre, ni por la institución a la que pertenecemos, esto nos da la idea que no nos ven como persona, sino como país y la forma como nos desempeñemos será la evaluación que como país recibiremos.

Los miembros de las Fuerzas Armadas tenemos clara nuestra responsabilidad y demandamos de nuestros conciudadanos igual compromiso para hacer crecer a  nuestra amada patria y así legar a nuestras futuras generaciones una Honduras en paz y desarrollada.