Recreaciones cinematográficas (1/2)

Por: José María Leiva Leiva

Entendemos por remake una nueva versión de una película o de una serie de televisión que repite con bastante fidelidad su historia y que mantiene los mismos personajes. De acuerdo con el sitio http://definicion.de/remake/, “consiste en narrar lo mismo que ya se narró con anterioridad, pero empleando actores diferentes o modificando el contexto del relato, por citar algunos de los cambios más frecuentes”. Se considera que su auge en la industria cinematográfica revela falta de creatividad y temor a apostar por la innovación.

En este sentido, se afirma que los estudios de Hollywood prefieren reflotar una película que demostró ser exitosa en el pasado y vuelven a rodarla con mínimos cambios, de aquí que volver a contar una historia a veces es una necesidad y no una mera frivolidad de un estudio que pretende hacer dinero rápido y fácil basándose en la nostalgia del público. En todo caso siempre algunos alegarán que va quedando menos espacio para las historias novedosas y las películas diferentes.

Incluso, “en muchas ocasiones no se logra repetir el éxito de la película original o contar con el respaldo de la crítica y el público. No obstante, también es cierto que existen otros muchos remakes que han sido más alabados y ensalzados que incluso los largometrajes en los que estaban inspirados”. Desde luego, esta práctica ha estado presente a lo largo de la historia del cine, y estos últimos años no han sido la excepción. Veamos entonces algunas adaptaciones de películas recientes, empezando por el clásico “Ben-Hur”, basada en la novela de igual título, escrita por el jurista, militar, diplomático y político estadounidense Lew Wallace y publicada en 1880, de la que se han realizado cuatro versiones cinematográficas: 1907 (cortometraje de 15 minutos, muda y en blanco y negro); 1925 (muda y en blanco y negro); 1959 y 2016.

En 1899 se adaptó la novela al teatro, estrenando en Broadway un espectáculo sin precedentes. En 1907, el canadiense Sidney Olcott, dirigió la primera versión de la novela de Wallace, pero sin los permisos de los herederos de éste. La denuncia y posterior sentencia sentó un precedente en el derecho de propiedad intelectual. El papel de Judá Ben-Hur fue interpretado por Herman Rottger, y el de Mesala por William S. Hart. En 1925, Fred Niblo dirigió la segunda versión, con Ramón Novarro como Judá Ben-Hur, y Francis X. Bushman, como Mesala.

William Wyler dirigiría en 1959, la tercera versión (la mejor a mi juicio), con Charlton Heston como Judá Ben-Hur, y Stephen Boyd como Mesala. La película se agenció 11 premios Oscar, incluidos los de Mejor película, Mejor director, Mejor actor (Charlton Heston) y Mejor actor de reparto (Hugh Griffith); y tres Globos de oro: Mejor película dramática, Mejor director y Mejor actor de reparto (Stephen Boyd). Finalmente, en 2016 llegaría la última versión dirigida por Timur Bekmambetov.

En ella, Jack Huston, interpreta a Judá Ben-Hur, y Toby Kebbell a Mesala, que en esta recreación sobrevive a la carrera de cuadrigas y vuelve  hacer las paces con Ben-Hur. O sea, un final feliz. Otro clásico que revive es el de “Los siete magníficos” (2016), dirigido por Antoine Fuqua (“Training Day” y “The Equalizer”), cuyos antecedentes son la japonesa “Los siete samuráis” de Akira Kurosawa (1954) y la estadounidense de John Sturges (1960). La cinta de Kurosawa (considerada una de las películas más grandes e influyentes de la historia), transcurre en el Japón del siglo XVI.

Aquí, los habitantes de un poblado de campesinos, hartos de ser periódicamente asaltados por una horda de bandidos, deciden contratar samuráis para que los defiendan. Sobresale entre ellos Toshirō Mifune, en el papel de Kikuchiyo, un joven de origen campesino y carácter iracundo. La versión de John Sturges, retrata la vida de un pueblo de campesinos mexicanos que viven modestamente de la agricultura, los que se hallan a merced de una despiadada banda de forajidos comandados por un bandido llamado “Calvera” (Eli Wallach), que constantemente les exigen un pago por sus cosechas.

Como ellos no saben defenderse, deciden contratar los servicios de siete pistoleros, entre los que destacan Yul Brynner, Steve McQueen, Charles Bronson, James Coburn, Horst Buchholz y Robert Vaughn. La melodía principal de la banda sonora, compuesta por Elmer Bernstein, ha sido uno de los distintivos de la película, y fue imitada en un gran número de westerns posteriores. Es considerada un clásico del género western, y fue nominada al Oscar a la mejor banda sonora.

En el filme de Fuqua, ambientado en la América posterior a la Guerra Civil, la acción se traslada en pleno Salvaje Oeste, a un pequeño pueblo mexicano llamado Rose Creek asediado constantemente por el ataque continuo de pandillas de bandidos, a la cabeza de Bartholomew Bogue (Peter Sarsgaard). Se trata de gente honrada asesinada a sangre fría, que contrata siete pistoleros para defenderse y buscar justicia. Destacan entre ellos: Sam Chisolm (Denzel Washington), Josh Faraday (Chris Pratt), Goodnight Robicheaux (Ethan Hawke) y Jack Home (Vincent D´Onofrio).

Agregar: “El regreso de los siete magníficos”, dirigida por Burt Kennedy en 1966; “La furia de los siete magníficos”, dirigida por Paul Wendkos en 1969; “El desafío de los siete magníficos”, dirigida por George McCowan en 1972; la versión de TV (1998) que consta de 23 episodios. Así mismo recordar la película de Pixar “Bichos: una aventura en miniatura” del mismo año, en la que una colonia de hormigas, es asediada por una banda de saltamontes que exige parte de la cosecha como tributo, por lo que deciden buscar guerreros que les ayuden a expulsar a los intrusos, y aquellos resultan siete inofensivos artistas de circo. Y por último “Samurai 7”, la serie futurista de TV (2004), que consta de 26 episodios, donde bandidos Nobuseri, someten a los campesinos del pueblo de Kanna para robarles la cosecha, por lo que estos contratan samuráis que los defiendan.