Panmunjom

Por: Francisco Zepeda Andino
Cnel. (r) FAH

Una pequeña aldea localizada en la parte centro-oeste de la península coreana, da su nombre al sitio mundialmente conocido y asociado a la guerra de Corea de 1950. Está localizada sobre la frontera territorial entre Corea de Sur, con nombre oficial de República de Corea  y Corea del Norte, cuyo nombre oficial es República Popular Democrática de Corea.

Toda la península coreana tiene una antigüedad milenaria. Sus pobladores originales se estima llegaron desde Siberia y la antigua China. Estuvo regida por emperadores coreanos y dinastías hasta la ocupación japonesa derivada de la guerra ruso-japonesa de 1904-5.  En la Segunda Guerra Mundial, al rendirse Japón en agosto de 1945, la Unión Soviética invade la parte norte de la península y los Estados Unidos de América la parte sur. De esa manera, Corea se convierte en una de las primeras expresiones geopolíticas de la Guerra Fría entre la URSS y los EUA.  En 1948, los EUA y la URSS acuerdan dividir la península coreana a lo largo del paralelo 38. Consecuencia de esa división, cada parte adopta un régimen político-económico-social acorde a la orientación de su invasor.

La Organización de Naciones Unidas ONU, mediante la Resolución 112, fechada 14 de noviembre, 1947, establece la necesidad de celebrar elecciones generales en las dos naciones a más tardar el 31 de marzo de 1948, lo cual es acatado por Corea del Sur y rechazado por el Norte. El 21 de octubre, 1949, la Asamblea General de la ONU, en su Resolución 293, reconoce el proceso del gobierno de Corea del Sur para convertirse en nación soberana, al mismo tiempo reiterando la necesidad del retiro de las tropas soviéticas de Corea del Norte. Los antecedentes para un conflicto mayor se estaban gestando.

Después de continuados incidentes fronterizos armados, Corea del Norte invade a la República de Corea el 25 de junio, 1950. Hay que aclarar que Corea del Sur tiene una gran desventaja geoestratégica en el sentido que su ciudad capital, Seúl, se ubica geográficamente a tan solo unos 50 kilómetros de la frontera con Corea del Norte, mientras Pyongyang, la capital norcoreana, tiene una mayor profundidad geoestratégica al estar unos 150 kilómetros al norte de la frontera común.  El 28 de junio, escasos 3 días después  de iniciado el conflicto, cae en poder de las tropas del Norte la capital surcoreana Seúl. La guerra de Corea, con sus altos y bajos, podremos abordarla en otra ocasión.

Si es relativo explicar que Panmunjom se convierte en el sitio donde a partir de 1951, oficiales de las fuerzas aliadas apoyando a Corea del Sur, se reúnen con oficiales norcoreanos y chinos, apoyando al Norte,  tratando de llegar a un acuerdo para finalizar la guerra. El 27 de julio de 1953 se logró la firma de un armisticio en Panmunjom entre el Comando General de Naciones Unidas, con el Ejército Popular de Liberación Chino y el Ejército Popular de Corea.  La República de Corea  se negó a firmar el armisticio, por lo cual hasta el día de hoy ambas coreas técnicamente están en guerra al no haberse firmado un tratado de paz.

Hace unos años, en el Diario LA TRIBUNA escribimos un artículo titulado “Guerras y Conflictos del Siglo XXI”,  donde detallábamos, en nuestro criterio, las áreas geográficas propensas a conflictos armados de gran naturaleza y  peor aún, el riesgo del uso de armas atómicas. Mencionamos, entre otras,  la península coreana como una de esas posibilidades ante el evidente propósito del Norte en desarrollar ese tipo de armamento. Ahora, la premisa expresada se ve más real.

Las repetidas pruebas subterráneas de elementos atómicos en Corea del Norte, en contravención de Resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU, han elevado las alarmas en el ambiente internacional. Gran parte de lo anterior tiene que ver con el liderazgo supremo en esa nación, caracterizado por una virulencia y agresividad verbal distante de un proceso racional en la toma de decisiones y su marcado deseo en desarrollar misiles con alcance intercontinental. Su joven dirigente nacional Kim Jong-un, ha llevado a cabo acciones, como ejecuciones sumariales de subalternos y familiares, con armas pesadas, en una demostración de ira y rencor impropia de un Ejecutivo gubernamental o  destinar recursos económicos necesarios para el bienestar de su población, a gastos militares exagerados.

El entorno internacional de Corea del Norte tiene a naciones muy preocupadas por su inestabilidad. Japón, Estados Unidos de América, lógicamente Corea del Sur e inclusive China y Rusia, muestran su inquietud ante las amenazas y acciones del régimen norcoreano. Con cierto grado de certeza se puede asegurar que Corea del Sur no tiene armamento nuclear. Por consiguiente depende de la sombrilla nuclear norteamericana. La presencia de cerca de 30,000 soldados estadounidenses en suelo surcoreano puede en cierta forma, disuadir a Kim Jong-un a usar sus armas atómicas. Así lo esperamos todos.