Niños hondureños piden a Trump compasión con los refugiados de Centroamérica

Dos niños hondureños solicitaron ayer martes al presidente de los Estados Unidos, Donald Trump que tenga compasión con los migrantes refugiados de Centroamérica.

Según el diario digital La Opinión, la petición de los menores se dio en la ciudad de Washington, en el marco del “Día Internacional del Refugiado”.

Las guerras, la persecución y la violencia han desplazado a más de 65 millones de personas en todo el mundo, incluyendo a los dos hondureños razón que los motivo a dirigirse al mandatario estadounidense e instaron a que tenga compasión con los migrantes que huyen de la violencia en Centroamérica.

Durante una conferencia de prensa organizada por la Liga de Ciudadanos Latinoamericanos Unidos (LULAC, en inglés), Raúl Ortiz, de 8 años de edad, y Marjorie Contreras, de 16, ambos de Waukegan (Illinois), pidieron que Trump tome en cuenta la violencia que sacude a Honduras y los demás países del “Triángulo del Norte”, y no deporte a quienes buscan refugio en Estados Unidos.

Ortiz leyó la carta que escribió, de puño y letra, en la que señaló que, así como el presidente Abraham Lincoln liberó a los esclavos en el siglo 19, espera que Trump “puede hacer lo mismo al dar libertad a los refugiados centroamericanos como yo”.

En declaraciones a este diario, Ortiz recordó cómo tuvo que huir de Tegucigalpa con su madre el año pasado y han solicitado asilo porque, hace tres años,  hombres desconocidos y “mal hablados” lo secuestraron durante cinco horas para exigir rescate de su familia.

“Quiero que (el presidente) le dé asilo a todos los refugiados para que estemos seguros en EEUU”, dijo.

Ortiz cursa el tercer grado en Waukegan  y aspira a ser paleontólogo pero, según afirmó, quiere que los niños centroamericanos tengan una niñez libre de peligros.

Vivir en paz es algo difícil en un país como Honduras donde, según el Observatorio de la Violencia de la Universidad Autónoma de Honduras (UNAH), 2016 cerró con una tasa de homicidios de 59,1 por cada 100,000 habitantes, y el primer trimestre de este año registró 1,446 homicidios.

Contreras huyó de Honduras después de que fue asaltada y amenazada a punta de pistola por delincuentes y, según dijo a este diario, espera que su petición de ayuda no caiga en oídos sordos en la Administración.

“Todas las personas que vienen a este país merecen libertad y el derecho de estar a salvo… no somos delincuentes, somos personas que venimos a este país a salir adelante”, dijo.

Julie Contreras, miembro del capítulo local de LULAC en Illinois,  pidió a la opinión pública no olvidar que, en estos momentos, hay niños escondidos “en las cloacas de la frontera, esperando el momento para saltar al río o correr” para cruzar hacia EEUU, enfrentando “tanto peligro” con los narcotraficantes.

“Muchos de ellos no logran cruzar, y no los podemos ayudar. Pero LULAC ha traído a estos dos niños para pedirle (ayuda) al presidente de EEUU”, dijo Contreras, con la voz entrecortada.

Según datos del Alto Comisionado de Naciones Unidas para Refugiados (ACNUR), el 58% de los niños centroamericanos que llegan a la frontera sur de EEUU califica para protección como refugiados.

Solidaridad con refugiados

El “Día Mundial del Refugiado”, que se celebra cada 20 de junio, sirve como un día de acción, expresión artística y solidaridad con los refugiados y desplazados por los conflictos y violencia y que, según un informe sobre tendencias globales de Naciones Unidas, alcanzó para finales de 2016 la cifra récord de 65,6 millones en todo el mundo, es decir 20 personas cada minuto, ó 28,300 al día.

La conmemoración anual cuenta con eventos, foros, festivales y conciertos en todo el mundo, a los que ese año se han sumado figuras como el futbolista Cristiano Ronaldo, el Papa Francisco, diversos líderes políticos, y una vasta coalición de grupos cívicos y defensores de los inmigrantes.

Republicanos apoyan restricciones

Niños refugiados piden que Trump ayude a quienes huyen de la violencia en Centroamérica. Foto: María Peña

Estados Unidos fue el segundo país, detrás de Alemania, que más solicitudes de asilo recibió en 2016, con un total de 262,000, el doble del número en 2014. Alrededor de la mitad de las solicitudes provino de México y Centroamérica, con un aumento notable de migrantes de El Salvador.

En general, el número de personas que huyen de la violencia en Centroamérica incrementó a niveles jamás vistos desde la era de conflictos civiles en la zona en la década de 1980, según Naciones Unidas.

La visita de los niños hondureños a Washington, sin embargo, se produjo en víspera de que el Comité Judicial de la Cámara de Representantes someta a votación sendos proyectos de ley para restringir el ingreso de refugiados en EEUU.

Una medida, la H.R.495 modifica una ley federal de 2008 de tal manera que facilitaría la “deportación expedita” de niños no acompañados que “no sean víctimas de una forma severa de tráfico de personas y que no tienen temor de regresar a sus países”.  La otra, H.R.2826, reduciría el número de refugiados que EEUU acepta cada año.

Presiones del Congreso

Ortiz y Contreras visitaron a su congresista, el legislador demócrata por Illinois, Brad Schneider, quien también envió una carta a Trump y se comprometió a entregar la del niño, cuya historia compartió también en el pleno de la Cámara Baja.

En la carta a Trump, Schneider expresó preocupación por la retórica de la Administración contra los inmigrantes y los refugiados, y su meta de suspender el ingreso de refugiados, y le pidió concretamente que, tras leer la carta de Raúl, reflexione y “anule las políticas anti-refugiados”.

En declaraciones a este diario, Schneider recordó que EEUU “se construyó con el sudor de inmigrantes y refugiados, “muchos de ellos huían de la opresión y la violencia”, y la historia de Raúl “es nuestra historia”.

“No podemos permitir que la puerta de la oportunidad y la seguridad se cierre a la siguiente generación de estadounidenses como Raúl, que buscan refugio acá”, enfatizó Schneider.

Otros legisladores demócratas y diversos grupos cívicos también pidieron que Trump anule su veda a inmigrantes musulmanes y refugiados de todo el mundo, congelada en los tribunales.

¿Qué dice la Casa Blanca?

Preguntado sobre si Trump cree que los refugiados son una amenaza para la seguridad nacional, el portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, dijo hoy que la primera meta del mandatario es que se establezcan “zonas seguras” para los refugiados, para que no tengan que afrontar un reasentamiento fuera de su país.

Su segunda meta, agregó, es, sobre todo, “proteger a nuestro país, nuestra patria, y nuestra gente”, y asegurar que la gente que entra a EEUU “lo hace a través de medios pacíficos”.

“En áreas y regiones que necesitan apoyo, hemos tratado de trabajar por canales diplomáticos y económicos para crear soluciones”, puntualizó Spicer.