“Bolillo”, lanza piedra y esconde la mano…

La prensa panameña hizo eco el pasado lunes de unas declaraciones en donde el seleccionador de Panamá la emprende en contra de su paisano y colega, Jorge Luis Pinto, a quien tilda de “nefasto” para el fútbol.

“Esta clase de personajes son nefastos para el fútbol, porque todo es el árbitro”, acusó Gómez.

Incluso afirmó que previo al juego eliminatorio mundialista ante Honduras realizado el pasado 13 de junio, en el que los catrachos sacaron un empate a dos en tierras panameñas, debió de haber hablado, para que su selección no se viera perjudicada.

“Voy a decir una cosa que debí haber dicho antes del partido de Honduras. Hay técnicos que trabajan mucho los partidos afuera, como este señor Pinto. Llega hablando del árbitro, con papeles del árbitro, que le van a robar, casi que nos dice rateros… y nos vuelve a decir ladrones y yo me quedé callado”, agregó.

La relación entre Pinto y Gómez se complicó tras un juego de la Copa Centroamericana, donde estuvieron cerca de irse a los golpes en pleno terreno de las acciones.

¿QUIÉN ES MÁS NEFASTO?

Lo que no se acuerda el “Bolillo”, es que en el año 2011, fue obligado a renunciar como seleccionador de Colombia, por haber golpeado a una mujer en un bar, a quien la prensa colombiana identificó como su “amante”.

El escándalo que repercutió en todo el mundo obligó aGómez a renunciar tras el “beber unas copas de más”, en un bar de Bogotá llamado ´Bem bé´, y en un hecho que todavía se trata de esclarecer, tuvo una discusión muy subida de tono con una mujer que lo habría insultado en reiteradas ocasiones. El entrenador no se controló y la habría golpeado duramente.

Esto desencadenó todo tipo de críticas desde diferentes sectores de la sociedad, que obligaron a Gómez a presentar su renuncia como seleccionador cafetero.

En aquel entonces, la Federación Colombiana de Fútbol emitió un comunicado a través del cual dio a conocer la desvinculación del entrenador: «En horas de la mañana, y luego de una profunda reflexión personal, buscando el mayor beneficio para el país, la selección de Colombia, la Federación y los patrocinadores, y asumiendo las consecuencias de sus actos, Hernán Darío Gómez presentó la renuncia a su cargo como entrenador de la selección Mayores de fútbol».

Y se amplía: «La Federación Colombiana quiere reiterar y ser enfática en que lamenta y rechaza cualquier hecho de violencia, ejercida por funcionarios, jugadores, o entrenadores».

LA GOLPEADA POR
“BOLILLO” LO CUENTA TODO

El 25 de noviembre del 2014 en entrevista que publica el diario “El Espectador” de Colombia, identifican comoIsabel Fernanda, la mujer que golpeó “Bolillo” contó cómo fue la historia que ocurrió a principios de agosto de 2011.

“Me tiré mi vida, Isabel” fue lo primero que el extécnico de la selección le dijo a la maltratada mujer luego de que ambos abandonaron el sitio en un taxi al percatarse de que quienes estaban en el lugar alcanzaron a presenciar todo lo ocurrido y le reconocieron. En efecto, aunque tal vez no imaginó las consecuencias, Gómez fue consciente de lo que significaba su acto y de que sería noticia.

PADRE IRRESPONSABLE

La mujer cuenta que su principal motivación para dar la cara ante medios no es otra distinta a que el padre biológico de su hijo, quien actualmente es técnico de la selección de Panamá, asuma la paternidad del niño que no quiere reconocer. Isabel contó detalles de toda su historia con el técnico y cómo en un principio no le gustó pues se refería de forma muy despectiva a las mujeres, así mismo en aquel momento tenía como pareja a su actual esposa. Sin embargo, fue la aparente sencillez del personaje la causante de la atracción que sintió por él, todo empezó hace doce años cuando ella tenía 22 años y él 46.

Igualmente ella contrajo matrimonio con José Lenis en 2007, su novio de la época pues este le daba tranquilidad. Según la versión de la mujer el hombre estaba enterado de la relación con Hernán Darío Gómez, aunque en entrevista con La W Radio Lenis dice que jamás estuvo enterado de ello y que tenía una relación activa con Isabel, lo cual dista de lo que ella plantea de una relación netamente fría en la que se podía durar hasta 8 meses sin sexo.

UNA RELACIÓN CLANDESTINA

Siendo las cosas así, Hernán Darío Gómez no solo golpeó a la mencionada mujer sino que mantuvo una relación clandestina por más de diez años de la cual tuvo un hijo, paralelo a su matrimonio con su actual esposa y los hijos que tiene con esta. Sin embargo, según Isabel, la esposa del Bolillo estaba al tanto de todo, pues varias personas le habían contado de la situación.

De aquella noche cuenta la mujer que pocos minutos antes de la golpiza habló con una pareja a quienes les contó su historia, siendo esto algo que nunca había hecho antes con nadie “Es como si yo hubiera sabido que dos minutos después me iba a pegar porque esa pareja salió en varios medios contando todo”. Durante la golpiza no sintió dolor alguno pues no era consciente de lo que estaba pasando. No vino a sentir dolor ni derramó lágrima alguna sino hasta momentos después de haber asumido la situación. Contó cómo luego de haberse ido en un taxi regresó a buscar los papeles y la cartera que había dejado en el bar, los cuales fueron guardados por el administrador del bar quien la invitó a pasar a una de las oficinas del lugar y solamente ahí fue que la mujer pudo asumir la situación, destaca el hecho de que el administrador no habló en ningún medio de comunicación.

No obstante, lo que más sorprende a Isabel es que el máximo testigo de todo lo sucedido, el taxista en cuyo carro tuvo lugar la discusión en dónde se hablaron todas las verdades, tampoco haya hablado en ningún medio, pues nadie mejor que él conocía la historia. En el taxi el Bolillo Gómez le expresa a Isabel su preocupación por su imagen, sus hijos, su esposa, su familia y las repercusiones que este escándalo podría tener ante lo cual la mujer no puede hace más que estallar de la rabia al ver que el hombre que acababa de propinarle tal golpiza en ningún momento se preocupara por ella. Como era de esperarse en los días posteriores, Hernán Darío Gómez fue especialmente enfático en que Isabel no hablara con la prensa, cediendo la mujer a sus pretensiones “Cómo será que estaba él que a mí hasta se me olvidó que me había pegado y sentí culpa”.