El polvo no sólo es asqueroso, está lleno de cosas horribles que afectan tú salud

El escenario: Sí, sacudir y quitar el polvo es un fastidio. Pero realmente has llevado este asunto al extremo: la mayoría de las superficies de tu casa están cubiertas del material, tanto que difícilmente puedes distinguir tu hogar de una tienda de antigüedades. Peor aún, no puedes dejar de pensar qué les están haciendo a tus alergias y a tus pulmones todas esas horas respirando las partículas. ¿Es necesario volverse un obsesivo de la limpieza?

La realidad: Hay algo de verdad en todo esto. Quizás escuchaste que el polvo está compuesto de un 80 por ciento de piel humana. Bueno, afortunadamente eso es falso. Claro, contiene algunas células cutáneas, pero el polvo está hecho sobre todo de otros tipos de materia orgánica, como caspa animal, fibras de tela, pelo, partículas provenientes del aire, y la suciedad que llega del exterior. El resultado es esa capa gris que se ve en las superficies y también las pelusas que se acumulan bajo las camas y en las esquinas.

Por sí mismo eso es repulsivo, pero el polvo a menudo contiene algo mucho más siniestro que la suciedad. «En realidad está lleno de sustancias químicas tóxicas que salen de nuestros productos cotidianos y materiales de construcción», dice Veena Singla, una científica del programa de salud del Consejo de Defensa de los Recursos Naturales. Singla, junto con sus colaboradores, se dieron cuenta de que, aunque se habían hecho muchos estudios sobre el polvo, nadie lo había examinado de manera exhaustiva.

Así que hicieron un estudio de revisión. Encontraron que el polvo a menudo contiene sustancias químicas tales como perfluoroalquilo y sustancias polifluoroalquílicas (PFAS), retardantes de llama, ftalatos y fragancias. Los compuestos del polvo pueden variar un poco dependiendo de qué tipos de productos haya en las casas, pero diez productos químicos en particular se hallaron en el 90 por ciento de los hogares en donde se realizaron las pruebas.

Qué tan nocivo puede ser: Lo repito, no es bueno. Con el tiempo, estos compuestos se desprenden de artículos tales como pisos de vinilo, pintura, muebles, productos de limpieza o de cuidado personal e incluso sillas altas y carriolas. Pueden terminar en el aire, pero debido a un capricho de sus propiedades químicas, las moléculas se adhieren a las partículas para formar grumos. Así que, si perturbas el polvo, podrías inhalarlo. Si tocas el polvo y luego pones tus manos cerca de la boca, puedes ingerirlo. Eso pone en riesgo a los niños: un estudio de 2014 encontró que los infantes tenían niveles de retardante de llama en sus cuerpos de tres a cinco veces más alto que sus madres.

Estos productos químicos están relacionados con efectos secundarios dañinos, ya que interrumpen los sistemas hormonales y reproductivos, y quizás contribuyen al desarrollo de las mutaciones genéticas que causan cáncer. No está claro qué cantidad de producto químico —o cuánto tiempo de exposición— es necesaria para provocar estos padecimientos de salud. Se requieren más investigaciones sobre qué tipo de riesgos sanitarios presentan, dice Singla. Pero es preocupante que muchos de estos productos químicos tóxicos afecten los mismos sistemas del cuerpo. «El hecho de que estemos siendo expuestos al mismo tiempo podría significar que estas pequeñas partículas pueden representar un mayor riesgo», aclara.

Qué debes hacer: Es obvio: es tiempo de sacudir. Pero tienes que hacerlo bien. El objetivo es sacar el polvo de la casa, así que evita usar plumeros, ya que simplemente moverán de lugar el polvo y las toxinas y las esparcirán por el aire. En su lugar, elimina el polvo con una aspiradora HEPA especial (filtro de aire de alta eficiencia), utiliza un trapeador húmedo en los pisos y un paño húmedo en otras superficies.

Deja tus zapatos en la puerta para no introducir la suciedad del exterior que contiene sustancias nocivas como fertilizante o plomo. Y —Sigla asegura que es la vieja confiable— lávate las manos antes de comer para no ingerir partículas de polvo errantes.

Dicho esto, Singla sabe que pensar demasiado en esto puede enloquecerte. «Es uno de esos casos que entre más sabes, menos quieres saber», dice. «Este es el consejo que le doy a todo mundo, y lo aplico a mí misma: Haz lo que puedas, tanto como lo permitan tu presupuesto y tu tiempo». La exposición química al medio ambiente es sólo una parte de todo lo que puede afectar tu salud. En el gran esquema de las cosas, probablemente es mejor dar a los niños un hogar cálido y amoroso que preocuparse cada vez que se llevan las manos a la boca.

Pero si realmente estás entusiasmado, también puedes tomar medidas políticas. «¿Por qué hay químicos tóxicos en nuestros productos cotidianos en primer lugar?» Dice Singla. «Algo que nos hace sentir poderosos es cuando mucha gente se reúne para hacer cambios, sí hace una diferencia».