Rafael Jerez
El Hopital Escuela inició su atención al público el 1 de mayo de 1969, transformándose a través de los años en el principal centro hospitalario del país. Sin importar si usted goza de abundantes recursos económicos o no, todos, en algún momento de nuestra vida necesitaremos del “hospital del pueblo”.
El objetivo primoridial del hospital es brindar un servicio de salud integral y de alta calidad, es decir, que cualquier persona sin importar de quien se trate, pueda acudir en busca de asistencia sanitaria obtenga una solución satisfactoria.
Diariamente la ciudadanía que transita a través del bulevar Suyapa, puede enfrentar una realidad dolorosa y decepcionante, el Hospital Escuela Universitario se encuentra en agonía, misma que empeora considerablemente al cruzar sus puertas.
Infraestructura debilitada, corrupción, sobre población de citas, escasez de medicinas y reactivos, dos neonatos en una cuna, cucarachas en la sala de labor y parto, un sin número de síntomas que agravan cada vez más la situación del paciente en cuestión. Genera mucha impotencia realizar un contraste entre la situación del hospital y la cantidad de dinero que se gasta en campañas políticas demagógicas, muchas en las que se promete mejorar la situación sanitaria del país. ¡Qué ironía! Así mismo, se ha creado una brecha enorme entre los hospitales privados y públicos. La labor del Estado debe ser desplegar políticas efectivas que permitan nivelar la calidad del servicio público con los sectores privados, de manera que coexistan armoniosamente un estado social con libertades individuales en beneficio de la colectividad.
Es menester de su servidor, felicitar enérgicamente a los estudiantes y profesionales del área de la salud, verdaderamente son patriotas al servicio de la gente, haciendo maravillas en muchas ocasiones con pocas herramientas, ustedes son la piedra angular que mantiene en pie el sistema sanitario del país.
Hacemos un llamado a través de estas palabras, sencillas pero con mucho cariño hacia el hospital, a los más altos funcionarios del Estado, coloquen su mano en el corazón y piensen en los miles de hondureños que carecen de los recursos para asistir a los centros hospitalarios privados, y acuden al hospital en busca de ayuda y se encuentran con médicos, en su mayoría brillantes, que tienen el deseo de colaborar, muchas veces lo logran, trabajan con lo que tienen, pero en otras ocasiones los utencilios no son suficientes.
Propongo la creación de un nuevo Hospital Escuela, financiado a través de la política ahorrativa del Estado y auxilio internacional público o privado, es necesario contar con un centro integralmente moderno que responda a estándares internacionales, la salud del hondureño es uno de los tres pilares fundamentales sobre los que debe erguirse nuestro Estado, y en atención a esa condición merece la atención prioritaria del gobierno.
Generación tras generación ha vivido en nuestra capital, y muchas están por venir, pero el hospital seguirá aquí. Creo firmemente que las cosas pueden cambiar, solo se necesita un poco de voluntad política y conciencia social, así como amor por Honduras y su gente, para salvar al hospital: un paciente en agonía. Y es posible, ¡claro que es posible!