Nosotros y el calificador

Por: Julio Raudales

Estándar & Poor, una de las agencias calificadoras de riesgo financiero más importantes del mundo, (junto a Moody´s y Fitch Rating, manejan el 95% del mercado global), emitió durante esta semana, un informe sobre la situación de nuestro país, en el cual se marca una mejora en los niveles de riesgo crediticio, que pasó de B+ a BB- , lo que indica que el desempeño de las variables económicas ha afectado positivamente al país, sobre todo en las expectativas de largo plazo.

Al respecto, es necesario decir algunas cosas que permitan a la ciudadanía matizar un poco la lectura que de este hecho, hacen las autoridades.
En primer lugar, las evaluaciones que tanto Moody´s como S&P han hecho durante los últimos  años en nuestro país, permiten a las autoridades acceder a los mercados de capitales para buscar financiamiento en términos comerciales. De ahí es que han surgido muchas voces que deducen que el anuncio de la calificadora lleva implícita la contratación de más deuda en los próximos meses.

Y ya son muchos los que advierten de la problemática que el fuerte endeudamiento está generando al país, especialmente en los últimos años.
Hasta el 2012, la deuda pública se contrataba en términos concesionales o “blandos”. La razón es el FMI, el Banco Mundial y el BID calificaban al país como de “ingresos bajos” y por tanto los créditos contraídos se limitaban a aquellos en tasas de interés de entre 0% y 2%, a plazos largos y con períodos de gracia (la Ley de Crédito Público, ahora Ley Orgánica de Presupuesto, establecía un grado de concesionalidad mínimo de un 35%, es decir, que de un préstamo, al menos el 35% debía ser donación).

Luego de 2010 y a raíz del crecimiento económico que el país obtuvo entre 2004 y 2007, subimos de categoría en el ranking del BM, pasando de ingresos bajos a ingresos medios, esto le dio luz verde al gobierno para que se pudiera endeudar a tasas comerciales. Todo esto sumado al hecho de que las ventanillas concesionales del BM y BID se fueron agotando, hicieron que el  gobierno  optara por ingresar a mercados comerciales.

Sin embargo,  para entrar al mercado global de capitales, es necesario que calificadoras como  S&P hagan una valoración de las condiciones económicas del país, por lo cual, el gobierno ha solicitado desde 2012, la evaluación de estas calificadoras.

Es natural que en un ambiente de campaña electoral, el Presidente haya salido a anunciar la mejora en la calificación como un “éxito del pueblo”. Igual habría hecho cualquier otro político en el poder y más si él mismo fuera el candidato presidencial. Sin embargo, en aras de la objetividad, hay que aclarar algunas cosas.

En principio, debemos remarcar que esta mejora, abre las puertas a mayor endeudamiento a través de bonos soberanos y por lo tanto, se puede deducir que en el futuro la deuda pública se expanda y en condiciones poco halagüeñas para Honduras. Hay que recordar que los bonos obtenidos a partir de 2012, tenían una tasa de interés que oscilaba entre 6.5 y 7%. A eso hay que sumarle una devaluación anual esperada de un 5%, lo que hace que el endeudamiento sea al 11% o 12%, lo cual es ya bastante caro si se compara al nivel que tiene la tasa internacional sin riesgo,  que anda alrededor del 2%.

A lo anterior hay que añadir el costo de la monetización de los dólares, lo que implica que el BCH  emita letras con un valor del 12%, esto al final nos lleva a que el costo del endeudamiento sea de aproximadamente un 23 ó 24%.

También hay que decir que aunque el alza anunciada en la calificación de S&P provocará que la tasa de interés de los futuros bonos soberanos sea más baja, la verdad es que NO será MUCHO más baja, ya que Honduras no ha salido aun de una calificación riesgosa. Pasar de B+ a BB- es como que yo tuviera un índice académico de 30% y en este período subiera mi promedio a 35%, eso no me hace buen alumno. Por tanto, no podemos esperar que los capitales ahora sí vendrán a montones y en términos baratos.

No obstante, creo que hay que valorar el hecho de que se ha avanzado y que quiérase o no, esta mejor calificación abre posibilidades para que los inversionistas decidan poner más capital en el país.

Esto debe motivarnos a hacer las cosas mejor para cambiar el rumbo. A mi juicio, una mejora en la situación fiscal a costa de una carga como la recibida en 2013 y posteriores, todavía nos deja muchos retos por superar.

Sociólogo, vicerrector de la UNAH, exministro de Planificación y Cooperación Externa, presidente del Colegio Hondureño de Economistas.