Así es el llamativo e ingenioso gimnasio hecho de chatarra

En medio de un bosque en Moscú, Rusia, yace un peculiar centro de entrenamiento, en el que las «máquinas» están realizadas a base de una combinación de madera y restos de autos. Detalles sobre un lugar donde entrenar es una experiencia diferente y casi única

Alrededor del planeta hay gimnasios distinguidos por sus peculiares características con las que cautivan la atención por lo complejo, por lo rudo o por lo opulento. Situados en lugares inhóspitos o con máquinas poco convencionales, cada uno de estos lugares son ideados para los amantes de las aventuras y del mundo fit.

Entre los distintos tipos de entrenamiento, están los que fomentan el ejercicio al aire libre, una de las modalidades que suma cada vez más adeptos. Y siguiendo esta línea, hay establecimientos que rompen con los tradicionales. Centros que terminan con las excusas de aquellos que no se ejercitan por no poder solventar los costosos gastos monetarios. La regla es la inclusión: no hay ningún tipo de limitación social ni económica.

El reconocido gimnasio Kalchaka, localizado en las orillas del río Dniper en Kiev (Ucrania) y con 37 años de existencia, fue el pionero de otros que surgieron con el mismo estilo, con «máquinas» ubicadas a la intemperie y elaboradas por fragmentos elaborados por piezas que son casi chatarras. Y hoy uno de los más llamativos está en Rusia.

Ubicado en el parque Timiryazevsky, en Moscú, este exótico espacio se singulariza por todo el equipo que lo integra, ya que hay maquinarias compuestas de restos de autos combinados con partes de madera. Lejos de los clásicos (con sus cintas de correr, bicicletas y tantos otros) y de los más conceptos más futuristas, que incluyen alfombras y paneles interactivos en vez de máquinas.

El genial gimnasio outdoor es una iniciativa de un grupo de fisicoculturistas locales. Comenzó a funcionar en el 2012. Es de uso gratuito, aunque son los propios «clientes» los que se encargan de sostenerlo. Los propios entusiastas del deporte son los que fueron añadiendo nuevos equipamientos, a veces poniendo plata de su bolsillo. Los usuarios -prácticamente todos hombres- se encargan también del mantenimiento del lugar.

A quién se le haya ocurrido esta grandiosa idea debió tener conocimiento básico de ingeniería, pues algunas máquinas parecen tener un funcionamiento complejo. Muchas de ellas tienen sistemas de poleas con cables y cadenas que ayudan a trabajar músculos específicos. Las pesas son grandes pedazos de madera u objetos que han llevado los usuarios.