EL CONFLICTO DE LA UNAH Y LAS PEDRADAS

SIGUE el bochinche en la UNAH. Un camarógrafo de este rotativo, que quedó arrinconado en medio de la refriega entre uniformados y manifestantes, se ganó el real del mandado, cuando una pedrada impactó en su cabeza. Según la nota informativa en horas del mediodía de ayer, un grupo de encapuchados decidió tomarse el bulevar frente al campus universitario. El pelotón de la Policía que llegó a desalojarlos fue recibido por los manifestantes con una lluvia de piedras. Objetos comenzaron a volar de un lado a otro. El reportero gráfico de LA TRIBUNA –con su camisa ensangrentada de la herida ocasionada por la pedrada– ofreció el siguiente testimonio: “A mí me ayudaron los del MEU, me aislaron del lugar para que no me siguieran golpeando y me detuvieron el chorro de sangre que me estaba saliendo de la cabeza”.

Interrogado sobre quién le lanzó el objeto, respondió que, “en este tipo de cosas no sabes por qué están lloviendo piedras de todos lados”. A la pregunta ¿si reprimen a la prensa estos jóvenes?, el agredido respondió muy honestamente: “Mire, yo no puedo decir eso porque a mí me atendieron, esas son cosas que pasaron y ellos (los estudiantes) me llevaron para allá, muy amables, me atendieron, me limpiaron, y aquí estoy”. Posteriormente llegaron socorristas de la Cruz Roja Hondureña, quienes procedieron a atenderlo y llevarlo a un centro asistencial. Las tomas de edificios, la suspensión de clases, las protestas, las marchas, las barricadas para evitar el ingreso a las instalaciones, los enfrentamientos entre los que quieren recibir clases y los que no quieren, entre los rebeldes y la Policía, llevan varias semanas. Las autoridades universitarias el lunes difundieron un comunicado detallando los pormenores del molote de ese día y denunciando que: “el día martes el MEU está convocando a un “Día de las Capuchas”, intuimos que detrás de la máscara se hacen presentes personas ajenas a la comunidad universitaria; hemos tenido informes que cuando han ocurrido acciones de violencia desbordada, participan en los mismos operadores de buses rapiditos y de barras bravas que acuden a los estadios”. Ya con esa advertencia elementos de la Policía Nacional llegaron a las inmediaciones de la UNAH a desalojar a los amotinados, lanzando bombas lacrimógenas para dispersarlos. Ese conflicto en la máxima casa de estudios va para largo. Sin señales de pronta solución. Varias carreras están a punto de perder el período académico. La semana pasada el grupo de estudiantes que protagoniza la protesta, llevó al Congreso Nacional una iniciativa que pretende la intervención de ese poder del Estado, orientada a la sustitución de las actuales autoridades universitarias, con la creación de un gobierno provisional.

“El gobierno provisional durará a lo más un año, durante el cual deberá instalarse una Asamblea Constituyente Universitaria que haga un balance de la IV reforma universitaria y cuya finalidad sea readecuar el proceso de reforma a las necesidades y realidades actuales de la UNAH y del país en general”. En otra propuesta diametralmente opuesta, la autoridad universitaria exige: “Debe evitarse que mediante decretos o a través de presiones u otros mecanismos de fuerza se altere la institucionalidad universitaria”.

“Los asuntos o temas en conflicto deben ser sometidos, para su solución, a una terna arbitral constituida por un miembro designado por los grupos estudiantiles en conflicto; un miembro designado por las autoridades universitarias y un miembro designado por el Consejo Superior de Universidades de Centroamérica (CSUCA)”. Es de imaginar que los diputados, a estas horas, siguen rompiéndose la cabeza ingeniándose cómo armonizar ambas posturas.