“La carretera de Miguel” y el Fondo Vial

Algunos la llaman la “carretera de Miguel” y otros, la de Walter. A este último lo incluyen porque dicen que fue el constructor de la “obra”. Me refiero a un tramo de carretera de siete kilómetros que, desde la comunidad de El Empalme, hasta la aldea de El Matasano, valle de Jamastrán, les “pavimentara” Miguel Pastor en su período como ministro de SOPTRAVI, pero que al final no pasó de ser otro más de los centenares de fraudes que se cometen en perjuicio del Estado, ya que una vez concluidos los trabajos de terracería, únicamente aplicaron una finísima impregnación de aceite. Parece que el constructor, por no ser un profesional de la ingeniería, desconocía el asfalto. Debido a esto, la duración de la obra fue de unos cuantos meses, ni siquiera un año, para que los baches hicieran acto de presencia. A estas alturas, se cuentan por miles.

Lo extraño del caso, es que el “diligente” Fondo Vial, a pesar de tener conocimiento del estado desastroso en que se encuentra este tramo, que a su vez es parte de la carretera que comunica al importante municipio de Trojes, no ha movido un tan solo dedo para proceder a su reparación aún y cuando ha estado una empresa constructora reparando el resto de la vía; sin embargo los siete kilómetros de la “carretera de Miguel o de Walter”, como usted quiera llamarle, son intocables.

Hay instituciones que, por su deficiente desempeño, reflejan una pésima imagen del gobierno; una de ellas es el Fondo Vial. Hacen cosas que dejan confundido a cualquiera. Procedieron a reparar la carretera que conduce a Trojes, pero de manera parcial; no llegaron hasta la cabecera municipal sino que hasta la aldea de Cifuentes. Les faltaron doce kilómetros. Por el otro lado, los siete kilómetros de El Empalme al Matasano, permanecen, como lo apuntamos arriba, destruidos. Nos preguntamos: ¿Cómo es posible que se repare la parte intermedia de una vía de comunicación y sus extremos ni siquiera se toquen? ¡Absurdo!

Ojalá que las autoridades escuchen el reclamo de los transportistas y todos los que a diario recorren esa ruta, para que a la mayor brevedad procedan a reparar aunque sea esos siete kilómetros infernales de El Empalme a El Matasano, que son una verdadera pesadilla. Esperamos que así sea.

Rafael Medina Arriaga
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Danlí, El Paraíso