LAS REDADAS Y LOS POLÍTICOS

ESTOS son los tópicos que debiesen abordar los políticos. Sobre las cosas que afectan y puedan afectar al país. Los temas nacionales que incumben a la gente. Pero no. Interesa más la trenza, la línea recta para facilitar el voto en plancha, la ubicación de los aspirantes en las casillas, si les van a meter un representante en el TSE o de lo contrario incendian la pradera, que cualquier asunto realmente importante que toca la vida de las personas. Lo esencial, ni en broma figura como asunto relevante del debate nacional. ¿Cuándo han escuchado a uno de ellos referirse al tema migratorio? A la aflicción de cientos de miles de compatriotas que residen en los Estados Unidos preocupados porque en cualquier momento les toca empacar maletas. Los hondureños que emigraron por falta de oportunidad en el país, o huyendo de la violencia en sus comunidades o a raíz de alguna conmoción natural o política, y que con sus remesas familiares contribuyen grandemente al ingreso de parientes que dejaron atrás, como a la estabilidad financiera y económica nacional.

Aparte de la construcción del muro fronterizo, cuyos fondos ya fueron asignados por el Congreso, para evitar el flujo migratorio, han arreciado las medidas drásticas contra los indocumentados para desestimular su ingreso. En Washington –como iniciativa de dos senadores republicanos– anunciaron “un proyecto de ley que impondrá nuevos límites a la inmigración legal, asegurando ser el cambio más significativo al sistema en medio siglo”. Trump dijo que con la medida, el sistema se “basará en los méritos” de inmigrantes que hablen inglés, e impediría el ingreso de personas que solo vivirían del bienestar social. Otra medida que ha tomado la actual administración es reducir los subsidios federales a las ciudades –denominadas “santuarios”– que se niegan a colaborar con el gobierno en la detención y deportación de residentes sin autorización. El proyecto presentado “reduciría el número de inmigrantes a la mitad y eliminaría un programa que otorga visas a países con tasas bajas de migración”. A la vez “enmendaría la ley de 1965 para reducir el número de inmigrantes legales, limitaría el número de personas en condiciones de obtener la residencia permanente para reunirse con sus familias que ya la poseen”. Los flujos migratorios, sin embargo, si bien se han reducido, no se han detenido del todo. Los operativos para capturar indocumentados se han intensificado.

El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas acaba de anunciar “la detención de 650 personas durante la oleada de arrestos llevada a cabo en todo el país la semana pasada”. “El objetivo de las redadas eran menores que cruzaron la frontera solos y ahora, o son ya adultos, o bien han cumplido los 16 años y tienen antecedentes criminales o supuestos vínculos con pandillas criminales”. De los arrestados en el reciente operativo “solo 120 pertenecían a esta categoría, ya que otros 73 detenidos formaban parte de familias, y 457, es decir, la mayoría, eran inmigrantes indocumentados que los agentes de ICE se encontraron por casualidad durante las redadas”. “La mayoría carecía de antecedentes penales: solo 130 habían cometido algún delito como conducir borrachos, posesión de drogas, violencia doméstica, o asalto sexual”. La redada se produce “en respuesta al incremento significativo en la llegada de familias y menores solos provenientes de Centroamérica”. ¿Cuál será la razón que estas calamidades que atraviesan nuestros compatriotas no figuran en el discurso de ninguno de los políticos?